Menú

Gambito de Aldama

Hay tantos paralelismos entre el caso GAL y el caso PSOE que hasta hay una Intxaurrondo en cada uno.

Hay tantos paralelismos entre el caso GAL y el caso PSOE que hasta hay una Intxaurrondo en cada uno.
El empresario Víctor de Aldama, sale en libertad de la cárcel de Soto del Real. | EFE/Sergio Pérez

"Un país como España no puede permitirse que la agenda política la marquen delincuentes confesos". La frase es de la cuenta de Twitter del PSOE. Sí, ese partido cuya supervivencia en el gobierno depende de Puigdemont, Otegui y Junqueras. "¿A quién vas a creer, a un delincuente o al presidente del gobierno?". Qué cosas tienes, Perico. Esa pregunta, tan retórica a su pesar, la hizo Felipe González hace cosa de treinta años a cuenta del terrorismo socialista de los GAL, y supongo que no hará falta que recuerde cómo acabó la cosa. Míster X nunca llegó a pisar la cárcel, pero su ministro del Interior y su secretario de Estado de seguridad sí que estuvieron un rato lamiendo barrotes. El propio Felipe fue a despedirles a la puerta de la prisión de Guadalajara, junto con toda la plana mayor del PSOE. Josep Borrell, Alfonso Guerra, Rodríguez Ibarra, Manuel Chaves, José Bono y nada menos que seis mil militantes venidos de todo el país en autobuses puestos por las federaciones socialistas. Se imagina uno a jubilados de Jaén y Badalona cantando "Para ser conductor de primera" de camino a vitorear a dos políticos condenados por secuestrar a un señor que no tenía nada que ver con ETA y por trincar, que es una cosa muy del PSOE. José Barrionuevo entró en prisión sujetando una rosa que le había entregado su jefe, que se fue, jeje, de rositas, mientras los miles de socialistas presentes cantaban la Internacional puño en alto y "PSOE unido jamás será vencido".

El bombardeo termonuclear orbital que lanzó ayer Aldama contra el PSOE ha sido respondido con exactamente la misma fingida incredulidad e indignación que aquellas revelaciones de Amedo y Domínguez que acabaron con Barrionuevo y Vera pisando trullo, en un caso que instruyó el juez Baltasar Garzón, enrabietado porque González no le había entregado el ministerio prometido. Garzón se convirtió en exjuez prevaricador por espiar ilegalmente las conversaciones de José Antonio Correa con su abogado, José Antonio Choclán. Que es también el abogado de Aldama. Hay tantos paralelismos entre el caso GAL y el caso PSOE que hasta hay una Intxaurrondo en cada uno.

Realmente no sé cuánta credibilidad merece el comisionista del partido socialista. Si es por su condición de investigado por la justicia, Aldama está exactamente igual de imputado que la mujer y el hermano de Pedro Sánchez. Es igual de presunto delincuente que el fiscal general del Estado. Hay que suponer que lo de ayer de Aldama no es una boutade a la desesperada ni un intento a tontas y a locas de llamar la atención; que su abogado, que se cepilló sin pestañear a Prevarigarzón, le aconseja bien. De momento ha salido a la calle más o menos a cuarenta y cinco minutos de terminar de declarar. Ni siquiera 24 horas después alguien ha filtrado casualmente que Marlaska le entregó la Medalla al Mérito de la Guardia Civil, lo que plantea dos preguntas: una, qué necesidad, por Dios, y otra, cómo encaja eso en la imagen de Aldama como un don nadie que simplemente va a mítines y se hace fotos con Sánchez como el que caza de chiripa a un famoso en el vagón de primera clase del AVE. Aquella foto de Su Sanchidad y Aldama en la portada de El Mundo la firmaba, recordemos, Koldo García, el conductor del Peugeot con el que Sánchez, Lastra y Ábalos recorrieron España para conseguir regresar a la secretaría general del PSOE. Casualidades. La medalla en cuestión se le entregó a Aldama por iniciativa de María Gámez, la directora de la Guardia Civil que tuvo que dimitir porque imputaron a su marido por corrupción. Marlaska también la ha condecorado a ella. Dos veces. Todo son casualidades, hasta que empiecen a cuadrar los testimonios. Quién sabe a quién tendrán que ir a despedir a la puerta de la cárcel de aquí a un lustro militantes socialistas venidos de toda España. A quién tendrá que entregarle Su Pedridad una rosa para asegurarse de que no abra la boca más de la cuenta.

Temas

comentarios

Servicios

  • Radarbot
  • Libro
  • Curso
  • Alta Rentabilidad