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EDITORIAL

Los separatistas proyectan su culpa en los demás

El clima de crispación y quiebra de la convivencia que, desgraciadamente, está padeciendo Cataluña, donde algunos voceros del secesionismo llaman incluso a "morir por la República", es responsabilidad de los golpistas.

Un día después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, culpara al PP de los exabruptos y del escupitajo con que los representantes de ERC agredieron el ministro de Exteriores, Josep Borrell, el presidente del Parlamento regional de Cataluña, Roger Torrent, ha protagonizado un espectáculo no menos bochornoso y surrealista al interrumpir y llamar al orden al representante de Ciudadanos, Nacho Martín, por "haber caído en descalificaciones personales" y generado "crispación"... simplemente por recordar en esa cámara lo que el presidente de la Generalidad, el supremacista Quim Torra, escribió en un artículo a propósito de los españoles. Por lo visto, lo que resulta "crispante" y "ofensivo" no es que Torra escribiese aberraciones tales como que "los españoles sólo saben expoliar" y que los castellanohablantes son "bestias taradas con forma humana", sino que el representante de Ciudadanos lo recuerde y denuncie.

En psicología se dice que la proyección es un mecanismo de defensa por el que el sujeto atribuye a otros virtudes, defectos o carencias propios. En el caso de la proyección negativa, surge en situaciones de conflicto emocional, y quien la padece atribuye a otros individuos los sentimientos, impulsos o pensamientos propios que le resultan inaceptables. Pues bien, se podría decir que los representantes del separatismo catalán han incurrido por enésima vez en la proyección negativa si no fuera porque su falso y persistente victimismo no obedece más que a su ilimitada desfachatez.

El clima de crispación y quiebra de la convivencia que, desgraciadamente, está padeciendo Cataluña, donde algunos voceros del secesionismo llaman incluso a "morir por la República", es responsabilidad de los golpistas, que, en su supremacista delirio identitario de crear en Cataluña un Estado independiente, no se detienen ante el ridículo ni ante el oprobio. Es ese empeño de dividir y enfrentar a los catalanes, simbolizado por el infame lazo amarillo, lo que está devastando el Principado.

Cosa distinta es que Pedro Sánchez, con tal de seguir unos meses o semanas más en el cargo, mire para otra parte y culpe de la crispación al PP, con la misma desfachatez con que Torrent ha cargado este jueves contra el representante de Ciudadanos.

Lo que no es de recibo es que se que se exija a los constitucionalistas que guarden un silencio propio de borregos y se sometan dócilmente a la inadmisible independencia de facto que desde hace tanto tiempo impera en Cataluña, donde los supremacistas los tratan no como a ciudadanos sino como a bestias a las que hay que dominar.

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