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Sánchez, atado al timón del Demeter y con Zapatero en la bodega

Lo próximo puede ser una huelga de hambre. Le sentaría fetén a don Santos que está un poco regordio.

Lo próximo puede ser una huelga de hambre. Le sentaría fetén a don Santos que está un poco regordio.
El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, durante el Comité Federal del partido este sábado. | EFE

"Cuaderno de bitácora. 1 de agosto. No teniendo fuerzas para trabajar las velas, tenemos que navegar con el viento. No nos atrevemos a arriarlas, porque no podríamos izarlas otra vez. Parece que se nos arrastra hacia un terrible desenlace. 4 de agosto. Soy el capitán y no puedo abandonar mi barco. Pero yo frustraré a este enemigo o monstruo, pues cuando las fuerzas comiencen a fallarme ataré mis manos al timón, y junto con ellas ataré eso a lo cual ¡él! no se atreve a tocar; y entonces, venga buen viento o mal viento, salvaré mi alma y mi honor de capitán… Un gran estado de reverencia y temor sobrecogió a los habitantes de Whitby cuando vieron que el barco, como por milagro, había encontrado el puerto, ¡guiado solamente por las manos de un hombre muerto!… un marinero… atado a la rueda del timón". (Bram Stoker, Drácula).

Ese hombre era el capitán del Demeter. El barco había zarpado del puerto de Varna en el Mar Negro y su destino era la ciudad inglesa de Whitby. A bordo, una tripulación de nueve hombres. Ninguno llegó vivo. "Me elegisteis como capitán de este barco. Y el capitán no se desentiende cuando viene mala mar, se queda a capear el temporal, a salvar el rumbo y a ganar el puerto", afirmó un campanudo Pedro Sánchez en el Comité Federal del PSOE el pasado sábado. Sus tripulantes de confianza son cadáveres políticos (Ábalos, Cerdán, Koldo. El último, Salazar, un rijoso abatido por fuego amigo). El capitán, embotado por tanto maquillaje, navega en una realidad paralela y Zapatero es el vampiro psíquico que escudriña agazapado en la bodega.

El secretario general socialista animó a los suyos a debatir en libertad y Emiliano García-Page, que no es de los que se asobinan, le tomó la palabra. Sugirió -prudente- que el líder se someta a una cuestión de confianza o convoque elecciones. Fue de los primeros en intervenir. En la tradición socialista y comunista se hace así con el disidente para que, a continuación, una purrela de serviles le pongan a caldo. "Un ejercicio de hipocresía insoportable", le espetó Óscar Puente que, para sorpresa de la concurrencia, reconoció que la corrupción socialista viene de lejos: "Yo que llevo 36 años aquí, he visto a un Director de la Guardia Civil fugarse a Laos, y a un ministro del Gobierno de España ingresar en prisión… por secuestro y malversación". El ministro de Transportes es un vector del caos, pero cuando tiene razón hay que dársela y eso que no mencionó Filesa, los ERE… Lo que no olvidó fue el dardo envenenado para Felipe González. Después intervino Salvador Illa, con ese aspecto de funcionario estalinista que sonríe mientras te purga. Hizo una advertencia que, si es en otra época, mejor sales pitando: "Quien ataca al secretario general, ataca a todo el partido". Y ya lo advertía Lenin: "el que debilita, por poco que sea, la disciplina férrea del Partido del proletariado… ayuda de hecho a la burguesía contra el proletariado". (La enfermedad infantil del 'izquierdismo' en el comunismo). Don Emiliano, yo que usted me palparía la ropa porque le están enseñando el camino del gulag.

"Cerdán es de pocas lecturas", reconocen sus allegados pero ha sido entrar en la trena y hacerse socio del Círculo de Lectores. Le pregunto a un conocido que fue director de la prisión de Soto del Real -cuando se hospedaron Junqueras, Turull y compañía- si es habitual este tipo de cambios. "Ese club de lectura que dice haber montado ya estaría funcionando y él se ha incluido porque le habrán asignado a un módulo de respeto. En estos módulos tienes la obligación de hacer actividades: cuatro a la semana. Una de esas actividades, seguramente, es la de participar en el club de lectura". Benet Salellas es el abogado de Cerdán. Como es muy revolucionario -aunque comparte confidencias con Teijelo, letrado de la cloaca socialista- se empeña en vendernos a su cliente como un preso político, de ahí que lo ponga a leer que da buena imagen. En plan Gramsci. Lo próximo puede ser una huelga de hambre. Le sentaría fetén a don Santos que está un poco regordio.

"Me extraña que en una semana sea capaz de dirigir una actividad a otros internos, que son gente con mucha cárcel y con muchas vivencias. Y este al fin y al cabo no es más que un recién llegado. En el ambiente y en el ámbito penitenciario es un pringao", me dice el antiguo director de Soto del Real. Le pregunto por esa información de que se le habría asignado una celda individual. "No creo que esté en una celda solo", responde. "Normalmente, cuando entra alguien que no tiene relación con el mundo penitenciario, que no es un delincuente habitual, aunque haya cometido un delito -presuntamente-, como es el caso, lo normal es que durante un tiempo se le ponga un interno de apoyo, de acompañamiento. Por si tuviera malos pensamientos o tentaciones, para impedir que pueda dañarse a sí mismo. Es un protocolo que está establecido para evitar suicidios. Y si se observan evidencias clarísimas de que se quiere quitar la vida, entonces se le asigna un 'interno sombra', de apoyo 24 horas tanto dentro como fuera de la celda. Pero lo normal es que tenga ese interno de apoyo mientras permanece dentro de la celda, que es de 20:30 a 8:30h y de 14 a 16:30 o 17h, cuando salen al patio. Ese tiempo tiene que estar acompañado".

¿Qué protocolo se aplicó con los presos del Procés? "Como eran seis se les puso juntos. Entre ellos se apoyaban y vigilaban porque el riesgo de que pudiesen hacerse daño era alto". Y volviendo a Cerdán no duda: "Si está en una celda solo es porque la Dirección General lo ha ordenado". Seguro que sus excompañeros socialistas no le van a dar ningún trato de favor…

Bram Stoker describe la extrañeza de los habitantes de Whitby ante lo que creen es testarudez o ignorancia de la tripulación del Demeter. El barco, con el velamen desplegado, está expuesto a la furia de la tormenta. Desconocen que va a la deriva. Lo mismo sucede con esas fans del PSOE -que por su aspecto antes lo debieron ser de El Dioni- apostadas frente a la sede de Ferraz. Jalean a los suyos y llaman "facha y traidor" al que opina distinto. Mujeres progresistas que te acompañan a la tapia del cementerio. Ignoran, decía, que al frente del barco está un orate y el pasaje empieza a gritar ¡Nos la pegamos!

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