
El 26 de agosto de 1994, Albert Boadella escribió en El País "El Virus". Era por entonces un periódico bien distinto de éste, y él, director de Els Joglars. Describía el paisaje desolado que iba quedando de Cataluña tras la impronta de Jordi Pujol, considerado como El Molt Honorable President de la Generalitat.
Si alguna vez fuimos políticamente felices debió coincidir con la Transición del 78. Por entonces el mundo entero admiró aquella reconciliación ejemplar entre españoles y ensalzó una Constitución que la garantizaba para siempre. O eso creíamos.
Puro espejismo, la buena voluntad del Estado de las autonomías no sirvió para apaciguar el virus del nacionalismo vasco y catalán, y con el pasar del tiempo, tampoco el guerracivilismo populista de izquierdas. Detrás del hundimiento de aquella España conciliada consigo misma está Jordi Pujol. Su nacionalismo lingüístico fue el virus inicial que acabaría por infectar las maneras de hacer política en Cataluña, que con el pasar del tiempo, acabaría por infectar a España entera. Ahora que está siendo juzgado por corrupción económica, es necesario precisar su otra corrupción, la política. Infinitamente peor que el 3%. Para los que no sepan aún que fue y es su Cataluña, que reparen en la España actual. Porque las causas vienen de aquella. Fue Jordi Pujol quien diseñó la España que hoy agoniza, y Zapatero y Sánchez los discípulos que la han llevado a la metástasis. Veamos su recorrido histórico:
PATRIOTAS CATALANES FRENTE A COLONOS, CATALANISTAS FRENTE A FACHAS:
El comodín de la ultraderecha lo inventó el pujolismo. Hoy el Sanchismo llama ultraderechistas y fascistas a todo el que se le opone para eliminarlos como rivales. Pero no fue él quien inventó el infierno, antes fue la Iglesia y después Pujol. éste logró que todo el arco parlamentario considerado genuinamente catalán, se conchabara para aislar a los considerados colonos en Cataluña: castellanohablantes, charnegos, españolistas; todos fachas, es decir, la ultraderecha. No era una distinción ideológica, sino nacionalista. De un lado, el catalanismo, de otro, la ultraderecha española. Del primero, CiU, ERC, PSUC y PSC (para los que no quieran incluir al PSC en ese frente patriótico, ha de saber que fue el PSC y el PSUC los que impusieron la inmersión lingüística y firmaron el cordón sanitario contra el PP). Con la desaparición del PSUC, la izquierda nacionalista tomó diferentes nombres: IC, Podemos, Sumar, Comuns etc. Del otro lado de ese maniqueísmo, sólo el PP. Con el andar del tiempo, añadieron al frente de ultraderecha por orden de aparición, a C's y después a VOX.
A ese grupo de "arios inmaculados" se unió la CUP, pero la frontera entre el catalanismo y la ultraderecha seguía siendo, el ser o no ser nacionalista, independientemente de que fueran o no de derechas o de izquierdas. Eso significaba que votaban siempre juntos cuando se trataba de aislar "a los de fuera", por fachas, por españoles, sin distinción ideológica.
Esa anomalía es la que Pedro Sánchez ha importado a España, juntando en un mismo puchero a los exterroristas de Bildu, a la derecha nacionalista del PNV, a la ultraderecha de Junts y al populismo plurinacional de Podemos, Sumar y algún descolgado de Canarias o Teruel. ¿Qué tienen en común? Que la mayoría son enemigos de España, y todos sin excepción catalogan de ultraderecha al PP y VOX. Una manera de cabalgar contradicciones sin costo alguno.
EL PROGRAMA 2000 DE PUJOL, MEMORiA HISTÓRICA DE ZAPATERO Y MEMORiA DEMOCRÁTICA DE SÁNCHEZ.
Desde que tomó el poder Jordi Pujol en 1980, su obsesión fue formatear la mente de los ciudadanos para convertirlos en nacionalcatalanistas. Y tomó a la lengua catalana como criterio de demarcación. Por eso impuso la inmersión lingüística desde la escuela eliminando al español como lengua de enseñanza. Pretendía una substitución lingüística total. Como Pol Pot en Camboya con los camboyanos occidentalizados, es decir, con rasgos de escolarización y cultura occidental.
Pero ahí no se quedaba la cosa, instituciones, empresas, entidades deportivas, Iglesia, cultura, ocio, medios de comunicación, todo, absolutamente todo debía ser nacionalizado. También la historia, por supuesto. De ahí los eventos del Mil·lenari de Catalunya (1988), un cuento para crédulos que nos torturó hasta el hastío. Especialmente con los medios de comunicación públicos y la escuela, porque con la disculpa de la recuperación de la lengua catalana, fueron desde su creación las herramientas preferidas por el catalanismo para formatear la pertenencia, las emociones, la ideología y los sentimientos de todos los catalanes. TV3 y Catalunya Radio sólo son la punta del iceberg. A ello se sumaban otros muchos medios que dependían de instituciones públicas. Además de las subvenciones a los medios privados como La Vanguardia, Avui, RAC-1 y la pléyade que hoy anida en digitales. Y para llevar a cabo todo eso, impulsó el PROGRAMA 2000. En 33 páginas está condensado el racismo cultural latente y explícito del nacionalismo catalán.
