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O Franco, o yo. ¡Viva Venezuela libre!

Zapatero y Pedro Sánchez, cómplices de todos los crímenes que han de venir. Serán responsables ante la historia.

Zapatero y Pedro Sánchez, cómplices de todos los crímenes que han de venir. Serán responsables ante la historia.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Europa Press

El fulero ha vuelto a ganar. El periodismo de opinión sabe que entrar al trapo sanchista es hacerle el juego al tramposo. Pero casi nadie se priva de la provocación, y entre los irritados y los mercenarios, Pedro el Fangoso se ha vuelto a salir con la suya. Con un agravante, su oposición real, o sea el PP de Feijóo, sigue secuestrado por la superstición. Ha interiorizado la propaganda de su adversario, en lugar de combatirla.

Todo el esfuerzo que hicieron los protagonistas de la Guerra Civil en la Transición para superarla está siendo destruido por el sanchismo para escenificarla de nuevo. Quiere desenterrar la sangre podrida de los muertos para envenenar la sangre limpia de los vivos. Además de mearse en la tumba de nuestros abuelos, pretende rememorar sus odios sellados en la Transición para escenificarlos electoralmente en dos bandos irreconciliables. La manera más sucia de sacar del debate mediático la corrupción que lo corroe, y reducirlo a rojos y azules de nuevo. La mayor agresión de un dirigente a la lucidez democrática de los ciudadanos. Los quiere adictos, ofuscados, encabronados, obtusos, y no conscientes, lúcidos, ni libres. Lo contrario del Siglo de las Luces, lo que nunca harían unos padres con sus hijos o un maestro con sus alumnos.

Pedro Sánchez pretende emular la escatología del poder religioso medieval donde los fines últimos de la creación estaban presididos por el cielo y el infierno como medio de ordenar el mundo. Ahora no es Dios y Lucifer; en su teología mundana, la Izquierda es Dios, y la ultraderecha, el infierno. Y como en la Edad Media, el creyente se diferenciaba de irreverentes y brujas por su asistencia o ausencia a los actos religiosos, por su devoción o su apatía espiritual.

Como ahora. Para la nueva curia sanchista asistir o no al cónclave determinará quién es demócrata o franquista. Ni siquiera te dejan ser neutral; si no asistes, si no te posicionas, eres franquista por omisión. De momento ya han arrinconado al Rey y a la derecha. Así de burdo es el atropello.

Por ello, insistir en rebatir la maniobra como una refriega política más, es un grave error. Vendrán más de cien aquelarres más. O los ignoras, o los combates de verdad. En cualquier caso, nos tiene atrapados, porque hasta para denunciar la trampa, hemos de nombrarla. El tramposo ha ganado de nuevo.

Es bochornoso que en un día como hoy, víspera de un acto de usurpación del poder en Venezuela por un gorila criminal, ¡este sí!, vivo y fascista, nuestro gobierno se haya limitado a no hacer acto de presencia en la toma de posesión del usurpador Maduro. Frente a países como Argentina, Uruguay, Paraguay, Perú, Panamá, República Dominicana, Costa Rica, Chile, EEUU o la Unión Europea que han reconocido a Edmundo González como legítimo ganador de las elecciones del 28 de Julio de 2024, el gobierno de España no lo ha reconocido explícitamente, a pesar de que el Congreso de los Diputados votó a favor con los votos del PSOE en contra. Zapatero y Pedro Sánchez, cómplices de todos los crímenes que han de venir. Serán responsables ante la historia. Y espero que también ante La Corte Penal Internacional algún día.

Podríamos dar muchas más razones. ¿Para qué, si el titular las resume todas? "Yo, o Franco". Porque de eso se trata, de limitar la realidad a esa burda simplicidad. La simplicidad de un fascista. A lo peor, sí nos hemos de tomar en serio la memoria histórica, la memoria democrática, o simplemente la memoria, y como provoca Jesús Laíz, "Colaboremos con el año Franco de Pedro Sánchez": "La gran venganza, de la memoria histórica al derribo de la monarquía".

PD: Tengo amigos de izquierdas que han convertido la ideología en un dogma. Imposible hacerles ver que cuando una ideología, sea cual sea ésta, se convierte en dogmática, no es distinta de cualquier religión. Laica, pero religión. Algo muy difícil de compaginar con la democracia si la conviertes en irrefutable. Porque cuando una ideología, sea ésta de izquierdas, de derechas, o mediopensionista consiente que sus líderes sean arbitrarios, mientan, colonicen las instituciones, roben, no respeten la separación de poderes o directamente usurpen el poder de forma antidemocrática, se convierte en algo muy cercano al fascismo que dicen combatir. ¿Qué es Pedro Sánchez, sino pura arbitrariedad? ¿Y qué es la arbitrariedad sino el corazón mismo de cualquier poder despótico?

Corina Machado: "Hoy todos los venezolanos a la calle". ¡Viva Venezuela Libre!

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