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EDITORIAL

Ciudadanos tiene una oportunidad histórica

Rivera está en disposición de hacer lo que Rajoy no ha querido durante estos años de Gobierno.

La reunión que mantuvieron esta semana Mariano Rajoy y Albert Rivera ha servido para ratificar la posibilidad de acuerdo que existe entre ambas partes para facilitar la investidura y, de este modo, evitar unas terceras elecciones que nadie desea, siempre y cuando el PSOE, finalmente, entre en razón y se abstenga en la votación, cosa que, por el momento, no tiene visos de producirse.

Pero la responsabilidad y sensatez que está demostrando el partido naranja para propiciar una mínima estabilidad política debería extenderse a la tarea de Gobierno en caso de que fructifique la investidura. En este sentido, los de Rivera disponen de una oportunidad histórica para servir de contrapeso a los populares, obligando a adoptar las medidas y reformas que requiere el país desde hace años y que Génova se niega a aprobar, tal y como demostró la pasada legislatura. Por el momento, PP y C’s organizarán varias mesas de trabajo para avanzar en ciertas materias programáticas, desde la elaboración de los Presupuestos hasta políticas económicas y sociales.

Los posibles puntos de acuerdo entre ambas formaciones son numerosos, pero Rivera cometería un grave error si, en lugar imponer una ambiciosa y profunda agenda de cambios, se contenta con el manido discurso socialdemócrata y políticamente correcto que tanto impera en España, diluyéndose así en la indiferencia ideológica que blande el PP de Rajoy. Así, si C’s apoya al PP en su reiterado incumplimiento presupuestario, dilatando la reducción del déficit a base de más gasto público, su papel institucional no solo resultaría negativo, sino irrelevante. Si C’s apoya al PP en su idea de disparar los impuestos para mantener en pie un sistema público de pensiones que hace aguas, no solo será cómplice necesario de dicho expolio, sino culpable de la futura ruina que experimentarán los jubilados. Si C’s no hace nada para que el PP profundice en la reforma laboral, flexibilizando al máximo el marco regulatorio a imagen y semejanza de lo que sucede en los países nórdicos que tanto dice admirar, compartirá la responsabilidad de condenar a los españoles a una tasa de paro insostenible social y económicamente... Y lo mismo en materia de educación, servicios públicos, estructura territorial y tantos otros tareas y deberes pendientes que todavía presenta España.

Ciudadanos, muy al contrario, debe adoptar una postura firme y muy activa para impulsar las grandes reformas estructurales que precisa el país y que tanto dice defender ante la opinión pública. En materia de déficit, debe obligar al PP a aplicar la profunda reestructuración que precisa el sector público, eliminando todos los organismos y entes inservibles, no solo las diputaciones, además de exigir cambios muy sustanciales en el funcionamiento de la Administración para mejorar su eficiencia y productividad. Asimismo, tiene que apostar por la reducción de impuestos a familias y empresas para fomentar el ahorro y la competitividad, así como por una amplia y verdadera libertad económica para acelerar el ritmo de crecimiento y creación de empleo. La inevitable transición hacia un modelo mixto o de capitalización en materia de pensiones, una educación de calidad y lograr un mercado laboral ágil y flexible son, junto a la necesaria regeneración democrática y la persistente lucha contra la corrupción, banderas y objetivos que C’s bien podría llevar a término gracias a la estratégica y decisiva posición que ocupa en el actual tablero político.

Rivera, en definitiva, está en disposición de hacer lo que Rajoy no ha querido durante estos años de Gobierno, y que es justo lo que le echan en cara muchos de los votantes que ayer simpatizaban con el PP y hoy, sin embargo, apoyan al partido naranja. Si Ciudadanos opta por mimetizarse con el PP, su función resultará inútil y, muy probablemente, acabará deglutido por éste tarde o temprano.

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