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Amando de Miguel

Malvados o cretinos

Una posible explicación de la cretinez dominante es que de ese modo se evita todo lo posible que el que destaca sea envidiado.

La especie humana ha sido particularmente cruel en todas las épocas y latitudes. Se podría replicar una verdadera Historia universal de la infamia, pero no de ficción, como la famosa de Borges. Sería una especie de crónica con infinitos casos de herejes, heterodoxos, tiranos, y toda suerte de mandamases intolerantes o sanguinarios. No hay que retroceder mucho en el tiempo. Los últimos cien años han sido los que han ocasionado más muertes violentas de toda la Historia; muchas de ellas en la civilizada Europa.

Actualmente, parece que nos hemos instalado en una tregua de esa cruenta Historia. Hay, sí, tiranuelos y genocidas en el mundo actual, pero de poca monta. Lo que destaca en nuestra pax cibernética es otro tipo humano, tanto en la política como en la cultura. Es el cretino. Se define por su escasa inteligencia y su engreimiento. Los profusos medios de comunicación contribuyen a darle una aureola de popularidad. ¿Cómo han sido seleccionados tantos cretinos? Seguramente otros aún más estúpidos los auparon para que no les quitaran el brillo.

Al final, más que las personas cuentan los resultados. Nuestra sociedad (la española y otras) se caracteriza por el predominio de la mediocridad, la simpleza y la patochada en las propuestas políticas, las creaciones culturales. El resultado es un letal aburrimiento. No en vano una gran parte del pueblo se diluye en alcohol o en drogas alucinógenas, legales o ilegales. ¿Cómo es posible que las películas o los programas de la tele sean ahora mucho más adocenados que los de hace una generación? Salvo las excepciones, claro.

Se habló hace tiempo del "fin de las ideologías". El pronóstico resultó falso, pero las nuevas ideologías que ahora prosperan son de una cretinez que espanta. Me refiero, por ejemplo, al ecologismo radical, al feminismo agrio y rencoroso, al populismo chabacano, a la chusma antisistema, al orgullo gayo, al nacionalismo provinciano, a los "okupas" desvergonzados. ¿Habrá algo más hortera que ese crucero de lujo en el que todo el pasaje se dedica al "intercambio de parejas"? Se supone que cuidan el detalle de no distinguir edades ni sexos (ahora dicen "géneros"). Supongo que pronto se les ocurrirá añadir al programa el aliciente del incesto.

Una posible explicación de la cretinez dominante es que de ese modo se evita todo lo posible que el que destaca sea envidiado. Es un buen logro para los mediocres. Se trata de una donosa interpretación del espíritu de igualdad.

Se comprende que, ante un panorama tan vacuo de la vida colectiva, el personal mínimamente sensible se vuelva hacia el interior de su círculo íntimo. En el cual se incluyen parientes y amigos escogidos según afinidades. Así se rebelan frente al medio social tan inhóspito. En lugar de conversar, se tuitea. La aportación literaria más notable de nuestro tiempo son los grafitis. Las antiguas cartas manuscritas ceden ante los mensajes internéticos. Se cultiva la gastronomía y la "escapada", perfectamente compatibles.

Supongo que mi descripción de la realidad colectiva peca de un contumaz pesimismo. Lo reconozco (ahora se dice "lo admito"). Es propio de mi edad y mi condición. Uno no elige el plan del bachillerato que le aplican, tampoco el medio en el que le toca vivir. También he de decir que en la sociedad que me rodea sobrevuela un gran espíritu de altruismo. Ese es el portillo por el que se puede salvar la humanidad.

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