Fernando Simón no se ha recluido en un monasterio cartujo a reflexionar sobre su responsabilidad en la terrible tragedia que vivió España con el Covid-19. Salvador Illa, ministro de Sanidad en aquellos momentos, es presidente de su comunidad autónoma. Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno con la competencia exclusiva de las residencias de mayores en todo el territorio nacional, se hizo rico y ahora se pasea por las televisiones de progreso insultando la inteligencia de los espectadores. En consecuencia, la culpa de las muertes de los ancianos durante la pandemia es de Isabel Díaz Ayuso, un delirio del izquierdismo perroflauta al que el Follonero se sumó alegremente este pasado domingo, para que no quede ningún referente zurdo sin su participación en el aquelarre.
Fernando Simón dijo en la entrevista de Évole que lo pasó muy mal durante esos días. Hombre, algo peor lo pasaron los familiares de los 140.000 fallecidos por una pandemia que, según él, solo iba a provocar uno o dos casos en España. Pero es que Simón es como Pedro, que tras salir huyendo de Valencia afirmó "yo estoy bien" para que España respirara aliviada. Los dos son de la escuela de ZP, que reclamó la simpatía a una víctima de ETA contándole que a él también le mataron a su abuelo. Así pues, los que perdieron a sus familiares durante el Covid, en la riada de Valencia o por las bombas de los etarras tienen que pedir perdón a los socialistas que mandaban en el cotarro, porque su sufrimiento, qué duda cabe, es mucho mayor.
El homenaje a Simón e Illa organizado por La Sexta por lo bien que lo hicieron tenía como objetivo principal atacar a Isabel Díaz Ayuso porque, como es bien sabido, los viejecitos de las residencias solo se morían en Madrid. De nada sirve que las estadísticas oficiales muestren que Madrid tuvo una mortandad por debajo de la media de España y, desde luego, muy inferior a las comunidades gobernadas por socialistas y nacionalistas. Évole y La Sexta parten de un guion previo bien diseñado en el que se incluyen algunas pinceladas sentimentales, para que el odio a Díaz Ayuso sea total. La verdad no les concierne.
Como muestra, el primer testimonio ofrecido por el programa, de una señora cuya madre falleció en "una residencia de Ayuso", que es el término canónico para indicar que la presidenta madrileña es la culpable de todo. "Si lo hubiera sabido –dijo la invitada- hubiera sacado a mi madre de la residencia". Vamos a ver, señora, alguna pista había esos días a poco que se encendiera la televisión o se mirara un periódico. La gente (sobre todo la de más edad) moría a chorros en toda España, así que difícilmente se puede alegar desconocimiento. Si no se llevó a su mamá a casa y prefirió que fuese atendida en la residencia, ahí tiene a Sánchez, Illa y Pablo Iglesias, que se arrogaron las competencias de gestión de la crisis en todo el territorio nacional. Participar en un programa en el que se jalea la gestión del Gobierno no es, tal vez, lo más lógico en este caso, pero como de lo que se trataba era de acusar a Díaz Ayuso, todo lo demás, incluida la memoria de los fallecidos, carece de importancia.
Fernando Simón, el responsable sanitario que le decía a su hijo que fuera si quería a las manifestaciones del 8-M, la principal fuente de contagio inicial, celebró la actitud del presidente del Gobierno que peor gestionó la crisis del Covid en todo el mundo civilizado con un "olé tus cojones". Y los tuyos, Fernando, los tuyos también, que cinco años después de la mayor catástrofe sanitaria de nuestra historia, sales en un programa de televisión destinado a machacar a los rivales políticos de tu jefe sin hacer el menor acto de contrición.