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Enrique Navarro

Lecciones para europeos de la aplastante victoria de Trump

La victoria de los republicanos da una legitimidad que algunos han buscado con pactos negados en campaña. Un precio que ni un demócrata aceptaría.

La victoria de los republicanos da una legitimidad que algunos han buscado con pactos negados en campaña. Un precio que ni un demócrata aceptaría.
EFE

Los pata negra de Occidente podemos pensar que los americanos son poco inteligentes, bárbaros en algunas costumbres, con una escasa influencia de la cultura europea del siglo XX , y que la suma de todas estas imperfecciones propias de quien se ha separado de forma revolucionaria de la raíz ateniense, explican que cuando votan se equivocan no eligiendo a un demócrata. Nuestra opinión sobre la calidad democrática de los Estados Unidos varía si eligen a Obama o a Trump, es decir la democracia es buena cuando el resultado que produce es el que quieren algunos y si no, el sistema tiene fallos y requiere de una revisión.

La victoria por mayoría absoluta de los republicanos, histórica en los últimos cien años al ocupar todas las instituciones, puede no gustar, pero otorga una legitimidad que algunos han debido buscar con pactos que se negaron en campaña y que han supuesto un precio que ningún demócrata hubiera aceptado.

A mi juicio ¿cuáles han sido los elementos que han definido este vuelco en favor de Trump y los republicanos, y qué valiosas lecciones debemos considerar en Europa?

El liderazgo, que ya tiene poco que ver la catadura moral, sino más bien con la tradicional figura del caudillo poderoso y que infunde temor en los enemigos. Frente a un presidente débil, ridiculizado durante años en las redes, los americanos quieren a alguien fuerte, al que no le tiemble el pulso, con carácter, aunque tenga sus defectos, pero ¿quién no los tiene?, ¿o es que los de Kennedy eran menores porque era demócrata? Europa también necesita liderazgo como lo tuvo en el pasado, y esta carencia será cubierta con cualquiera que ofrezca a los europeos ese carácter, aunque espero que no haya sido condenado y sea un ejemplo de moralidad y honestidad.

La transformación de los medios de comunicación y de su peso. Twitter y Elon Musk así como Trump con Truth han entendido perfectamente el mundo actual de la información. Se dice que las redes están llenas de bulos, pero recordemos que William Randolph Hearst llevó a su país a la guerra contra España inventándose el ataque al acorazo Maine en La Habana, y de estos podría sacarles unos cuantos. La lección es que mantener medios de comunicación o llevarlos al terreno de los gobiernos no produce el efecto deseado. Cuanto más se quieran manejar o controlar los medios en una dirección, más fuertes serán los medios alternativos que carecen de ciertos controles y que se ven favorecidos de la tecnología y el uso global de las redes sociales, especialmente si su dueño es Elon Musk, aunque veo cercana la prohibición de Twitter en Europa, en un intento de acallar las críticas como si de esta manera desaparecieran.

Otro aspecto que creo que define muy bien el giro político en muchos países, y en especial en Estados Unidos, ha sido la dictadura del progresismo. No estar de acuerdo con muchos de los cambios sociales que se han producido en los últimos veinte años, se ha convertido en un desafío. Los detractores han sido catalogados como fascistas, machistas, y en general con toda una serie de apelativos que parecían excluirles de la realidad social. No quiero con esto defender sus ideas, pero no se pueden denostar a todo el mundo porque piensa diferente, porque se está creando una alianza muy heterogénea que se siente vulnerada. Ha faltado mucha didáctica y ha sobrado imposición.

El miedo es un arma que adecuadamente manejada produce un resultado muy productivo. Las propias redes sociales, los atentados islamistas, lo ocurrido en Israel en octubre del año pasado, la delincuencia que se asocia a inmigración, sin entrar en más consideraciones económicas o de exclusión, en una sociedad que tiende a simplificar al máximo, se han convertido también en aspectos que han movilizado el voto contra las políticas de multiculturalidad o favorecedoras de la inmigración.

La nueva economía tecnológica ha supuesto una revolución en los modos de producir. Las industrias han buscado en países con costes más bajos y menores restricciones medioambientales un lugar donde llevar sus plantas. La deslocalización en el norte de México y la entrada de productos chinos han sido consecuencia de una política que perjudicaba el desarrollo en el país de industrias contaminantes o con altos costes. Mientras esto ocurre en los Blue States, en California los ingenieros de Silicon Valley cobran sueldos astronómicos trabajando desde casa. Se ha creado una nueva casta económicamente más pudiente que se ha beneficiado de las políticas progresistas a costa de desmantelar lo que todavía es una América profunda. Algo parecido ocurre con los agricultores que ven en otros países una competencia desleal que los empobrece.

