Cae el fiscal pero su misión sigue en pie
El fiscal general se sentó a sí mismo en el banquillo porque decidió no dimitir y presentarse al juicio con sus puñetas. Eso debería ser agravante.
España se ha convertido en el país de los estrenos. Nunca antes había pasado lo que sucede hoy, síntoma inequívoco de inestabilidad golpista. La diferencia entre tener cabeza y perderla puede ser la locura pero también la guillotina a la que parece que nos encaminamos si no encontramos remedio.
Suceden cosas inéditas porque se está violando la ley y violentando las instituciones que estorban para gobernar sin frenos ni contrapesos. Nunca antes la mujer de un presidente, nunca antes el hermano, nunca antes sin presupuestos generales, borrando delitos, amnistiando sin control. Jamás se vio a un fiscal general declarado inidóneo por el CGPJ, menos aún imputado, después procesado y por fin condenado. Todo es nuevo bajo el sol. La legalidad delinque. El vigilante viola. Y mañana caerá otro pilar pero no sabemos cuál.
Álvaro García Ortiz nunca debió ser fiscal general del Estado y ahora acaba de demostrar por qué. El informe del Consejo General del Poder Judicial ya destacó que el candidato era "inidóneo" para el cargo y que "había incurrido en el vicio de desviación de poder". Ay el vicio del poder. Los encargados de examinar al fiscal concluyeron con pocas dudas:
"No parece que pueda merecer un juicio de idoneidad el nombramiento de un candidato que ha demostrado tan deficiente esmero en la pulcritud del desempeño de los puestos de la Fiscalía de más relevante trascendencia".
Es el propio fiscal general el que ha sentado al fiscal general en el banquillo porque fue su decisión, quizá por orden de Sánchez, no dimitir y presentarse al juicio con sus puñetas. Eso debería ser agravante. Y, por si eso fuera poco, destruyó pruebas de su teléfono móvil sin que ello haya pesado sobre su condena. Más indicios en su boca: "Si yo quisiera hacer daño a un determinado espectro político tengo información de sobra". Lo demostró también. Que la tiene y que la pide sin importar el método de extracción. "La verdad no se filtra, se defiende", acertó a decir ya en su viaje al averno. Y la mentira se persigue y te delata.
El Sindicato del Golpe
Cuando saltó la noticia de la condena del fiscal de Sánchez sonaron las sirenas del Mediasoviet. Se recordará este 20-N de 2025, inédito como casi todos los males que estamos soportando, por la virulencia mostrada en las tertulias e informativos de los medios afines al Gobierno, sobre todo la Televisión Espantosa.
El director de Mañaneros 360 de TVE, Javier Ruiz, soltó la liebre: "bomba jurídica". Y los obedientes galgos redujeron sus escasas neuronas para concentrarlas en la persecución:
"Es una vergüenza. Hoy creer en la justicia es mucho más difícil en este país (…) es superinjusto porque todos los periodistas hemos dicho que es mentira, que no fue el fiscal."
El propio Ruiz hizo gala de su capacidad oratoria para zanjar el asunto:
"Aquí hay una cuestión que es la verdad judicial y la verdad de verdad. Y los periodistas sabemos quién filtró y sabemos que no fue el fiscal. O sea, hay certeza absoluta de que no fue Álvaro García Ortiz. Sabemos que esta condena responde a hechos que no ocurrieron".
Punto. Cinco años de carrera y un puñado de másteres insondables dan para esto y quizá para algo más de aquí a las elecciones. Si mezclamos la doctrina mañanera con las reflexiones del condenado algún día alcanzaremos a comprender que "la verdad de verdad no se filtra". Eso nos llevará a la "certeza absoluta" … de que este tipo cobra demasiado de nuestros impuestos aunque no pongamos la tele por prescripción facultativa. Alguien debería meterle una demanda por lo dicho. Está imputando un delito a un tribunal.
