La inmigración y los separatistas catalanes
Los nietos de Pujol dando y quitando papeles en la frontera... La independencia de facto en una España de 'pantumaca'.
El Gobierno negocia con el partido de Puigdemont el traspaso de las competencias en materia de inmigración, lo que incluye fronteras, la expedición del Número de Identidad Extranjero (NIE) y las expulsiones. Contra la lógica constitucional y contra la lógica estatal de la Unión Europea, el Ejecutivo de Pedro Sánchez está metido de hoz y coz en un delirante discusión cuyo objetivo es traspasar a la Generalidad catalana competencias que sólo pueden ejercer los Estados. Claro que cosas más raras se han visto.
El asunto de la inmigración en Cataluña es causa de no pocos malentendidos. Para empezar, el nacionalismo considera que la inmigración actual es exactamente igual que la inmigración procedente de Extremadura, Andalucía y Murcia de mediados del siglo pasado. Que es lo mismo un joven de Gambia o una familia marroquí hoy en día que los compatriotas desplazados a Cataluña en los años sesenta. Esa manera de contemplar el fenómeno es causa de no pocos contratiempos.
Jordi Pujol hizo todo lo que pudo por fomentar la inmigración magrebí y paquistaní en detrimento de la procedente de los países de habla hispana. Estaba convencido de que la población magrebí se catalanizaría más y mejor porque entre aprender español o catalán elegirían el segundo idioma. En cambio, los hispanoamericanos pasarían del catalán porque les bastaba hablar español, se decía a sí mismo el delincuente confeso.
Una de las consecuencias de todo ello es que miles de "ciudadanos" de confesión islámica pueden mantener en Cataluña "costumbres" como impedir a sus hijas que estudien, someterlas a matrimonios concertados y hasta cortarles el clítoris sin que ninguna administración considere necesario tomar cartas en el asunto. Más consecuencias, ejemplos de "éxito" como el de la célula de Ripoll, cuyos integrantes hablaban un catalán estupendo.
Pues con semejantes antecedentes en la gestión catalanista de la inmigración, Junts exige a Sánchez que le traspase el control de todo lo relativo a todo lo que entra, sale y se queda en la región catalana de España incluidas las personas que van y vienen y las fronteras físicas y mentales por tierra, mar y aire. Está en juego la legislatura.
"Queremos dar una solución catalana a todas aquellas personas que están en los Centros de Internamiento de Extranjeros", acaba de proclamar Jordi Turull, secretario general de Junts. Una "solución catalana". Protéjanse las partes blandas. Los nacionalistas y sus "soluciones catalanas", las típicas "jugadas maestras".
Ya se lo están imaginando. Profesores de catalán en la "frontera" con Aragón para trincar a los "sin papeles" que pretendan atravesar Cataluña y someterles a unas cuantas sesiones de inmersión lingüística. Patrullas de los Comités de Defensa de la República (CDR) en el Ebro, comisarios de Òmnium Cultural en el Pirineo, destacamentos de la ANC en litoral y selección de personal en caliente, todo ventajas. El paraíso. Documentación en regla para los que aprendan a parlar catalán. Un delirio que muestra exactamente el nivel de degradación del Gobierno de Sánchez y de sus socios golpistas. Los nietos de Pujol dando y quitando papeles en la frontera... La independencia de facto en una España de 'pantumaca'.
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