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Apagón ideológico y Plan Hidrológico

Siempre encontrarán un 'experto' que justifique que hay energías buenas y malas, medidas hídricas buenas y malas, sostenibles o contaminantes, negras o blancas.

Siempre encontrarán un 'experto' que justifique que hay energías buenas y malas, medidas hídricas buenas y malas, sostenibles o contaminantes, negras o blancas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante el acto 'Hacia una construcción industrializada', en la 8ª edición de la Feria del sector de la edificación y la construcción REBUILD, este jueves en Madrid. EFE/JJ.GUILLÉN | EFE

No, amigos, no ha sido un apagón energético; ni un apagón eléctrico; ni un apagón por ineficiencia; ni mucho menos un apagón terrorista o por sabotaje. El del lunes fue un apagón ideológico… como todo lo que sale de la factoría de la izquierda, experta en politizarlo todo.

Para la izquierda, y menos para ésta comandada por Pedro I El Falso – Pedro Chapote y sus mariachis de mullidas rodilleras y aceitadas manos para la 'sobada del lomo', no hay grises, sólo hay blancos y negros, sólo hay lo bueno y lo malo, lo progresista o lo fascista.

Todo es bueno o malo, en función de cómo se acomode no ya a la ideología, ni mucho menos, sino a los intereses del partido y, por supuesto, ahora, del líder todopoderoso, el de la esposa, el del hermano, el del fiscal general, el del ministro y sus sobrinas.

Pero ha sido siempre así. Sí, es cierto que ahora, con este tipejo que nos gobierna, se ha exagerado hasta el límite, pero siempre fue así. La izquierda es totalitaria por naturaleza: lo era en la Rusia de Lenin y Stalin, ahora blanqueados por la historiografía zurda, pero en realidad criminales del más alto nivel; lo era en la Rumanía de Ceaucescu, en la Cuba de los Castro, en la Venezuela de Chávez y Maduro y, por supuesto, en nuestra Segunda República, con un tipo que hablaba abiertamente de enfrentamiento bélico contra las derechas desde el parlamento como Largo Caballero, el 'Lenin español'.

Y esto es lo que ha ocurrido con el apagón: que para la izquierda hay energías buenas y malas, blancas y negras, progresistas y fascistas. Y entonces, como no hay grises, como no existe el término medio, los expertos independientes, los de verdad, no los del comité de Fernando Simón, ya saben todos que lo que ha ocurrido es que el gobierno ha exigido que se vuelque la red hasta un porcentaje de aporte de energías renovables que ha sido insuficiente para mantener la inercia de la misma; porque esa inercia necesita un porcentaje de otro tipo de energías que no sean las renovables, que son estupendas, limpias y sostenibles, pero no pueden ser la única fuente de alimentación de nuestra red.

Esto ya se sabía. Lo advirtieron expertos e incluso políticos que habían leído y se habían asesorado por los que de verdad dominan la materia, pero en el año 2022 y desde el Senado, Pedro Chapote les respondió llamándolos "extrema derecha" y asegurando que no habría apagones.

Y ahora andan, los pobres, buscando debajo de las piedras una teoría que libre al inútil de La Moncloa de esta nueva espada de Damocles que se une a la corrupción, a la ineficacia, a la suicida política migratoria, a la inseguridad ciudadana, a los pactos con las fuerzas políticas cuya finalidad principal es desmembrar territorios de España, al drama de su entorno familiar, a las sobrinas y vicesobrinas y al "si quieren ayuda que la pidan".

Y los van a encontrar. De hecho, ya los han encontrado y los han sacado en 'PedroVisión' a contar sandeces y memeces como la de que "el papel de las centrales nucleares en el apagón yo creo que ha sido poco relevante", que decía el otro día un presunto experto, haciendo gala de una precisión 'que te rilas'.

En Andalucía, todo esto nos suena mucho; todo esto de las energías limpias, renovables, que son más eficientes y más limpias nos suena al año 2004, cuando el infausto Zapatero llegó al poder y derogó, como primera medida, el Plan Hidrológico Nacional y con él el Trasvase del Ebro. En ese momento, nos prometieron que la solución eran las desaladoras, más limpias y más eficientes. Han pasado 21 años desde entonces y el campo de Almería se muere de sed, este año se han dejado de plantar muchas hectáreas por falta de agua y no hay ninguna desaladora, repito, tras 21 años, que funcione a pleno rendimiento. Tras el apagón, la "más eficiente" desaladora de Carboneras ha pasado a trabajar con sólo cinco de sus doce bastidores, lo cual ha provocado cortes del suministro en los domicilios y también en el riego agrícola.

Pero ellos siempre encontrarán un 'experto' que justifique que hay energías buenas y malas, medidas hídricas buenas y malas, sostenibles o contaminantes, negras o blancas. Y parece que, mal que bien, les va funcionando. Eso sí, lo del apagón, eso no nos lo tragamos: apagón ideológico. Y no hay más. Que pase el siguiente.

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