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Amando de Miguel

Digresión sobre los apellidos

Los judíos de todas las épocas y condiciones han favorecido mucho el cambio de apellidos. La razón suele ser la de evitar persecuciones y represalias.

Miguel A. Taboada me envía una verdadera tesis doctoral sobre los apellidos judíos. No tengo espacio más que para incluir algunos ejemplos. Los askenazíes ponen apellidos derivados de los colores (Weis = blanco), la naturaleza (Berg = montaña), oficios (Schneider = sastre). Eso último distingue también a los apellidos de los sefardíes. Por ejemplo, Haddad (= herrero). El apellido judío Peres no es español, como suele decirse. Proviene de una palabra hebrea (Perashá = capítulo de la Torá o texto sagrado). Otra curiosidad. Entre los judíos polacos las mujeres utilizan mucho el nombre de Sprintze. No es más que la forma polaca de leer Esperanza, que seguramente llevaron a Polonia algunos sefardíes.

Añado que los judíos de todas las épocas y condiciones han favorecido mucho el cambio de apellidos. La razón suele ser la de evitar persecuciones y represalias. De ahí que la famosa lista de apellidos chuetas (judíos de las Baleares) no sea muy válida, pues muchos de esos judíos alteraron el apellido. Otra pista para los apellidos judíos en España es la de utilizar nombres propios; por ejemplo, Miguel, Andrés, Juan. Permítaseme una pequeña anécdota. Hablaba yo de esta cuestión en una reunión con mujeres judías en la sinagoga de Madrid a propósito de mi novela Judíos en la ciudad de los ángeles. Algunas de las asistentes se quejaron de que era exagerada esa conclusión sobre el cambio de los apellidos. Hicimos un repaso de los apellidos de cada una y resultó que muchas de ellas (o sus padres), efectivamente, habían cambiado de apellido por distintas razones. La principal fue el llamado Holocausto. Esa alteración era para ellas tan natural que ya no les llamaba la atención.

Recuerdo que en el colegio donde hice el bachillerato nos enseñaron que no se debe hacer bromas o chanzas con los apellidos. Me temo que violé esa sabia norma cuando comenté de pasada que el apellido Urdangarín es algo así como cuidador de cerdos. Lo dije sin pensarlo mucho. David Mariñas me corrige fraternalmente al decir que "cuesta muchísimo creer" que esa sea la equivalencia, pues los apellidos vascos son casi siempre topónimos. Preciso que, efectivamente, urdanga significa cerda y también, en lenguaje figurado, puta. Lo siento, pero es así. El nombre para porquero en vasco es urdain. Pido perdón por el comentario de mal gusto.

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