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Eduardo Goligorsky

Fuck Pedro Sánchez

Hoy no es Vox el que nos jode a los españoles, sino Pedro Sánchez.

Hoy no es Vox el que nos jode a los españoles, sino Pedro Sánchez.
EFE

Debemos agradecer a Rosalía que haya incorporado al léxico popular el término anglosajón fuck, aunque haya errado el tiro. No es a Vox al que hay que joder (este es el significado de la palabra), como sostuvo la cantante, porque hoy no es Vox el que nos jode a los españoles, sino Pedro Sánchez. Pedro Sánchez abrazado al enjambre de comunistas, filoetarras y la minoría ultraderechista étnica de la región catalana que lo utilizan como ariete contra España y su Monarquía constitucional. Fuck Pedro Sánchez.

Virus mortífero

Me he cansado de escribir que Manuel Valls se equivoca cuando repite que hay que levantar un cordón sanitario para aislar a Vox. Si cuando él era primer ministro de Francia una mafia sediciosa hubiese declarado la independencia de Córcega, Normandía, Bretaña, Vasconia o el Rosellón, no habría titubeado en sumar fuerzas con el lepenismo para preservar la integridad de su patria. Y esto es exactamente lo que ocurre en España, donde al peligro de balcanización se suma el de la gangrena chavista.

El Gran Felón ha obrado el maleficio, que no el milagro, de reproducir en España la fractura que la ultraderecha supremacista ha generado en Cataluña. Lo ratifica, sin subterfugios, Felipe González (LV, 15/11):

Si se consuma el despropósito de romper las reglas de convivencia, que ya están rotas en Catalunya, con el conjunto de España, yo nunca pasaré por eso.

Frente a un virus mortífero como el que engendra la cópula entre comunistas y secesionistas en beneficio del trepador que usurpa el centro de poder, se activa la reacción inmunitaria para recuperar la cohesión. La amenaza reside en ese virus y no en el espantajo que los engañabobos mediáticos sitúan en la plaza Colón de Madrid.

Reguero de sangre

Escribe el predicador tribal Francesc-Marc Álvaro ("Lo normal crece", LV, 14/11):

En España, la derecha extrema no puede dejar de ser franquista, es su tradición y su filiación.

Este veredicto lo dicta un militante del supremacismo étnico que no puede dejar de ser racista, discriminatorio y falaz, pues es su tradición y su filiación. Así lo retrata con rigurosa documentación Joan-Lluís Marfany en La cultura del catalanisme (Empúries, 1995), rico en citas de textos aberrantes de Valentí Almirall, Pompeu Gener (Peius) y otros adictos al mito de la supremacía aria. Y tampoco puede dejar de ser violento, pues es su tradición y filiación, como lo atestigua el reguero de sangre que dejó desde las guerras carlistas hasta las contiendas entre facciones radicales dentro de la guerra incivil, pasando por la Semana Trágica, los decenios del pistolerismo y el alzamiento de 1934. Hasta llegar a la actual eclosión de salvajismo tramada por los carroñeros, con bloqueos e incendios encaminados a producir la ruina de Cataluña independizándola de España y de Europa. Lo recomendó Toni Comin, un prófugo sin oficio ni beneficio.

Mistificación política

No es extraño, en este entorno de mistificación política, que muchos de los que no soportan la existencia de la Fundación Francisco Franco convivan alegremente con la Fundación Sabino Arana, que rinde homenaje al racista furibundo idolatrado por los nacionalistas vascos. Un troglodita cuyas diatribas contra los españoles harían palidecer las de Hitler contra los judíos, y cuyo nombre ensucia el callejero de Barcelona. El escritor vasco premiado Bernardo Atxaga dijo (Vozpópuli, 16/11): "Me enorgullece que Aitor Esteban no dé la mano a la extrema derecha". Ja, ja, ja. El PNV de Sabino Arana y Aitor Esteban es la extrema derecha que da la mano a su homóloga secesionista catalana, a la extrema izquierda chavista y al camaleón Pedro Sánchez.

Tampoco es extraño que el manifiesto de conciliación con los sediciosos catalanes, que suscriben, entre otros, Francesc-Marc Álvaro, Manuel Castells, Jordi Amat, Antoni Puigverd y Victòria Camps (LV, 14/11), lo encabece la firma del rabioso enemigo de la civilización occidental Noam Chomsky, quien inmediatamente después de la masacre de las Torres Gemelas vomitó la justificación de los asesinos (Noam Chomsky, 11/09/2001, RBA Libros, 2001): "Debemos reconocer que, en gran parte del mundo, Estados Unidos es visto como un conspicuo Estado terrorista. Y con sobrada razón". Arcadi Espada advierte (El Mundo, 17/11) que el científico Steven Pinker ha retirado su firma de esta "deposición".

