
Cuando un servidor era joven –por los setenta del siglo pasado– solía escuchar "eso se arregla viajando". En general se salía más bien nada y la frase igual servía para un roto que para un descosido. Su intención, buena, era desasnar al personal. Hoy en día, con Google, pinchas en el Maps y te haces unos periplos astrales que para si los quisiera Carlos Castaneda. Y sin necesidad de ponerte ciego de peyote. Como ahora casi todos viajan –se gastan los cuartos para ver mundo y subirlo al Instagram– podría pensarse que la frase ha perdido su función civilizatoria. Pues no. Sigue plenamente vigente… su precuela: "Eso se arregla leyendo".
Hay que documentarse para entender cómo reacciona ante una catástrofe el presidente responsable y el que no lo es. Como manipulan los autócratas, sean trumpistas o sanchistas. A primeros de año cuatro incendios arrasaron California. Fallecieron 28 personas. Se iniciaron el 7 de enero con dos igniciones simultaneas, una de ellas provocada por la caída de una torre eléctrica. Al día siguiente, el presidente Biden se reunía en California con los responsables del operativo. Ordenó movilizar recursos de la Marina y la Guardia Nacional. "El gobierno federal estará aquí para quedarse mientras nos necesiten".
Pedro Sánchez interrumpió sus vacaciones el pasado 17 de agosto, cuando el fuego había quemado más de 100 mil hectáreas. Lo normal en esas apariciones es hacer un anuncio y como los gurús monclovitas estaban de vacaciones, llamaron a Yolanda Díaz. "Un pacto de Estado, presidente". "Vale, Yoli, ¿qué título le ponemos?". "Déjame pensar… ¿te parece 'para la mitigación y adaptación a la Emergencia Climática del país'?" "¡Qué bueno! Estás en plena forma". El presidente se plantó en Orense con su pacto que "interpela a todas las administraciones públicas, a la ciencia, empresa, sindicatos y, en definitiva, al conjunto del país". Y se volvió a La Mareta. A los dos días apareció la directora de Protección Civil. Formada en la escuela de provocadores que dirige Óscar Puente. Ladra, pero bajito.
La señora Virginia Barcones (que empezó de concejala en Berlanga de Duero –831 habitantes– en 2007 y tras una exitosa carrera es la mandamás de Protección Civil desde 2023) compareció el 20 de agosto y acusó a los presidentes de Castilla y León, Extremadura y Galicia de crear "polémicas artificiales para no tener que hablar de su propia gestión". De pedir "imposibles". "Mover bulldozers del Ejercito no se hace en 10 minutos, ni aviones en cinco… Están pidiendo cosas que saben que son imposibles". Cogió carrerilla y los acusó de no haber actuado con suficiente "anticipación", aunque no precisó cuánta considera ella que es suficiente.
Trump, incendios y manipulación política en California
Comprobada esta lealtad institucional en España, volvamos a los incendios de California. ¿Qué hizo Trump? Visitó la zona afectada el 25 de enero. El día anterior, el periódico The Sacramento Bee recoge unas declaraciones en las que el presidente condiciona la firma de la ayuda federal para los incendios forestales. "Quiero ver dos cosas en Los Ángeles: identificación de los votantes (y decían que Biden desvariaba) y quiero ver que se libere el agua, para que llegue a Los Ángeles y a todo el Estado". Previamente, se propagan bulos acusando al Gobernador de California de arrojar agua al océano y no dedicarla a la extinción. Trump, VOX, Sánchez son de la misma escuela: manipular, señalar enemigos, dividir. Enfrentar a la sociedad. Al menos, entre los detenidos por pirómanos no hay cuadrillas de moros, ni grupos de extrema derecha.
O eres de la Agenda 2030 o un negacionista. Los incendios son por el cambio climático o porque Bruselas no deja hacer cortafuegos. He buscado y no encuentro nada que los prohíba. Más bien al contrario. "Artículo 48. Planificación para la prevención y defensa ante el riesgo de incendios forestales. e) Los trabajos de carácter preventivo a realizar a lo largo de todo el año, en particular los tratamientos selvícolas que procedan, áreas cortafuegos, vías de acceso y puntos de agua que deban realizar los propietarios de los montes de la zona, así como los plazos de ejecución". (Ley 43/2003, de Montes).
El Fiscal de Sala coordinador de Medio Ambiente envió el 22 de agosto un oficio a los fiscales provinciales. Les pide que comprueben si los municipios con mayor riesgo de incendios cuentan con planes de prevención. Algunos alcaldes han puesto el grito en el cielo. La Fiscalía debe "exigir la posible responsabilidad penal, del tipo que sea, de aquellos que, teniendo la obligación de elaborar los mismos, no hayan procedido a llevar a cabo su obligación". Tiene razón el fiscal y la tienen los alcaldes. Porque planes de prevención, tener seguro que los tienen, de lo que carecen es de voluntad y recursos para acometerlos. Este es un país de normas infinitas.
Negligencia y verdades incómodas sobre los incendios
La Asociación Forestal de Galicia publicó el pasado 22 de agosto un artículo titulado Incendios forestales: creencias y prejuicios frente a la realidad. Les copio un párrafo: "La evidencia centra el foco de la causalidad de los incendios en las costumbres arcaicas de zonas deprimidas, en la negligencia asociada al uso del fuego como herramienta de trabajo, en bolsas de ignorancia, en la ausencia de cultura forestal y, por supuesto, en los intereses locales de obtener beneficios con usos agrícolas o ganaderos directamente enfrentados al uso forestal del territorio". Esto no lo escribe un urbanita madrileño.
El pasado domingo, el profesor Miguel del Pino se sinceraba en Es la Mañana de Fin de Semana: "Hay que desmentir cosas que me pueden dejar en mal lugar ante la opinión de muchas personas… Me decían algunos grandes del ecologismo español: Lo vienen quemando por la sierra 'de tal'; ahora están quemando por… Es la primera verdad que hay que asumir. Yo se que es terrible, pero ¿quién puede tener tal maldad para quemar el monte?"
Agenda 2030 o cambio climático. Que si la autonomía, que si el ministro. En septiembre, olvidado. Esperemos que Sánchez persuada a Puigdemont y consiga aprobar esa ley que prohíba los incendios en el mes de agosto. Al menos podrá descansar y comer a su hora, que falta le hace a la criatura.

