Menú

Pedro el Balas

Lo que acabamos de ver, de oír y saber, en cualquier nación respetable, conllevaría la dimisión inmediata y la convocatoria de elecciones generales.

Lo que acabamos de ver, de oír y saber, en cualquier nación respetable, conllevaría la dimisión inmediata y la convocatoria de elecciones generales.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | EFE

No, no es lo mismo llamarse Balas de apellido a que le pongan a uno por mote merecido El Balas. El apellido Balas lo llevan muchas personas. He leído en páginas webs especializadas que hay miles de registrados en sus servicios genealógicos con ese apellido, pero debe haber muchos más. Es curioso, pero hay mucho francés y mucho europeo del centro que así se apellidan. Incluso británicos. Naturalmente, también hay españoles y portugueses y de otros lares.

Es decir, que apellidarse Balas, aunque no es de lo más frecuente, no es para nada deshonroso porque no tiene nada que ver con el plomo ni con la pólvora ni con la mala voluntad de hacer daño. Por ejemplo, Alexandru Balas gobernó el Imperio Seléucida desde 150 a.C. hasta el 145 a.C. y Egon Balas (1922-2019) fue un matemático y economista rumano-estadounidense, profesor en la Universidad Carnegie Mellon.

Así que llamarse Antonio Balas Dávila no tiene nada de particular, ni mejorativo ni peyorativo. Eso sí, desde 2020 es el teniente coronel de la Guardia Civil que lleva sobre sus hombros el mando del departamento de investigación económica de la Unidad Central Operativa (UCO) que saca, uno tras otro, informes que desnudan el alma oscura del PSOE. Sustituyó en el puesto al teniente coronel Francisco Almansa, que continuó un plan claro de limpieza de las instituciones e informó de casos como los ERE, la Púnica y otros.

De no ser por su interés relevante, pocos recordarán que entre sus investigaciones fundamentales ha estado la operación Drake ("pirata" en español), considerada por muchos el mejor ejemplo de combate contra el fraude del IVA en los hidrocarburos que acabó casi del todo con una red delictiva que apañó del erario público más de 150 millones de euros. Este caso se ha puesto de moda porque en el entorno de José Luis Ábalos y Víctor de Aldama, y por extensión, cerca de la Moncloa, hay personas relacionadas con el asunto.

Tan íntima debe ser la Spanish Oil-Connection que aún no nos hemos repuesto del asco insoportable que nos han producido a muchos españoles las palabras grabadas y reproducidas de una banda al servicio de Ferraz y/o La Moncloa –no se me ocurre otra hipótesis razonable—, que se puso en contacto con uno de los imputados en el caso, Alejandro Hamlyn, presidente de Hafesa, una de las compañías salpicadas por el fraude de los hidrocarburos.

De modo que hemos asistido al repugnante espectáculo, transmitido con todo detalle y con suma claridad, durante el cual María Leire Díez Castro, que fue, entre otras cosas, directora de Relaciones Institucionales en Correos y una de las sicarias del más que señalado secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, insiste a unos imputados de aquel caso, presentes junto con otros en la conjura, para que les suministren trapos sucios contra el teniente coronel Antonio Balas para "matarlo", se supone que operativamente. "Si Balas está muerto, mejor" se oye decir en el vídeo aportado por El Confidencial.

¿Que por qué? Porque el mando de la Guardia Civil, informe tras informe, documento tras documento, está acercando a los juzgados, a los tribunales y probablemente a la cárcel a toda esta infame cuadrilla cuyo grueso acompañó en el viaje por España al defenestrado Pedro Sánchez y ha dirigido el PSOE (Ábalos, Cerdán, Koldo). Se van confirmando así los peores presagios de los entonces barones susanistas sobre las intenciones del que, a partir de ahora, podemos llamar Pedro El Balas.

Ya como apodo, mote o alias lo de "El Balas" no es como un apellido que se hereda sin más responsabilidad posible que su aceptación en el Registro Civil y/o la partida de bautismo. Cuando a alguien se le pone El Balas como remoquete es que algo ha tenido que ver con esa denominación hiriente.

Unos ejemplos. En el Frente Popular de nuestra guerra incivil hubo un tipo que era conocido como El Balas. Cuando El Ángel Rojo, Melchor Rodríguez, acabó con las sacas de presos considerados derechistas de la prisión de Porlier para fusilarlos sin juicio y sin piedad, uno de los cuatro comunistas del comité que dirigía la cárcel, se llamaba Mariano Gutiérrez Albadalejo, el Balas. Se supone el por qué de su apodo. Todos ellos fueron desarmados y encarcelados a finales de 1936.

No siempre el mote se relaciona con la violencia. Unas veces tiene que ver con la velocidad del sujeto para realizar gestiones y otras, por ironía manifiesta, con su vagancia o lentitud para consumarlas. Yo mismo he conocido a un Juan el Balas, lento como el caballo del malo.

En el caso que nos ocupa, el de Pedro el Balas, el motete se deberá a la inevitable relación que ya se ha establecido entre la cacería política-militar del Teniente Coronel don Antonio Balas y esa fangosa porquería moral que marca y marcará el destino del inquilino de La Moncloa, el Puto Amo, el Uno, Pedro Sánchez.

Lo que acabamos de ver, de oír y saber, en cualquier nación respetable, conllevaría la dimisión inmediata y la convocatoria de elecciones generales. En esta sociedad envilecida por demasiadas prácticas mafiosas, eso no ocurrirá[i].


[i] Si alguno cree que este tipo de comportamientos es nuevo, tomen nota de que en México conocían a Indalecio Prieto como "el Don", como a Don Corleone. Tras apropiarse del Tesoro del Yate Vita que Juan Negrín obtuvo por el expolio de cuentas y depósitos bancarios privados de españoles, lo usó para asegurarse una vida opulenta y su dominio absoluto sobre el exilio español en México. Esto lo ha contado una amiga íntima de Gabriel García Márquez, María Luisa Elío, a quien dedicó Cien años de soledad.

En 1977 aún no se sabía que había sido de todo aquel tesoro como se le llamó ("El tesoro del Vita") que nunca fue ni contabilizado ni devuelto a sus propietarios. De hecho, el socialista José Prat, presidente del PSOE tras décadas de exilio, afirmó el 24 de marzo de ese año, 38 años después de los hechos, que las cuentas se presentarían de forma inmediata en las Cortes Españolas. No existe en la documentación oficial disponible indicio alguno de que tales cuentas fueran presentadas jamás. Aún no lo han sido.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal