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TERRORISMO ISLÁMICO

Al Qaeda exporta la yihad iraquí a Europa

Los atentados del 7-J en Londres y del 11-M en Madrid tienen muchas cosas en común como para ignorarlas. Una de ellas, y quizás la más importante, es que la Yihad ha llegado a través de grupos de terroristas locales afiliados a Al Qaeda. Su conexión con los grupos de terroristas que operan en Irak, y de manera especial las células o grupos norteafricanos que lideran el desarrollo de la estrategia global de Al Qaeda, hace urgente un cambio en las políticas europeas y un aumento de la cooperación antiterrorista.

Los atentados del 7-J en Londres y del 11-M en Madrid tienen muchas cosas en común como para ignorarlas. Una de ellas, y quizás la más importante, es que la Yihad ha llegado a través de grupos de terroristas locales afiliados a Al Qaeda. Su conexión con los grupos de terroristas que operan en Irak, y de manera especial las células o grupos norteafricanos que lideran el desarrollo de la estrategia global de Al Qaeda, hace urgente un cambio en las políticas europeas y un aumento de la cooperación antiterrorista.
Uno de los escenarios de la matanza terrorista del 11 de Marzo.
Tal y como explica uno de los mayores expertos en terrorismo islámico del mundo, Reuven Paz, las tragedias de los atentados de Madrid y Londres son un intento de exportar la guerra de Irak a Europa con la ayuda de terroristas yihadistas que residen en el continente y están muy familiarizados con este ambiente, por lo que pueden actuar con relativa facilidad. Más que células durmientes, estos grupos sin denominaciones formales están compuestos por islamistas frustrados que abrazan fácilmente las doctrinas de la Yihad y su estrategia a largo plazo.
 
De acuerdo con la experiencia de Irak –explica Paz–, parece que los terroristas islámicos han llegado a la conclusión de que la guerra contra Occidente, en Irak o donde sea, sólo tiene la esperanza de modificar los comportamientos de los gobiernos europeos si provoca un gran impacto en sus sociedades. De acuerdo con esta estrategia, los ataques sólo pueden lograr el impacto deseado sobre la opinión pública europea a través de grandes atentados. Así las cosas, los terroristas entienden que los nuevos ataques que se producirán en Europa tendrán cada vez más influencia en el continente, ya se produzcan en Varsovia o en Roma.
 
Los parecidos entre los atentados de Londres y Madrid –así como las diferencias entre sus tramas, todavía no esclarecidas– incrementa la necesidad de que los países europeos aumenten su cooperación antiterrorista y aprendan de los ataques que se han producido hasta el momento.
 
EL CHINO, uno de los autores del 11-M de nacionalidad marroquí.La comunidad norteafricana representa la mayor amenaza. Relativamente pequeña en la mayoría de los países, a excepción de Francia y España, en el Reino Unido, Bélgica. Países Bajos, Italia o Dinamarca es bastante reducida, en comparación con la paquistaní en el Reino Unido o la turca en Alemania. Las investigaciones y las células desarticuladas desde los atentados del 11 de Septiembre muestran el papel dominante de esta comunidad en el apoyo y liderazgo de la Yihad internacional.
 
Ya en octubre de 2003, en una reunión entre los ministros del Interior de Francia, Italia y España, por un lado, y Marruecos, Argelia y Túnez, por el otro, se llegó a la conclusión de que entre la comunidad norteafricana había cobrado especial preeminencia el Grupo Islámico de Combatientes Marroquíes, situándose por encima del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate.
 
Las células desarticuladas en España, incluida la que perpetró los atentados del 11 de Marzo, están compuestas en buena medida por ciudadanos marroquíes. Además, a diferencia de los voluntarios saudíes, egipcios, sirios o jordanos que se unen a los terroristas en Irak, en el caso de los norteafricanos que viven en Europa influyen elementos sociopolíticos como parte de las motivaciones que les llevan a la Yihad. A juicio de Paz, existen claras diferencias entre estos dos grupos.
 
Sin embargo, el principal análisis que debería hacerse en Europa es que los atentados de Madrid y Londres suponen un intento de exportar la guerra de Irak a suelo europeo mediante grupos locales afiliados a la Yihad internacional, más que a través de terroristas exportados desde el corazón del mundo árabe. Según Paz, Europa debería reconsiderar la política de inmigración y asilo que ha mantenido hasta el momento, y de manera especial con los islamistas radicados en el Reino Unido.
 
