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EDITORIAL

El PSOE, a los pies de Sánchez

El mito de unos barones del PSOE dispuestos a mantener encauzado el partido en la centralidad ya no se sostiene, ni siquiera como excusa.

El primer Comité Federal del PSOE desde el pasado mes de septiembre ha dado completamente la vuelta al máximo órgano político socialista hasta convertirlo en una mera comparsa de los caprichos de Pedro Sánchez.

Cinco meses después de su última reunión los delegados del PSOE han aplaudido el Gobierno de coalición con Podemos y las negociaciones con ERC, precisamente las dos líneas rojas fijadas en su día por el aparato socialista, que el sanchismo ha hecho saltar por los aires sin la menor objeción.

Los barones socialistas han optado por el mutismo para no verse arrasados en sus territorios por el sanchismo rampante. Tan solo Emiliano García Page, presidente socialista de Castilla La Mancha, se atrevió a introducir algún matiz respecto a los chalaneos de Sánchez con los golpistas catalanes, modesta iniciativa que no contó con el apoyo de ningún otro barón del PSOE.

Pero la actitud más vergonzosa en esta operación de sumisión al déspota la ha protagonizado Susana Díaz. La que fue en su día rival de Sánchez en las primarias socialistas es ahora su principal aduladora y, de rechazar las cesiones al separatismo, ha pasado a declararse "segura y convencida" de que el camino emprendido por Sánchez es el mejor para encontrar una solución al llamado conflicto catalán.

El mito de unos barones del PSOE dispuestos a mantener encauzado el partido en la centralidad contra las aventuras radicales de líderes advenedizos ya no se sostiene, ni siquiera como excusa. El partido socialista es, hoy, un apéndice del sanchismo cuyos dirigentes territoriales ya solo se limitan a aplaudir al líder por las decisiones que antes suscitaban su más firme rechazo. Susana Díaz es el reflejo más nítido de un PSOE irrecuperable, que ya se ha convertido en la principal amenaza para la nación española.

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