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Una foto que desmonta las mentiras del sanchismo

Sánchez sí conocía al elemento central de la trama corrupta que operaba en el seno del Gobierno.

Pedro Sánchez conocía a Víctor de Aldama ya en febrero de 2019, cuando se fotografió sonriente con él en un acto político en el que el conseguidor de la trama Koldo-Abalos, actualmente en prisión incomunicada, ocupó un lugar de privilegio, cortesía del PSOE.

La fotografía publicada por el diario El Mundo en su portada es demoledora, porque demuestra que Sánchez sí conocía al elemento central de la trama corrupta que operaba en el seno del Gobierno, en contra de lo que ha venido sugiriendo en las últimas semanas. Este pasado miércoles, de hecho, a preguntas directas de los periodistas, Sánchez trató de escabullirse para no reconocer que por supuesto que conocía a Víctor de Aldama, como demuestra esa imagen tomada, precisamente, por Koldo García, el hombre de Ábalos en la trama de las mascarillas y peón de confianza del propio Sánchez cuando planeaba su regreso a la secretaría general del PSOE.

Víctor de Aldama está acusado de ser el "nexo corruptor" de una organización criminal dedicada al tráfico de influencias y el lavado de dinero. Su papel en los episodios más oscuros del sanchismo tiene un carácter central y muy cercano a Pedro Sánchez, por más que el Gobierno quiera hacer creer que la enorme corrupción coordinada desde el seno del ministerio de Transportes era cosa exclusivamente de Ábalos y su hombre de confianza, Koldo García.

Sin embargo, cuando Sánchez se fotografía con Aldama, Ábalos era su hombre de confianza en el Gobierno y el número dos del partido, lo que sugiere una relación de complicidad gracias a la cual el empresario encarcelado pudo hacer enormes negocios con dinero del Gobierno. La trama de las mascarillas, el peculiar rescate de Air Europa, la visita a España de la esbirra chavista Delcy Rodríguez o la falsa cátedra de Begoña Gómez en la Complutense tienen como personaje central al polémico comisionista, gracias a sus estrechas relaciones con el núcleo duro del Gobierno y con el propio presidente y su mujer, con los que se reunió en La Moncloa en no pocas ocasiones.

Feijóo y Abascal han pedido responsabilidades a Sánchez y le exigen explicaciones sobre esta imagen que, en contra de lo que afirman ridículamente los socialistas, no es la de un fan haciéndose un selfie con un político, sino la de un encarcelado por corrupción, invitado VIP a los actos del PSOE, que se fotografía con Pedro Sánchez, el "Número 1" según el propio Aldama, después de haber mantenido varias reuniones para poner en marcha las operaciones que han dado con sus huesos en la cárcel.

Sánchez no explicará nada siguiendo su política habitual y, como nos tiene acostumbrados, protagonizará una nueva huida hacia adelante tirando de los pocos trucos de trilero que todavía deben quedarle en la chistera. Pero esa fotografía con el personaje que representa toda la corrupción del sanchismo ha de perseguirle hasta que salga del Gobierno, como testimonio de una de las épocas más lamentables de nuestra democracia.

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