Menú

Éste no se va

La única manera de que salga del poder es que su partido lo eche de nuevo. Sería la segunda vez y no necesariamente la definitiva, porque Sánchez es muy capaz de montar otro partido y mandar al basurero de la Historia al PSOE.

La única manera de que salga del poder es que su partido lo eche de nuevo. Sería la segunda vez y no necesariamente la definitiva, porque Sánchez es muy capaz de montar otro partido y mandar al basurero de la Historia al PSOE.
MADRID, 15/12/2025.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece para efectuar un balance del curso político y presentar el informe periódico de rendición de cuentas Cumpliendo. EFE/ J.J. Guillén | EFE

Sánchez explicó ayer los éxitos de su Gobierno a lo largo del presente ejercicio y lamentó que celebremos tan poco lo que está haciendo por nosotros. Resulta irritante tener que aguantar los reproches del personaje y el tono displicente con el que se dirige a los ciudadanos, un tic habitual entre los dirigentes izquierdistas que tocan pelo presupuestario y que en él resulta especialmente ofensivo. Es que sabemos tanto de él, de su mujer, de su hermano, de los mandriles rijosos de su partido y de la banda del Peugeot, que su comparecencia de ayer solo hubiera despertado un interés sincero si hubiera aparecido azotándose el lomo desnudo con una vara de granado.

El presidente del Gobierno no gobierna. Sus socios en el Consejo de Ministros lo traicionan y sus aliados parlamentarios le han cerrado el grifo del decreto ley. Todos ellos huelen el cadáver y no quieren ser enterrados en la misma fosa, lo que no implica necesariamente que se vayan a deshacer del despojo porque todavía hay dinero que robar y país que trocear hasta que llegue el apocalipsis, allá por 2027.

Sánchez hace referencia en ocasiones a esa fecha fatídica por imperativo democrático, pero su intención es perpetuarse en el poder. El tipo piensa en 2035, tirando por bajo. No vamos a caer en la pedantería psicologizante de extraer conclusiones políticas por el lenguaje corporal, pero Pedro está fatal. Físicamente, también. Seguramente está somatizando la presión que soporta desde que empezamos a conocer las andanzas de su gente, pero eso no parece hacer mella en su voluntad de permanecer al frente del Gobierno, pase lo que pase. Cuando advierte de que la llegada del PP al Gobierno apoyado por Vox provocaría una hecatombe, habla completamente en serio. Y cuando uno se ve a sí mismo como la última defensa del pueblo, se cree legitimado para emprender cualquier acción aunque resulte ilegal. En última instancia se trata de un acto de supervivencia y, llegados a ese extremo, ya vale todo.

La única manera de que salga del poder es que su partido lo eche de nuevo. Sería la segunda vez y no necesariamente la definitiva, porque Sánchez es muy capaz de montar otro partido y mandar al basurero de la Historia al PSOE. Un lugar muy apropiado, dicho sea de paso, a la vista de las traiciones que ha cometido contra la Nación desde el mismo día que se fundó.

Una rebelión de diputados o la convocatoria forzada de un congreso extraordinario en el PSOE para expulsarlo de nuevo parecen las dos únicas maniobras que pueden poner fin al sanchismo, la pesadilla que amenaza con dejar sin trabajo a miles de altos cargos socialistas en los distintos escalones del poder territorial si Sánchez se atornilla al sillón hasta 2027. El resultado de las elecciones extremeñas de este próximo domingo nos dará más datos sobre el punto de cocción en el que están las relaciones dentro del PSOE. Si se produce una catástrofe en las urnas y los socialistas no se atreven a dar el paso, habrá que esperar. Y rezar.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal