En la mañana del 9 de abril entraron en vigor los aranceles "recíprocos" de EEUU con buena parte del mundo. A las pocas horas, el presidente Trump anunció una pausa de 90 días en la aplicación de dichos aranceles, salvo con China. Los aranceles generales del 10% aplicados desde el 5 de abril se mantienen (y generarán ingresos públicos que permitan una futura rebaja de otros impuestos). ¿Qué ha pasado?
El peso del mercado de deuda
Pese al protagonismo mediático de las Bolsas, todo apunta a que fue el mercado de bonos el decisivo en la pausa.
El rendimiento del bono del Tesoro EEUU a 10 años subió 60 puntos en menos de 2 días. Los títulos de deuda fueron vendidos masivamente, quizá también por China (el segundo mayor tenedor de deuda norteamericana del mundo).
La combinación de una caída masiva de la renta fija y de la variable podía provocar un colapso sistémico de la economía norteamericana con subastas de deuda fallidas o quiebras de grandes operadores financieros. El miedo a una profunda recesión fue real.
El estilo personal de Trump
Una vez que Trump dijo que los países del mundo se estaban alineando para "besarle el culo", el objetivo político de la subida de aranceles ya estaba cubierto. Podía entrar en la siguiente fase de la negociación.
Su estilo personal de negociación (establecido en su libro The Art of the Deal de 1987) es bien conocido: exigencias maximalistas para traer a la otra parte a la mesa de negociación, observación de las reacciones y cambio de opinión. Trump se fija mucho en los mercados y habla con mucha gente del mundo financiero. El miércoles 9 comió con el financiero Charles Schwab.
Su círculo más cercano (ministros Bessent y Lutnick y jefa de gabinete) recibieron cientos de llamadas pidiendo una salida que calmase a los mercados. El lunes 7 hubo un rumor de pausa de 90 días desmentido por la Casa Blanca, pero que demuestra que ya se estaba considerando. La posición oficial ahora es que la pausa estaba prevista desde el principio. Seguramente fue una opción que no se decidió tomar hasta que el mercado de la deuda empezó a emitir señales verdaderamente peligrosas.
¿Qué debe hacer Europa?
La pelea norteamericana se centra ahora en China. La presencia del Presidente Sánchez en dicho país no podía ser más inoportuna. Europa debe tener una voz unida y liberalizadora, tanto de su comercio externo como del interno. Esta crisis es una oportunidad para bajar impuestos y levantar trabas burocráticas.