
Ha pasado un mes desde que se produjera un apagón en toda España y Portugal completamente inaudito en el mundo desarrollado. Y ha pasado un mes de completa y total opacidad informativa por parte de un Gobierno decidido a que nos olvidemos de un evento que no sólo nos coloca en el Tercer Mundo, sino que ha producido ocho muertos directos. Pero mientras la organización criminal conocida como la PSOE calla, los apuntes de información aquí y allá e incluso de pura lógica van formando una historia sobre cómo se produjo el apagón que parece un relato más plausible que cualquier añagaza que pueda montar el sanchismo en las próximas semanas y meses como alternativa.
El día del apagón se celebraba un evento llamado Invest in Spain organizado por el ICEX que contó con el Rey en su apertura y que iba a cerrar Pedro Sánchez. El presidente, que odia a Felipe VI todo lo que puede y más, quiso tener algo que le hiciera acaparar titulares por razones positivas, para variar. Ser el protagonista, dejar en segundo plano al Rey. Así que envió a su ministra de ruinas eléctricas a documentar in situ un hito histórico: que España produjera el 100% de su energía de fuentes renovables. Por eso Aegesen estaba a las 11:30, según su propia confesión, en la sede de Red Eléctrica una hora antes del apagón. Y por eso ya habíamos estado antes cerca de sufrir otro: aquel experimento necesitaba de pruebas previas.
Según se subía el porcentaje de energía solar y eólica en el mix, la red perdía inercia y se volvía frágil a cualquier evento fuera de lo común que produjera una brecha entre oferta y demanda. Podríamos haber tenido suerte y que ese suceso no se produjera y que Pedro Sánchez anunciara la feliz noticia en su discurso de cierre a las 5 de la tarde. Pero no fue así. Ahora dicen que están investigando cuál fue el evento concreto, la causa primera del apagón. Pero la causa última, la de verdad, fue la falta de inercia. No fue el evento desencadenante, pero sí el que provocó el efecto en cascada que nos dejó sin luz durante horas, con todo el coste económico y humano que produjo el Gran Apagón.
Bajo la PSOE, España ha acelerado su decadencia y el apagón es sólo una manifestación del mismo fenómeno, como lo fue el desastre de la dana o los continuos retrasos ferroviarios. Que el apagón haya sido consecuencia directa de un capricho del autócrata que ordena quitarse de encima a los guardias civiles que investigan la corrupción que vertebra su familia y su partido político no es más que otro episodio. España se fue a pique el 11M. No nos dimos cuenta porque estos procesos tienen lugar primero poco a poco, y luego de golpe. Desde entonces vivimos un camino lento pero inexorable hacia la Argentina peronista que Rajoy se limitó a frenar ligeramente. Y es que corregir el rumbo no lo hace un gestor que piensa que España en realidad está bien y tan sólo necesita unos retoques aquí y allá. Lo hace alguien equipado con una motosierra. Argentina necesitó un siglo de decadencia para elegir a Milei.