
Las ideas más disparatadas, suicidas y perjudiciales para uno mismo suelen llegar cuando alguien se encuentra al borde del abismo, desesperado, sin salidas. Es entonces cuando uno piensa que lo más inverosímil, rocambolesco o absurdo puede ser una solución.
Al PSOE hace tiempo que se le observan comportamientos electoralmente suicidas, en especial el del pleno convencimiento de que la generalidad (no confundir con la Generalitat, que eso es otra cosa) de los españoles somos completamente imbéciles y, por tanto, sensibles a cualquier trola, por muy descarada e insultante que ésta sea.
La sanidad está siendo un caldo de cultivo que, por alguna razón que aún desconozco, alguien en el Partido Sanchista Trolero Español ha decidido que es idóneo para la trola, a pesar de que todo lo que se cuente en este ámbito es de fácil comprobación, tanto a través de los datos oficiales, que suelen ser bastante accesibles, como de la propia experiencia del usuario.
Así, en la semana en la que, al presidente del Gobierno, Pedro I El Falso –Pedro Chapote, se le ocurrió la boutade de que las universidades privadas son "chiringuitos" en los que se les regala el título a los ricos, mientras que los pobres tienen que ganárselo en las públicas, su primer lugarteniente, la Chiqui-ministra MJ Montero, conocida como Sobaquillo Veloz por su pasión por mostrar y airear con frenesí sus excelencias axilares en los momentos de máxima exaltación del socialismo, salió rauda a sobar el lomo de su señorito, con la misma estupidez, pero versión andaluza.
Así, Sobaquillo no tuvo empacho en acusar a la Junta de Andalucía de "no ampliar" las plazas de Medicina en la pública mientras "pone en marcha" universidades privadas. Una vez más, ya no sólo se trata de que la credibilidad de un socialista es la misma que la de un señor que esconde un guisante entre tres vasitos colocados boca abajo en una mesilla en mitad de una feria de pueblo, sino que el dato, ése que mata a relato, se convierte en el gran enemigo de esta estrategia socialista a la desesperada, emanada de la constatación de que cada día hay menos gente en Andalucía dispuesta a pegarse el tiro en el pie que significa votar en socialista.
Y el dato lo que refleja es que desde que el socialismo desapareció del gobierno de la Junta de Andalucía, gracias a una sensacional patada que los ciudadanos le dimos al PSOE en pleno tafanario electoral, las plazas de Medicina en universidades públicas han aumentado nada menos que en un 30% que, en este mismo curso, 24/25, las universidades públicas andaluzas han ofertado 1.306 plazas de nuevo ingreso en facultades de Medicina, lo cual supone ese 30% más con respecto al último curso del socialismo andaluz en la Junta; que, en los últimos seis años, desde que llegó el PP a la Junta, Andalucía ha visto incrementado el número de sus facultades de Medicina en tres: Jaén, Huelva y Almería, por cierto, las mismas que la propia Chiqui-Ministra se negó a poner en marcha durante años cuando era consejera de Salud.
Y claro, luego los gurús y expertos del gabinete Ferraz/Moncloa andan llorando por las esquinas y preguntándole a la bola de la Bruja Lola por qué su partido no gobierna en trece de las 17 comunidades autónomas, por qué perdió el gobierno de la Junta de Andalucía que ahora desarrolla con mayoría absoluta el PP y por qué hay provincias andaluzas en las cuales el PP gobierna los ayuntamientos que acogen al 87% de la población.
A lo mejor, querido Pedro Chapote; quizás, Sobaquillo, el estar todo el día falseando la realidad y tratando de colársela a los ciudadanos a los que luego vais a pedirles el voto, tiene algo que ver. Lección número 1: Dato mata a relato.
