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EDITORIAL

Etarras: la calle es suya

Los etarras y sus lacayos están tomando la calle con completa impunidad, nadie hace nada para impedirlo.

Un día sí y otro también, los infames asesinos que están conquistando la libertad desde la infausta decisión de Estrasburgo a propósito de la Doctrina Parot son jaleados en plena calle por sus cómplices, compinches y alabarderos, tan culpables como ellos de que el País Vasco haya sido y siga siendo un agujero negro para la democracia y las libertades. Estos patriotas sólo saben afrentar y cubrir de ignominia a su tierra. No merecen sino la más absoluta condena y repulsa.

Los etarras y sus lacayos están tomando la calle con completa impunidad, nadie hace nada para impedirlo. Ni el Gobierno regional, lo que no ha resultar una sorpresa, habida cuenta del deplorable historial del PNV en la lucha antiterrorista; ni el Gobierno de la Nación: lo grave, lo desolador, es que aquí tampoco cabe la sorpresa, habida cuenta de la vergonzosa trayectoria zapaterista del Ejecutivo Rajoy en esta materia.

La terrible profecía que hiciera la matriarca de los Pagazaurtundua al entonces lehendakari Patxi López, "Harás cosas que nos helarán la sangre", por desgracia se cumplió con creces. Por desgracia, pudieran ponerse perfectamente en boca de una víctima del PP y que tuviera por destinatario a Mariano Rajoy. Por desgracia, la desolación no viene sólo de lo que los distintos Gobiernos están haciendo en lo relacionado con ETA y su entorno, también de lo que están dejando hacer y de lo que no están haciendo. Por ejemplo, poner coto a los aquelares proterroristas que están haciendo que una ETA operativamente moribunda esté sin embargo cosechando resonantes victorias en los planos simbólico y político, y que se esté desvaneciendo el único objetivo tolerable: la derrota completa y sin concesiones de esa abominable organización criminal, uno de los peores enemigos que haya podido padecer el País Vasco en el último medio siglo.   

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