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Miro y miro a Giuliano Simeone y a mí sí me da por sonreír

Me encantaría ver a muchos jugadores llevar el balón en los pies a la velocidad que juega este chico.

Me encantaría ver a muchos jugadores llevar el balón en los pies a la velocidad que juega este chico.
Miro y miro a Giuliano Simeone y a mí sí me da por sonreír | Cordon Press

Miro, miro y miro a Giuliano Simeone y, oye, no sé qué me pasa, pero me da por sonreír. Miro, miro y miro sus actuaciones en los partidos del Atlético de Madrid y será cosa mía porque estoy muy loco, pero me da por tener buena cara cuando el Atleti gana gracias a él. Y miro, miro y miro que un jugador de la casa triunfa en el equipo de sus amores y no os lo vais a creer, pero lo celebro. Debe ser que a mí se me ha ido la pinza definitivamente o que otros quizá no sean del Atlético sino de su propio club y, oye, por si no lo saben ya se lo digo yo, de ese club, del que tienen ellos en su cabeza y sobre todo en su boca, no hay ni afición ni simpatizantes ni nada por el estilo. Tenéis menos apoyo que el tercer portero del New Team de Benji, por si no os ha quedado claro.

Debe ser que hay gente que miró a otro sitio durante el el Atlético-Sevilla porque por mucho que a mí me intenten explicar que son muy, muy, muy del conjunto rojiblanco, no es muy normal que la diferencia en tu cara respecto a una colonoscopia y una victoria de tu equipo sea inexistente. Hay que mirarse eso, señores. Si el Atlético gana 3-0 al Sevilla no es muy normal que te pongan un micrófono o una caña delante y tengas cara de haberte comido un 0-3. Normal no es, sospechoso sí, y he visto gente menos calada durante huracanes en el Caribe.

Respecto a la eterna frase de "Giuliano Simeone no tiene calidad"... sinceramente la detesto. Me provoca urticaria. Me encantaría ver a muchos jugadores llevar el balón en los pies a la velocidad que juega este chico. A ver cuántos de ellos pueden acelerar a máxima velocidad y que la pelota siga en su poder para poder marcar o asistir. A ver cuántos pueden robarle el balón a un rival y después sacarle 10 metros en pocos segundos sin que le pillen. Creo que no hay tantos con esa calidad. Sí, calidad. Porque ya he dicho muchas veces que hay muchos tipos de calidades en el fútbol. Está el pase con el exterior, que es un arte, y también está el arte de saber meter cuerpo para anticipar y robar. Calidad es no bajar tu intensidad juegues uno o noventa minutos. Calidad también es presionar sabiendo cuándo debes meter el pie y cuándo debes amenazar con hacerlo. Eso es calidad, señoras y señores, y a mí sinceramente me da igual si marco el gol con la rodilla o lo marco con el tacón. Por eso, cuando yo veo morder a Giuliano veo calidad.

Por cierto, Giuliano tiene 22 años y en diciembre cumplirá 23. No tiene 30. Tampoco 35. Digo esto porque tengo la sensación de que el margen de mejora se lo niegan a este chico, sin embargo, a mí es lo que más me ilusiona. Ser más del Atleti es imposible, eso seguro, pero seguir mejorando en todas las facetas del fútbol será parte del camino de Giuliano. No me cabe duda.

A todo esto, me consta que en muchos casos, aunque Giuliano no le entrase por los ojos a algunos, ahora sí firmarían que Simeone marcase 100 goles en 100 partidos y eso les honra, porque si hay que elegir entre tener tú razón y que el Atlético gane, lo siento, pero yo prefiero equivocarme mil veces. Repito, me consta que mucha gente celebra no tener razón y, como nos ha pasado a todos, si hay alguna opinión que nos persigue, nos la zampamos a gusto y punto. Esa gente, siempre en mi equipo, aunque a veces no concuerde con sus análisis.

Por último, una cosa. Si revisan el artículo, no he llamado a Giuliano con ningún diminutivo. Otra arma habitual para atacar tanto al hijo como al padre. Para mí es Giuliano y, lo dicho, a mí verle triunfar sí me hace sonreír. Miro y miraré a otros y no veo ni veré lo mismo. Les compadezco porque no hay nada más triste que no disfrutar de tu equipo.

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