Se sentó en la sala de prensa de Anoeta y, con gesto serio, Carlo Ancelotti, atendió como siempre a los periodistas. Dos perlas claras en la comparecencia tras la dolorosa derrota de un mal Real Madrid en San Sebastián. "No puedo explicar lo que ha pasado; este partido es muy complicado valorarlo" para luego añadir "tienen que cambiar cosas y van a cambiar". Es evidente que el técnico italiano estaba tremendamente dolido consigo mismo y con sus jugadores. Derrota 4-2 en Anoeta tras dominar 0-2 a los diez minutos del partido. Inexplicable.
La verdad es que Ancelotti tiene motivos para enfadarse con los suyos. El Real Madrid perdió la compostura, el balón, los nervios y casi la vergüenza en una hora infame de fútbol tras treinta minutos muy dignos. Porque la primera media hora del partido fue el polo opuesto a lo que ofreció el equipo blanco después. Dos goles a los diez minutos y cuatro ocasiones claras en los siguientes para poder ir ganando 0-4 fácil. Pero entonces llegó el nerviosismo, las pérdidas, las faltas concedidas, los córners en contra. Todo mal para sufrir un cataclismo de dimensiones desconocidas. En el presente, derrota dura y sensaciones malas. En el futuro es posible que este revés traiga consigo más cosas.
Pero también es responsable el míster de algunas decisiones en el partido. Es fácil no acordarse cuando dominas 0-2 en diez minutos, pero muy obvio recurrir a ellas cuando te dan la vuelta al encuentro. Por ejemplo, el banquillo presentaba ayer un vacío de jugadores de ataque para meter un revulsivo si hacía falta. Con esa disposición, los cambios sólo podían ser Khedira o Illarramendi. Tardó el italiano en darse cuenta de que el encuentro quizá estaba para el primero de ellos, cuando el partido reflejaba un 2-2. Pero es evidente que Khedira no puede salir con 3-2 en contra y más evidente aún que no puede hacerlo por Modric, el único, quizá, que mantenía la chispa del juego.
Pero más que eso fue volver a los errores de antaño, en el balón parado, a los errores que mortificaron a este equipo sin dejarle luchar últimamente por la Copa de Europa. Errores que parecieron solucionados pero que, es obvio, no lo están. Mensaje de Casillas también a los compañeros: "Este escudo merece un partido mejor. Han pasado cosas que no pueden volver a repetirse y ha habido falta de actitud. Hemos estado horribles". Me juego lo que sea a que esto va a tener consecuencias. No sé cuales, pero las tendrá.
Y ahí está el Madrid con la primera derrota del curso dejando clara una cosa; que la plantilla es corta. Que si falta Cristiano hay un problema. Que si un día faltan Modric, Kroos o James, el Madrid sufrirá, por no decir si un día faltan Bale o Benzema. Son 19 jugadores de campo. Hay que ser tonto para discutir algo tan elemental. Que el Real Madrid tiene limitaciones con esta plantilla y que es ligeramente peor a la del año pasado. Si me apuran, igual, pero no mejor ni mucho menos.
Fue una jornada de Liga en la que el Barcelona ganó en Villarreal dejando buen fútbol aunque algún despiste atrás. Minutos que te pueden dejar K.O. en alguna parte de la temporada y que el equipo culé camufla con la calidad de arriba. Ayer en El Madrigal, muy buen partido pero algo espeso por tramos. Aún así mejor que su eterno rival en este arranque. Y con un debate casi zanjado. Xavi es el jugador 15 o 16 para Luis Enrique. Ayer, sin Iniesta en el once, prefirió a Rafinha aunque luego metió al de Terrasa los últimos quince minutos para tener más el balón. No se ha olvidado de él, pero sí que ha marcado su territorio y parece que Xavi lo ha aceptado.
De esta jornada resalta el Atlético, no por su juego, tosco aún y con algunas cosas que denotan que estamos en pretemporada. Goles ante el Eibar a balón parado y sufrimiento al final. Bien el Sevilla y el Valencia, quizá candidatos a un cuarto puesto que hace bastante que no agarran. Cositas buenas del Celta, del Athletic, del Rayo, aunque los madrileños dejaron escapar un triunfo en Riazor que estaba hecho. Pueden animar la Liga. Un campeonato que se detiene ahora por la selección y al volver, derbi madrileño. Tremendo.