La guerra de Irak es el segundo mayor objetivo de la Yihad internacional desde los atentados del 11 de Septiembre. La siguiente fase en la exportación de la guerra de Irak a Europa puede consistir en atentados con terroristas suicidas, a los que podrían seguir otros métodos usados por los terroristas en Irak. Paz explica que no hay motivos para que los terroristas no puedan realizar atentados suicidas o secuestrar y decapitar a europeos. Desde el punto de vista de los terroristas, la dimensión histórica de la Yihad es dinámica y se desarrolla por fases.
 
La conexión iraquí
 
Tal y como explica este experto israelí en terrorismo islámico, los atentados de Londres deberían recordarnos el libro –anónimo– La Yihad iraquí. Esperazas y riesgos, publicado en diciembre de 2003 en numerosas webs yihadistas y escrito unos meses antes. El texto apuntaba ya los atentados de Madrid, que tuvieron lugar en marzo de 2004. Lo publicó el Centro Iraquí de Servicios a los Muyahidines, una organización que recuerda a la génesis de Al Qaeda en Afganistán, el Service Bureau (finales de los 80).
 
La Yihad iraquí analizaba la estrategia de la yihad y prestaba especial atención a la situación en Irak y en Europa –país por país, y deteniéndose en aquellos que tenían tropas en aquél–. Asimismo, presentaba la estrategia en Irak de Al Qaeda como de interés supremo para todo el mundo musulmán. En él se consideraba a España como el elemento más débil de la Coalición, y se la situaba en primera plana por las elecciones generales, que iban a tener lugar en marzo de 2004.
 
Madrid representaría el primer capítulo dentro de una estrategia global de Al Qaeda. Además, se valoraba la importancia de la conexión iraquí en el Reino Unido dentro de un plan a medio y largo plazo. Londres aparecía dentro de la mencionada estrategia sin una prioridad alta, para no malgastar demasiados esfuerzos. En el análisis se decía que un país fuertemente industrializado sería incapaz de soportar un largo periodo de crisis como el representado por la situación iraquí, a la que se daba máxima prioridad.
 
A finales de 2003, el o los autores de la obra concluía(n) que no había, de momento, ninguna razón por la que el Reino Unido se viera forzado a retirar sus tropas de Irak, y apuntaba(n) a una triple estrategia para lograr tal objetivo, lo que dejaría a Estados Unidos totalmente aislado.
 
Así, consideraban que sólo una fuerte presión popular forzaría al Gobierno de Blair a retirar su contingente iraquí. Esta presión insoportable para el Reino Unido sólo podría alcanzarse por dos caminos: infligiendo duras pérdidas a las tropas británicas o forzando la retirada de otro país europeo, por ejemplo España o Italia.
 
Tony Blair.Al analizar la segunda opción, en La Yihad iraquí se afirmaba que Londres "retiraría inmediatamente" a su ejército porque no podría aguantar la presión de la calle. Sin embargo, a día de hoy se puede asegurar que el o los autores del libro falló/fallaron en su análisis sobre el Reino Unido, hasta el punto de que tras los atentados del 7-J no hay atisbo, por el momento, de que el Gabinete Blair vaya a cambiar un ápice su política sobre Irak, ni de que haya un cambio sustancial en la opinión pública británica. Además, desde la aparición del libro Al Qaeda ha puesto en práctica dos significativas estrategias.
 
La primera fue la ola de atentados perpetrados por terroristas suicidas sunníes contra la comunidad chií, en un intento de provocar una respuesta de la "insurgencia chií" que sumiera Irak en el caos absoluto y, a la vez, produjera un levantamiento de ésta que sacara de su situación más o menos "tranquila" al destacamento británico en el país.
 
Estos ataques terroristas los desarrollaba el movimiento wahabí salafista de Al Qaeda, y –según apunta Reuven Paz– pudo suponer la definitiva alianza entre la red de Ben Laden y el grupo terrorista de Abú Musab al Zarqaui. Asimismo, ejercieron una influencia relevante sobre los terroristas que acudieron a Irak como voluntarios, gran parte de los cuales eran saudíes partidarios de Ben Laden y del wahabismo.
 
Sin embargo, los terroristas no consiguieron su objetivo. El principal valedor del plan entre los chiíes, Muqtada al Sader, fue silenciado, mientras la corriente principal chií ganó las elecciones y formó un Gobierno de transición, que en la actualidad elabora una Constitución democrática. Además, la influencia iraní en las regiones chiíes del sur de país ha desaparecido.
 