En una sociedad con un fuerte influjo religioso que considera que Dios puso todos los bienes de la Tierra para que el hombre se sirviera de ellos y nos dio la vida, cuestiones como explicar la defensa del aborto, que hay un cambio climático porque significaría que Dios nos ha castigado y que es mejor que contaminen otros para que se hagan ricos mientras que esparcen su polución por todo el planeta, resultan tremendamente complicadas.

En una nación en la que el estado no tiene como función principal proteger socialmente a la población, y en especial a los más vulnerables, se generan triunfadores que no le deben casi nada al estado y que ven en su creciente poder invasivo una amenaza a su modo de vida. Los que no triunfaron no cuentan y en el país más rico del mundo siempre serán minoría, una minoría que en una buena parte está fuera del sistema de votantes y por la que la sociedad americana tiene escasa empatía, tachándolos de loosers que merecen lo poco que tienen.

En cuanto a la política exterior, en lo poco que le importa a los americanos, en esta elección ha sido muy determinante. La salida americana de Afganistán es uno de los hechos mas lamentables de la historia reciente. Los atentados de octubre de 2023 contra Israel, con los que todos los medios judíos de Estados Unidos ,incluyendo la CNN, han estado invadiendo a diario las pantallas, y la incomprensión de la guerra de Ucrania, han sido elementos adicionales. A muchos americanos, les gustaría que Trump fuera su Putin. No entienden nada de qué es Ucrania y tampoco consideran que el que unas regiones prorrusas queden bajo el paraguas de Moscú, sea para generar una guerra mundial. Solo saben que Putin amenaza con una guerra nuclear y que se están gastando un montón de millones en defender a un país que apenas saben colocar en el mapa.

Finalmente, existe otro elemento interesante, la desmovilización del voto demócrata, unos cuantos millones de votantes demócratas se han quedado en casa. Hay tres razones para ello. Kamala fue desechada en las primarias demócratas con gran rotundidad, lo que demuestra que nunca tuvo el favor del partido. Biden la eligió vicepresidenta para que no le hiciera sombra y nunca pensó en que fuera a ser candidata después de sus ocho años; de hecho esto debió ser la razón fundamental para continuar la carrera electoral hasta que se dio cuenta de que era un esfuerzo inútil y ya no había tiempo para poner a alguien que no fuera su vicepresidenta. En estos cuatro años, Kamala Harris ha sido un cero a la izquierda y le ha pasado factura.

Finalmente, una parte de los radicales o musulmanes han decidido quedarse en casa como un voto antisistema, mientras que muchos demócratas conservadores antes de votar a Trump decidieron no votar. Una lección que deben aprender pronto los demócratas si quieren volver a la Casa Blanca en los próximos años. A diferencia de España, donde la sociedad se posiciona en el centro izquierda e izquierda, en Estados Unidos siempre ha estado en el centro derecha y derecha, y es ahí donde pescaron votos Clinton y Obama para alcanzar la presidencia. Los americanos no quieren por nada del mundo ser como los europeos, y esto lo deben entender pronto los compañeros de Kamala Harris para comenzar a reconstruir el partido.

Europa tiene otros valores, otros intereses y otra historia, pero muchos de estos elementos son como vasos comunicantes, así que todos deberían tomar buena nota para entender el mensaje.

Aquí tenemos experiencia en prometer una cosa en campaña y hacer la contraria, así que tampoco deberíamos juzgar a Trump por su proverbial verborrea sino por los hechos, y algo tengo claro, para hacer lo que ha hecho Trump, hay que ser un genio en muchos factores y alguien que ha conseguido lo que hemos visto, sabe lo que hay que hacer en cada momento para conseguir sus propósitos y no cagarla. Muchas decisiones nos parecerán extemporáneas, pero Trump no va a hacer una revolución ni dentro ni fuera, ni es un iluminado por mucho que lo haya disimulado en campaña. Pero, por si acaso, los europeos deberíamos ser capaces de mantener nuestras escasas fortalezas si los peores augurios se hicieran realidad.

No era mi candidato, pero no nos creamos todos los bulos, que también los hay en todas partes, que hemos escuchado estos meses, y esperemos a los actos y confiemos en que los gobiernos europeos se ponen las pilas para no caer en la indiferencia frente a los Brics, China, Rusia y los Estados Unidos de Donald Trump y para eso hay cambiar muchas políticas y demasiadas prioridades deben pasar a un segundo lugar ante la necesidad de Make Europe Great Again, sin renunciar a ser europeos.

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