Negociaciones clandestinas

Solo los muy ingenuos o los cómplices del fraude a la ciudadanía pueden atribuir una pizca de verosimilitud a la espontaneidad del abrazo entre los dos tahúres de la timba. El espectáculo estaba cuidadosamente amañado para culminar un largo proceso de negociaciones clandestinas. Pablo Iglesias y Jaume Asens –asiduo defensor de okupas y manteros agresores de policías– usufructuaban privilegiados canales de comunicación para cocinar planes secretos de desestabilización con el sedicioso mimado en el spa de Lledoners y con el prófugo y su corte de los milagros sobrealimentados en el palacete de Waterloo. Digan lo que digan, los cipayos ya han acordado vender parte del territorio de España, con sus habitantes españoles incluidos, a una minoría estrambótica erigida en nación fantasma. Todo a cambio de sus votos para la investidura del Gran Felón.

Lo cuenta eufórica la panfletista Pilar Rahola, que conoce las intimidades de los chanchullos áulicos ("Sí o sí", LV, 13/11):

Empieza a caminar, pues, si nada lo tuerce, el primer gobierno de coalición de la democracia española. (…) En ese aspecto, Catalunya gana por goleada. De momento, se han corregido algunos errores de bulto cometidos en las últimas negociaciones: (…) se ha blindado el secretismo, a diferencia del espectáculo mediático anterior, cuyas filtraciones constantes convirtieron la negociación en un vodevil. Las primeras líneas de este capítulo de coalición, que gobernará con geometría variable, parece que se escriben con buena letra.

Todo urdido con nocturnidad y alevosía. Álvaro se jacta del juego sucio arteramente oculto hasta que llegue la hora en que cumplirán la promesa de volver a hacerlo. ("El sabor de las rebajas", LV, 18/11):

El PSOE no acepta hoy hablar de un referéndum de autodeterminación ni de una amnistía, teniendo en cuenta que hay cosas que se podrían contemplar pero no se pueden anunciar para evitar precisamente que sean abortadas.

Un modelo racional

Visto lo visto, ¿alguien puede seguir pensando que el peligro reside en la incorporación de Vox a la Gran Coalición Constitucional defensora de la libertad y la igualdad de los ciudadanos, y de la seguridad, la convivencia y la integridad de España? Es posible discrepar con algunos puntos del programa de este partido –en mi caso, con los de sello confesional–, pero la sociedad abierta que defendemos es precisamente aquella que permite y facilita el debate enriquecedor entre personas con ideas distintas, y las estimula a todas a trabajar unidas por el bien común.

Con un añadido. Muchos opinadores reprochan a los candidatos del PSOE, PP y Cs que participaron en el debate televisado que no rebatieran con más contundencia las propuestas de Santiago Abascal. Solo lo hizo el candidato comunista, ostentosamente afín a los renegados de la nacionalidad española. Intuyo que los otros tres no lo hicieron porque íntimamente sabían que algunos de sus argumentos eran irrefutables. Sobre todo en lo que concierne a la inmigración ilegal y al Estado de las Autonomías, de cuyo efecto disruptivo tenemos sobradas pruebas todos los días. Pronunciarse contra el Estado de las Autonomías no es anticonstitucional si se apela a las cláusulas que la misma Constitución incluye, sabia y previsoramente, para facilitar su reforma.

El modelo del centralismo francés no es franquista ni lepeniano. Tampoco jacobino. Es sencillamente racional. Escribió Lluís Foix cuando los vándalos de los CDR bloquearon la frontera con Francia ("La libertad de los otros", LV, 14/11):

La reacción de la Gendarmería francesa fue expeditiva cuando decidió desalojar a los manifestantes que paralizaron la autopista por la vertiente francesa. En el largo conflicto con los chalecos amarillos, según informaba Le Monde el pasado día 8, el balance es de 10.000 detenidos, 3.100 condenados y 400 penas de prisión firme.

Reflexionemos

¿Quién puede rebatir el alegato contra el Estado de las Autonomías cuando uno de sus frutos es que, al cabo de cuarenta años de vigencia, un puñado de frikis pueden convertir impunemente la Plaza Universidad de Barcelona, durante 18 días, en un remedo en miniatura de lo que sería su repúblika si consiguieran parirla, peleándose entre ellos en medio de la basura, sembrando el pánico entre los vecinos, arruinando a los comerciantes, colapsando el tránsito y robando la urna con las donaciones?

Vociferan los más brutos de la manada: "Independencia o barbarie". El PSC del dúo dinámico Sánchez-Iceta ya cogobierna con estos neandertales en 40 ayuntamientos y la Diputación de Barcelona.

Reflexionemos hoy, aunque mañana no se celebren elecciones. Fuck Pedro Sánchez.

PS: En su Carta del Director (LV, 21/11), Màrius Carol invierte impúdicamente la archiconocida frase de Karl Marx "la historia ocurre dos veces: la primera como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa", y le hace decir exactamente lo contrario para calificar de tragedia la miserable farsa de la consulta de ERC a sus militantes sobre el apoyo a la investidura de Pedro Sánchez. La consulta es una miserable farsa, que comenzó con la gran tragedia para Cataluña del procés secesionista.a

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