El segundo plan apuntaba a las elecciones en el Reino Unido, donde la situación en Irak tuvo un papel relevante pero no fundamental, ya que, a diferencia de lo ocurrido en Madrid, la oposición del Partido Conservador no desafió abiertamente al Gobierno con esta cuestión. Blair logró su tercer mandato consecutivo.
 
Las diferencias con lo sucedido en Madrid son obvias, y los terroristas analistas debían de saberlo, como demuestra la elección de las fechas para atentar en la capital española y en la británica. En realidad, todo responde una estrategia precisa para lograr amplificar los efectos de los atentados en beneficio de la Yihad.
 
La noche del 7 de junio, tras los atentados de Londres, una web yihadista publicó un análisis del terrorista que lidera a los seguidores saudíes de Al Qaeda. El criminal, que se hace llamar "Barbarosa" (Reuven Paz cree probable que tras este pseudónimo se esconda Abú Abd al Aziz, que dirigió a los grupos de terroristas saudíes que combatieron en Bosnia, para después regresar a Arabia Saudí, donde se escondería desde mediados de los 90), enmarca el 7-J en de una estrategia a medio y largo plazo que busca ensanchar las diferencias entre Washington y sus aliados en Europa, con el objetivo de dejar aislado a Estados Unidos en la guerra contra el terror.
 
Los atentados de Londres tuvieron un significado especial, puesto que trataban de traer a suelo europeo la guerra de Irak y situarla de nuevo en el primer plano del debate público, incluso después de las elecciones británicas.
 
Silvio Berlusconi.Según se desprende del artículo de Barbarosa, el 7-J fue diseñado para agitar la unidad europea justo en el peor momento de los últimos 40 años para la integración, tras los fracasos del al Tratado Constitucional en los referendos de Francia y Holanda. Sin embargo, la elección de la fecha, con la reunión del G-8 en Escocia, venía –a juicio de Paz– a recordar también al mundo árabe musulmán, no sólo a Occidente, que la Yihad internacional responde a planes a largo plazo y que los objetivos y las fechas se fijan de acuerdo con una estrategia definida.
 
Italia, el próximo objetivo
 
De acuerdo con esto, y según el escrito de Barbarosa, el próximo objetivo en Europa será Italia, y tratarán de hacer coincidir el ataque con las próximas elecciones, en las que Berlusconi se la juega. La experiencia de Madrid no ha sido en balde, según se puede ver, aunque la estrategia de los terroristas varía según los escenarios.
 
La conexión iraquí de los atentados de Londres trae también a colación a otro de los intérpretes de la doctrina de Al Qaeda, un terrorista que se hace llamar "Lewis Atityat Allah" y que volvió a publicar un artículo en The Global Islamist Media Front (GIMF, el mayor sitio de propaganda de Al Qaeda) el día siguiente a la tragedia. Un artículo titulado 'Yes Mister Blair, this is an historic war' y colgado por primera vez en numerosas webs yihadistas el 14 de abril de 2004, tras un discurso del premier británico.
 
Según explica Paz, Lewis es un estudioso saudí que carece de formación islámica y que abrazó las doctrinas de la Yihad a finales de los 90. Las autoridades de Riad lo tienen en busca y captura desde los atentados que sacudieron la capital del reino en mayo de 2003. Lewis escapó a Londres, donde se unió a la oposición en el exilio liderada por el Dr. Saad al Faquih. Desde entonces sólo ha publicado dos largos análisis, uno de ellos el que hemos mencionado arriba.
 
En él Lewis trataba de animar la percepción de estrategia a largo plazo de la guerra entre los islamistas y los "infieles" de Occidente, y anticipaba que la próxima etapa de la lucha en Irak debería ir encaminada a crear una "cultura de la Yihad, a aumentar el prestigio de la resistencia y el orgullo de combatir a los infieles hasta convertirlo en un desafío histórico".
 
Se trataría de dotar de un doble contenido a los objetivos de Al Qaeda, el militar y el moral. Por éste "los muyahidin deberían trasladar su lucha a territorio enemigo". Lewis lo decía así: "Me gustaría escuchar que los muyahidines que vuelven de Irak deberían decir: luchar contra el enemigo es uno de los mayores placeres del mundo (...) Esta percepción llegaría ser un auténtico veneno para Occidente".
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