Hace más de un mes que el Ministerio de Hacienda reclamó a los Gobiernos regionales de Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía y Murcia que adoptasen "actuaciones de no disponibilidad" de partidas del presupuesto para que no acabaran el año con un nuevo incumplimiento en los objetivos de reducción del déficit.
Sin embargo, tal y como ya presagiaban los enormes gastos que acarrea el denominado proceso de transición nacional catalán y el caso omiso que los nacionalistas vienen haciendo a cualquier requerimiento procedente del Ejecutivo de Rajoy, el consejero de Economía de la Generalidad de Cataluña, Andreu Mas-Colell, ha confirmado este lunes que ésta también va a incumplir este año, a pesar de que su listón, del 1,58% del PIB, está muy por encima de la media general (1,3%).
No hay la menor explicación a esto en la entrevista al ministro Montoro que publicaba este jueves el diario Expansión. Ni un reproche del ministro de Hacienda a quienes se saltan sus objetivos de reducción del déficit, como Artur Mas. Tampoco un solo elogio a quienes los cumplen, como el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.
Por el contrario, y junto a una surrealista y hasta cómica incapacidad de responder a lo que se le pregunta, Montoro rompe una lanza por el grado de cumplimiento de la secesionista y despilfarradora Administración catalana mientras que arremete contra el leal y austero Ignacio González. Así, Montoro afirma literalmente: "Cataluña sí que va a cumplir con el objetivo de déficit, está en la senda de cumplirse"; y descarta cualquier otra razón para intervenir la Administración catalana, al dar por seguro que "no habrá consulta secesionista".
Para empezar, la Generalidad de Cataluña lleva tres años consecutivos fuera de la "senda del cumplimento" en lo que a objetivos de reducción del déficit se refiere. El hecho de que este año Montoro se lo pusiera más fácil, con objetivos de reducción más laxos que a las autonomías que sí cumplieron el año pasado, no evitó que hace un mes se encendieran las alarmas en Hacienda ante la persistente trayectoria de incumplimiento que llevaban el Principado y las otras autonomías mencionadas. Que, desde entonces, los gobernantes de Cataluña no hayan hecho ningún ajuste adicional y que, por el contrario, se hayan jactado públicamente de un nuevo incumplimiento sólo ilustra la incompetencia o la dejación del ministro Montoro a la hora de hacer cumplir la ley, muy especialmente la de Estabilidad Presupuestaria.
Si patéticas son las mentiras de Montoro a favor de la desilfarradora y secesionista Administración catalana, aún lo son más las que dirige contra el presidente madrileño. Lejos de encomiar la senda de cumplimiento de Madrid, Montoro parecería que hasta le molesta que el presidente madrileño no haya acudido al Fondo de Liquidez Autonómica. Lo peor de la bajeza de Montoro es que acuse al "equivocado" González de querer hacerse un traje electoral en la ventanilla de Hacienda. Lo cierto es que González lo único que ha criticado de la última ayuda extraordinaria concedida por Montoro a las autonomías es que se haya hecho en proporción inversa al grado de cumplimiento de una promesa electoral del PP como fue la anunciada supresión del impuesto sobre el patrimonio. Así, la comunidad que más lejos ha llevado la recaudación por este otrora "disparatado" e "injusto" gravamen, la catalana, ha sido la más beneficiada, mientras Madrid, que lo ha suprimido, no ha recibido un solo euro.
Dice Montoro: "La Comunidad de Madrid se equivoca al decir que ellos son más solidarios que nadie. Es un concepto de la solidaridad completamente equivocado". Miente, sin embargo, al atribuir esa burda afirmación a cualquier dirigente madrileño. Porque, ciertamente, no son los territorios sino las personas quienes pagan impuestos, y porque tampoco cabe hablar de "solidaridad" cuando se hace referencia a algo que no es voluntario sino coactivo, como los impuestos. Esto no borra, sin embargo, lo que no es una opinión sino un hecho: que la Comunidad de Madrid es la Administración autonómica que menos percibe del dinero que sus habitantes pagan al fisco. Esto es un hecho incontestable, como lo son la renuencia de Montoro a actuar ante los reiterados incumplimientos de la Generalidad y su cobardía a la hora de obligarla a cumplir.