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Daniel Pipes

La mano firme de Netanyahu

El primer ministro israelí pronunció un importante discurso digno de ser analizado el pasado 29 de junio en Tel Aviv.

El primer ministro israelí pronunció un importante discurso digno de ser analizado el pasado 29 de junio en Tel Aviv.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pronunció un importante discurso, digno de ser analizado, ante el Instituto para los Estudios de Seguridad Nacional el pasado 29 de junio en Tel Aviv. [Las citas del mismo que siguen a continuación están traducidas a partir de la la traducción oficial al inglés del discurso, en la página web de la Oficina del primer ministro]:

Está teniendo lugar un cambio histórico en nuestra región, con importantes repercusiones para la seguridad de Israel y la del mundo entero. El Acuerdo Sykes-Picot que, hace casi un siglo, definió las fronteras de nuestra región, ha llegado a su fin. (…) tenemos ahora ante nosotros muchos años de conflicto e inestabilidad.

Estoy de acuerdo en que el Sykes-Picot, un acuerdo secreto de 1916 entre los Gobiernos británico, francés y ruso, seguramente esté muerto. Pero una cosa es que yo, como historiador y analista, señale esta cuestión, y otra que un primer ministro en el cargo lo haga. Probablemente, no resulta sensato que un jefe de Gobierno, que ya tiene bastante entre manos, se ocupe de semejantes especulaciones públicas; pueden perjudicarlo más que ayudarlo.

a largo plazo, dentro de décadas, de medio siglo, seguramente de un siglo, el islam radical caerá en el declive (…) porque no tolera la libertad individual y la iniciativa empresarial, que han sido las bases del desarrollo económico en los últimos siglos. Decaerá porque será derrotado por la revolución informática, que hará muy difícil que estos regímenes y movimientos puedan mantener un control a largo plazo sobre las mentes de los jóvenes.

De nuevo, estoy de acuerdo con esta predicción, y de nuevo dudo que un líder político deba hacer semejantes pronósticos. El desarrollo económico y la revolución informática son muy importantes, naturalmente, pero (1) algunos islamistas han tenido éxito en ambos campos (pensemos en Fetulá Gülen), y (2) los fallos del islam son mucho más profundos y terribles que esos dos aspectos. ¿Qué hay de su brutalidad, su crueldad familiar, su indefendible código penal y sus agresiones imperialistas?

Sin embargo, se podrían haber dicho cosas similares en los años 30 respecto al destino del nazismo en su lucha contra el mundo libre. El nazismo, de hecho, fue derrotado. No obstante, 60 millones de personas, entre ellas un tercio de nuestro pueblo, pereció antes de que las fuerzas del progreso y de la libertad lo derrotaran, Por tanto, por mucho que crea en que llegará el declive final del fanatismo islámico, ahora debemos prepararnos para los cuatro grandes retos que plantea.

Bien dicho. Esos cuatro retos son:

1. Proteger las fronteras de Israel, y, específicamente, "construir una valla de seguridad en el Este, construida gradualmente desde Eilat, para unirse a la valla que ya hemos construido en los últimos dos años en los Altos del Golán". En todas partes, las vallas (a lo largo de las fronteras israelíes con Egipto, Gaza, el Líbano, Siria y la Margen Occidental) han demostrado su valor, así que la conclusión lógica es invertir también en una a lo largo de la frontera con Jordania.

2. Estabilizar la zona al oeste de la línea de seguridad del Jordán: "En esta zona de la Margen Occidental no hay fuerza capaz de garantizar la seguridad de Israel, salvo las Fuerzas de Defensa de Israel y nuestros servicios de seguridad". Eso significa que "en cualquier futuro acuerdo con los palestinos, Israel tendrá que mantener un control de seguridad a largo plazo del territorio ribereño del Jordán". Si bien se atiene a la solución de los dos Estados, aquí Netanyahu la altera mucho, al denegar a un futuro Estado palestino el control de sus propias fronteras. Sin duda, los israelíes hacen bien en no confiar en los dirigentes palestinos.

3. Construir un eje de cooperación regional. La lucha actual abre una oportunidad para una "cooperación regional reforzada", como reforzar a Jordania y apoyar las aspiraciones kurdas de independencia. Netanyahu es inteligente al respaldar públicamente a estos dos actores, con la esperanza de que ellos, a su vez, apoyen públicamente a Israel.

4. Evitar que Irán se convierta en un Estado con capacidad crítica nuclear. Como en los últimos años, ésta sigue siendo la principal preocupación de Israel en materia de seguridad.

Comentarios:

  • En 1999 critiqué a menudo a Netanyahu, pero el excelente análisis que hay en este discurso indica que hay una mano firme al timón.
  • Es aún más importante tener un aliado de Norteamérica que comprende cuáles son las cuestiones de seguridad cuando la Administración Obama no tiene ni idea.

Nota: Algunos lectores se han quejado porque digo que la Administración Obama "no tiene ni idea", e insisten en que es maligna, más que ignorante o incompetente. Pero eso supone no entender lo que he querido decir con ello: quiero decir equivocada, obstinada, insensata, ineficaz. No he querido atribuirle razones para ello, sean la maldad o la incapacidad.

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