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Daniel Portero

Una solución contra las inundaciones

Debemos ser conscientes de la necesidad de coordinación entre las Administraciones local, autonómica y nacional para evitar que vuelva a producirse un desastre así.

Debemos ser conscientes de la necesidad de coordinación entre las Administraciones local, autonómica y nacional para evitar que vuelva a producirse un desastre así.
Atlas

Los pasados 26 de agosto y 15 de septiembre se produjeron en la Comunidad de Madrid unas precipitaciones como consecuencia de la gota fría (ahora llamada DANA) que superaron con creces los datos históricos de pluviometría, sobre todo en Arganda del Rey: en este municipio, el referido día 26 llegaron a caer 57 l/m2 y 42 l/m2 el día 15. Hay que añadir que gran parte de esas precipitaciones se concentró en unas pocas horas, lo que hizo más devastadores sus efectos.

En Arganda, los principales daños se produjeron en el casco urbano; en la plaza y sus alrededores, así como en las viviendas anexas a la calle Real, cerca de la llamada Bocamina. También se produjeron grandes daños en la zona de los Villares, así como en la Línea 9 del metro.

La Obra de defensa de Arganda contra las inundaciones, hoy denominada Bocamina, fue concebida por D. José Salmerón García, construida entre 1911 y 1914 y diseñada para evitar los efectos devastadores que podrían tener las cuencas vertientes en el municipio, construido en las dos márgenes de un valle. Ahora bien, en las últimas décadas ha sufrido una serie de modificaciones que han impedido que la obra de desagüe, perfectamente calculada para evitar inundaciones, cumpla su principal función.

Así, en la calle Miguel de Unamuno sufrió un estrechamiento de la sección de túnel, lo que origina continuamente un tapón hidráulico que produce desbordamientos en la parte alta de la Calle Real, principal arteria del municipio. También hemos observado que a la altura del cementerio el túnel vuelve a estrecharse, lo que hace que esta gran obra de ingeniería haya perdido toda su funcionalidad.

El barranco en el que se sitúa Arganda recoge todas las aguas que caen en las cuencas vertientes y forma por su margen derecha un pequeño arroyo o barranco, que llaman "de la Mariposa", que es el principal origen de las inundaciones en el lugar. Las elevadas pendientes del barranco, su gran superficie de captación, la desforestación y los suelos arcillosos-limosos hacen del barranco un lugar idóneo para generar grandes puntas de caudal en la intersección de la Avenida de Valencia (antigua N-III) y la Calle Real.

Hay que añadir que el túnel tiene prácticamante inutilizada la mitad de la sección hidráulica debido a la acumulación de arenas y limos procedentes de los arrastre del Arroyo de las Mariposas, que discurre en paralelo a la antigua N-III. Estas acumulaciones proceden principalmente de las arenas de apoyo del césped de los campos de fútbol de la zona y en los propios sedimentos del barranco.

También se ha observado que la riada cobró magnitud y gravedad porque las entradas de los cuatro tubos de cruces de las glorietas de la N-III estaban obstruidas por ramas y forraje del campo, lo que generó una sobreelevación del agua del cauce, que cruzó la N-III y afectó a muchísimas edificaciones.

Las inundaciones producidas junto al supermercado radicado en la N-III, principalmente en el garaje subterráneo anexo al mismo, se debieron a la cantidad de agua acumulada en la glorieta de la intersección Carretera de Valdilecha-Paseo de los Navegantes-N-III, que se encuentra en una zona de remanso hidráulico y donde el peralte de la carretera obliga a las aguas a dirigirse hacia el referdio supermercado.

La cuenca que recoge las aguas que van a la Bocamina tiene una superficie cercana a las 300 hectáreas y se encuentra deforestada y con unos suelos limo-arcillosos que aumentan notablemente la escorrentía superficial. En aquellos días pudo generarse un elevado caudal de entrada en la bocamina debido al aterramiento del túnel y la pérdida de sección, así como a los estrechamientos a lo largo de la traza.

También existe un gran problema de escorrentía superficial en la cuenca norte situada junto a la zona de los Villares. Se trata de una cuenca de más de 120 hectáreas, con muy poca vegetación y suelos bastante arcillosos-limosos, lo que provoca que apenas haya infiltraciones de agua en el subsuelo y que todos los arrastres acaben en las calles de la zona urbanizada de los Villares. Al no existir una gran cuneta paralela al Paseo de la Ilusión que recoja las aguas de esta escorrentía superficial, las aguas saltaron a esa vía y posteriormente bajaron por la Calle de la Gaviota, provocando grandes daños a su paso.

Las aguas que provenían de los Villares y del centro urbano terminaron por introducirse en la Línea 9 del metro, lo que provocó grandes daños y su inutilización durante varios días.

Así las cosas, debemos ser conscientes de la necesidad de coordinación entre las Administraciones local, autonómica y nacional para evitar que vuelva a producirse un desastre así. Hay que limpiar de los cauces, fundamentalmente en el Barranco de las Mariposas; desarenar y despejar la Bocamina y las cunetas. Pero de mayor importancia es realizar la modelización y rediseño –en coordinación con el Canal de Isabel II– de todas las cuencas vertientes al municipio de Arganda del Rey, y efectuar reformas de calado en la Bocamina y los Villares.

Es evidente que se trata de un plan de infraestructuras ambicioso, que hay que estudiar a fondo y extender a los demás municipios que sufrieron esas inundaciones. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, solicitó al Gobierno central su colaboración para sacar adelante una dotación presupuestaria especial para las localidades afectadas. Desde la Comunidad de Madrid estudiaremos las posibles soluciones a esos grandes problemas e impulsaremos la coordinación entre Administraciones, tan necesaria para evitar que se produzan desastres así, que acarrean grandes costes materiales y ponen en riesgo a los habitantes de la zona, aunque gracias a Dios esta vez no hubo que lamentar muerte alguna.

Daniel Portero de la Torre, diputado de la Asamblea de Madrid e ingeniero de Caminos, Canales y Puertos

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