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EDITORIAL

Rivera obliga a Sánchez a retratarse ante el Rey

El líder de Ciudadanos ha dejado al presidente en funciones en tremenda evidencia.

La oferta del líder de Ciudadanos al del PSOE a fin de facilitar su investidura ha sido un golpe de efecto que permitirá al partido naranja liderar el debate político hasta que expire el plazo para la convocatoria de unas nuevas elecciones generales.

Albert Rivera ha puesto a disposición de Pedro Sánchez la abstención de sus diputados para permitir así su investidura y evitar una nueva cita electoral. Para ello solo ha puesto tres condiciones, que en realidad se sustancian en la exigencia de que el Gobierno socialista no adopte políticas que lleven el país a una nueva recesión y defienda la Constitución en todo el territorio nacional. Sánchez y los suyos deberían permitir a Navarra Suma gobernar en la Comunidad Foral, aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña y abandonar sus planes fiscales confiscatorios contra las familias y los autónomos.

Se trata, en efecto, de tres propuestas de elemental respeto al orden constitucional y a las reglas del juego democrático, así como a la sensatez económica, que tratan de corregir canalladas como la que los socialistas navarros han perpetrado de la mano del partido del etarra Arnaldo Otegi, poner remedio a la grave crisis institucional que se vive en Cataluña por culpa de los golpistas y reconducir la disparatada política económica de la izquierda.

Con la desfachatez que le es consustancial, Sánchez ha despachado la propuesta haciendo que el PSOE salga a la palestra asegurando que ya se dan las condiciones que se le plantean. El cuajo del líder socialista es solo comparable al papelón ridículo que están haciendo sus palmeros. Pero eso no le va a ser suficiente para zafarse de su responsabilidad ante los españoles.

Y es que la jugada de Ciudadanos hará que Sánchez rechace ante Don Felipe presentarse a una nueva investidura con la excusa de que no cuenta con los apoyos suficientes... horas después de que tanto Pablo Iglesias como Albert Rivera manifiesten al monarca su disposición a hacerle presidente y evitar unas nuevas elecciones.

Puede que Sánchez insista en volver a las urnas, pero lo hará tras haber quedado retratado como un inescrupuloso endiosado que pretende que se le someta todo el mundo como si fuera no un doctor trucho sino el mismísimo Rey Sol. Rivera le ha dejado en tremenda evidencia.

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