Nuevamente aquí, Pedro Sánchez ha sido alcanzado por el virus de Pujol. Aquella HEGEMONÍA CULTURAL CATALANISTA que quiso imponer Pujol, Sánchez la llama RELATO. Y para ello ha copiado el modelo de medios públicos y subvenciones privadas de los medios de comunicación de Pujol. Nunca antes en España hubo tanto sectarismo ni tanto mercenario del periodismo dispuesto a prostituirse por la ideología que le paga o en la que cree. Y como Pujol, Rodríguez Zapatero con la Memoria histórica primero, y Sánchez con la Memoria democrática, después, han emulado el infame programa 2000 de Pujol de 1990. Nunca antes en la España democrática habían ocurrido tales obscenidades.
EL GUERRACIVILISMO DE RODRÍGUEZ ZAPATERO
Con el gobierno de Rodríguez Zapatero se inició un plan para desenterrar el guerracivilismo que habíamos superado con la Transición del 78. Era preciso "subir la tensión" y volver al maniqueísmo. El PSOE por sí mismo no parecía capaz de ganar a la derecha, y solo dividiéndola y creando un nuevo Frente Popular con todos los enemigos de España, podían volver al poder y conservarlo eternamente. De ahí el blanqueo de ETA. Rosa Díez en "LA SOMBRA" (Memoria histórica de Zapatero), relata la traición a sus víctimas, a la democracia y a España. Pero el tal Rodríguez no hizo otra cosa que seguir LA POLARIZACIÓN que inició Pujol en Cataluña en 1980. Aunque quién la ha llevado a sus últimas consecuencias en España es su discípulo, Pedro Sánchez. Para qué insistir.
PROCESO AL CLAN FAMILIAR DE PUJOL Y A PEDRO POR EL CLAN DEL PEUGOT
¿Se acuerdan cuando Pujol salió al Palau de la Generalitat para intimidar al gobierno de Felipe González y a los jueces con aquello de: "El gobierno central ha hecho una jugada indigna. A partir de ahora, cuando alguien hable de ética, de moral y juego limpio, hablaremos nosotros, no ellos" (1986). Eran los años ochenta, pero suenan como los bulos que Sánchez y su gobierno atribuyen cada día a la oposición.
PUJOL, BANCA CATALANA, PROCÉS, TRIBUNAL SUPREMO, LAWFARE Y AMNISTIA.
Toda la murga de Pujol contra los jueces con Banca Catalana, con la sentencia del TC contra el Estatut, la rebelión de Pepe Montilla encabezando una manifestación contra el TC y declarando que "los sentimientos de un pueblo no se juzgan", la rebelión de los falsos referéndums del 9-N de 2014 y 1-O de 2017, la declaración de independencia de 9 segundos, la rebelión política y mediática de TV3 contra la sentencia del TS por sedición, y todos los avatares de una amnistía otorgada para comprar la presidencia del gobierno y venderla a trocitos para seguir en ella… nació, se desarrolló y se exportó al resto de España. Pedro Sánchez sólo ha llevado a cabo la degradación de las Instituciones democráticas españolas para mantenerse en el poder, después de haber visto cómo en Cataluña tenían éxito. Su uso despótico de las instituciones para ponerlas a su servicio, la utilización de una tropa nacionalista alistada a sus órdenes, ha sido mimetizada por Pedro Sánchez en España. Como Pujol, Sánchez logró disponer de una mayoría política (que no social) en nombre de la nación asediada, Pedro Sánchez ha creado mediante la polarización, el líquido amniótico plurinacional que le permite tener una mayoría parlamentaria con todos los enemigos de España (de Izquierdas y derechas). Una falsa mayoría, cuya argamasa es la omertà, a costa de la degradación de las instituciones democráticas, y de la democracia misma. Con una sola diferencia, en Cataluña se hacía en nombre de "su" nación, y en el resto de España se hace a costa de la nación.
Y así llegamos a asumir todas las trampas del sedicioso contra la ley, la Constitución, las instituciones, y de la misma nación española asumiendo el mayor atentado contra la separación de poderes: la leyenda por excelencia de los nacionalistas, el Lawfare como medio para destruir a los Jueces. Nos han catalanizado, la metástasis ha triunfado. Ahora es preciso que la sociedad sepa llorar a sus muertos y resurgir de ese dolor como lo hacen todas las primaveras, del invierno. El voto es la herramientas para preparar la tierra de la próxima primavera. Y de esa responsabilidad tú ya no te puedes evadir. Hagas lo que hagas con él ya no te puedes quejar del futuro, porque en tu mano está construirlo.
CONCLUSIÓN: Con ocasión de la llegada de Franco al Palau de Barcelona en 1960, el jovencísimo Jordi Pujol escribió unas octavillas que trataban de delatarle por corruptor: "El General Franco, el hombre que pronto vendrá a Barcelona, ha elegido como instrumento de Gobierno la corrupción. Ha favorecido la corrupción. Sabe que un país podrido es fácil de dominar, que un hombre comprometido por hechos de corrupción económica o administrativa es un hombre prisionero".
Imposible obviar la proyección de lo peor de sí en su enemigo más odiado. Hasta en esto Pedro Sánchez sigue los pasos de Jordi Pujol. Y barrunto que también su destino.
