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Amando de Miguel

Cómo se puede podar a Podemos

Podemos se podría resquebrajar como efecto del patológico narcisismo de su caudillo, Pablo Manuel Iglesias.

Hace un par de años adelanté el presagio de que Podemos iría subiendo sistemáticamente elección tras elección hasta llegar al Gobierno. (Algunos amigos me reprochan: "Podrías haberte callado"). Lejos de replicar la táctica del golpe de Estado de Lenin, los podemitas desarrollarían la de los nazis alemanes. Primero ganarían algunos importantes Gobiernos municipales, luego absorberían a Izquierda Unida y por último fagocitarían al PSOE. El lector inteligente comprobará si esos pasos se han ido dando, salvadas todas las distancias de la comparación. Los nazis dominaron el nuevo medio de la radio. Los podemitas son los amos de la televisión.

Mi anticipación del futuro no es mecánica, ni mucho menos fatalista. Se cumplirá del todo si no se hace lo suficiente para contrarrestarla. De momento, todo parece indicar que Podemos avanza inexorablemente, ahora con un lema cardiosaludable y hablando de "patria". ¿Cómo se puede parar esa marcha ascendente hacia un Estado totalitario?

Cabe pensar que Podemos se podría resquebrajar como efecto del patológico narcisismo de su caudillo, Pablo Manuel Iglesias. Cada vez se muestra más endiosado. Se contempla satisfecho en el espejo de los medios y se sabe la encarnación del David de Miguel Ángel. Pero no es de mármol sino de barro. Habla y gesticula en exceso. Dice muchas sinsorgadas. Enseña demasiado su horrible dentadura. La coleta y el descamisamiento le sirven para disimular la tendencia a encorvarse. Por el físico se alzó y por el físico perecerá, como Dorian Grey.

Cabe la posibilidad (todo es posible en Podemos) de que el caudillo Pablo Manuel sea defenestrado y sustituido por una especie de politburó de segundones más sagaces. De los cuales se alzará un nuevo preboste, acaso más popular y menos populista. Cuando se está cerca del poder, triunfa la moderación.

Puestos a imaginar, una alternativa más eficaz podría ser que el triángulo Berlín-Frankfurt-Bruselas decidiera parar los pies a Podemos y sus secuaces. No se me alcanza cómo se lograría tal hazaña. La razón de una maniobra tan solapada es que el trípode que digo empieza a estar preocupado por el secesionismo del Reino Unido y el fracaso de Grecia. No se puede añadir el flanco español. Los experimentos, con gaseosa.

Pero soñar es gratis. Un PP competente y renovado, verdaderamente conservador, conseguiría domesticar a la fiera podemita. Para lo cual se necesita una auténtica sustitución generacional en las filas del PP. No es tanto una cuestión de edad como de talante. Se habla ya de una refundación. No sé si llegaré a verla, pero otros sí la documentarán. Necesitamos los españoles una verdadera cura histórica para superar la dialéctica de la última guerra civil. No creo que sea mucho pedir un liberalismo sin complejos. En estas páginas se ha ido vertiendo como agua mansa durante varios lustros.

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