Una tertuliana de nómina puso el broche intelectual al asunto. Todo esto no sucedía un día cualquier, no: "¡20-N, madre mía!".
Pues eso, el día del cambio de régimen hacia la democracia. Si todavía hubieran suspirado ante una noticia producida el 18 de julio —que tampoco— se ajustaría un poco más a su reducida coartada vital. Pero el 20-N, el día del "hecho biológico" de 1975 fue el fin físico de la dictadura que ya se venía pergeñando, con leyes como la de Reforma Política, desde dentro del régimen y con la concordia como horizonte cierto, pues ya estaba sondeado para ello hasta el PCE. Del PSOE, como casi siempre, se esperaba poco o nada si quedaba un resquicio de riesgo. Su antifranquismo fue post mortem.
Y en 20-N, pero medio siglo después, cae un fiscal general que llegó para pervertir la legalidad, no sólo por el caso de la filtración que pretendía derribar a un adversario político con métodos mafiosos, sino por toda una trayectoria que, como se ha denunciado y siempre hemos recalcado, le impedía ser el jefe de los fiscales ya que sólo era un miembro más del Gobierno, la encarnación misma del Ministerio Fiscal mal entendido.
La buena noticia es que contra el Sindicato del Golpe supo despertar el PP a través de su secretario general Miguel Tellado que dejó a la comisaria Silvia Intxaurrondo con una dolorosa sonrisa de hielo y un volcán en la boca del estómago. Las penas con pan son menos y a la comisaria le sobran chuscos, pero el repaso de Tellado, certero, documentado y desacomplejado, le ha dejado molestas petequias en las mejillas y un hormigueo general que tardará en remitir.
Lo importante ahora es entender que la reacción del Gobierno es también golpista: el Tribunal Supremo ha prevaricado y habrá consecuencias. Tal es su mensaje y que nadie dude de que le acompañará la acción teniendo en cuenta la separación de Bolaños del Estado que se da en España en honor al cadáver de Montesquieu. Es el momento de que alguien empiece a exigir deducción de testimonios.
Algunos muertos vivientes como Óscar López pueden inaugurar esta nueva instrucción. El cavernoso socialista de las gafas empañadas por buscar miserias ajenas en las saunas sabinianas alza hoy su imprudente voz contra el Poder Judicial creyendo que así aliviará culpas primarias. Ay, cuántos fantasmas rondarán en estas frías noches de invierno político para que Óscar López se lance a acusar de prevaricación al Tribunal Supremo. El miedo, con horas y minutos, lo explica muy bien Olivia Moya en Libertad Digital.
Pese a la histeria golpista y a que lo importante es que han condenado al fiscal general del Estado, la pena me sigue pareciendo corta viendo el delito cometido en el ejercicio (espurio) de sus funciones. Si los dos años de inhabilitación suponen la expulsión de la carrera fiscal, entonces será más ajustada al daño. Que envíe credenciales a Balta&Lola, que allí siempre será idóneo para las causas del despacho.
Que expulsen al inidóneo inhabilitado, volvamos a preguntar a Sánchez de quién depende la Fiscalía y que no nos pille desprevenidos la reacción, que también será inédita. La razón por la que el fiscal ha caído sigue intacta. Queda el Constitucional… y si no, el 34, el 36…
Lo más popular
-
Bono asiste a la reapertura de un hotel de lujo de Globalia en R. Dominicana junto a Hidalgo: "Pepe, enhorabuena" -
Aldama dice que el rescate de Plus Ultra fue "orden directa" de Sánchez y que Montero dijo "yo me encargo" -
La DGT anuncia conos y señales conectados tras la implantación de la baliza V16 -
TVE y Javier Ruiz se inventan un bulo sobre el robo de votos en Extremadura y la Guardia Civil lo desmiente -
Nicolás Redondo destroza a Óscar Puente: "Representa la cobardía de los que entregan los principios por estar"