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PREVISIONES PARA 2011

La economía mexicana no remontará el vuelo

Al finalizar 2011, la economía mexicana cumplirá treinta años de estancamiento. Si se tienen en cuenta las estimaciones para 2010 y 2011 (5 y 3,5%, respectivamente), la economía habrá crecido entre 1981 y 2011 a una tasa media del 2,1%. Por lo demás, en estos 30 años hemos padecido cinco grandes crisis económicas (1982, 1986, 1995, 2001 y 2009).


	Al finalizar 2011, la economía mexicana cumplirá treinta años de estancamiento. Si se tienen en cuenta las estimaciones para 2010 y 2011 (5 y 3,5%, respectivamente), la economía habrá crecido entre 1981 y 2011 a una tasa media del 2,1%. Por lo demás, en estos 30 años hemos padecido cinco grandes crisis económicas (1982, 1986, 1995, 2001 y 2009).

El crecimiento económico ha sido inestable e insuficiente para superar los grandes problemas de desempleo, marginación y pobreza que tiene planteados el país. Es más, la falta de crecimiento ha exacerbado la violencia y la inseguridad (en los últimos cuatro años, la lucha contra el crimen organizado ha producido más de 25.000 muertos). A pesar de las dimensiones de su mercado, no existen condiciones para que en los próximos diez años México supere el subdesarrollo, y mucho menos que sea potencia económica.

El bajo crecimiento tiene su origen en factores internos y externos. En el plano interno, la principal razón se encuentra en un proceso de liberalización incompleto y en la pervivencia de muchos rasgos del modelo autoritario que prevaleció en el país por más de cincuenta años. Cuatro de ellos están siendo especialmente difíciles de erradicar: la cultura de la corrupción, el paternalismo, el corporativismo y el rentismo.

A principios de los ochenta se abrió el mercado nacional al comercio exterior, proceso que se consolidó en los noventa con la firma del Tratado de Libre Comercio con EEUU y Canadá, que promovió el crecimiento... temporalmente, porque quedaron pendientes varias reformas; reformas como la hacendística, la energética, la del mercado laboral, la financiera, la de las pensiones, la de la competencia... y la del Estado, por mencionar las más importantes.

La política macroeconómica de los últimos años ha presentado claroscuros: por un lado se ha estabilizado la inflación, sometido a control el déficit público, incrementado las reservas internacionales (por encima de los 100.000 millones de dólares) y dejado el déficit por cuenta corriente en niveles tolerables; pero, por el otro, y en buena parte por cuestiones relacionadas con la base productiva, el crecimiento se ha ralentizado, lo que ha impedido mejoras significativas en materia de desempleo e informalidad.

El presidente de México, Felipe Calderón.En el plano externo, se ha creado una gran dependencia del ciclo económico estadounidense: hoy más del 80% de las importaciones y exportaciones del país tienen por origen y destino –respectivamente– los EEUU. Aunque se firmaron tratados con otros países y bloques regionales, la dependencia del vecino del norte sigue ahí, favorecida por el coste de los transportes, la geografía y los incentivos creados por el gobierno.

Crecer es fundamental para la generación de empleo, y ésta lo es para que la población tenga ingresos y acuda al mercado a comprar lo que se produce; con ese dinero las empresas obtienen recursos que destinan a la inversión, el pago de los factores de producción, etc. El crecimiento genera, pues, un círculo virtuoso. ¿Cómo lograr que el crecimiento sea sustancial y duradero? Pues ahondando en la liberalización de la actividad económica, fortaleciendo el Estado (hacerlo eficiente) y consolidando la democracia en todas las regiones y ámbitos del país.

Otra parte del crecimiento depende de lo que se hace fuera. Para este 2011, cinco factores causan preocupación: 1) el ritmo de crecimiento de la economía estadounidense, 2) las condiciones económicas de algunos países de la Unión Europea, 3) la economía china, 4) el precio del petróleo y 5) el precio de los alimentos.

Aunque parece estar mejor, la economía mundial sigue en riesgo, ya que es posible que se presente una segunda recesión, pues el endeudamiento de los hogares y los países no se ha corregido: de hecho, se ha agravado en los países europeos y los EEUU; en este último, el gasto privado en consumo e inversión aún no recupera los ritmos deseables, las exportaciones tampoco han crecido como se esperaba y las últimas cifras de casas vendidas dan cuenta de una tendencia descendente.

La UE vive una situación signada por la incertidumbre. No obstante las operaciones de rescate de Grecia e Irlanda y las políticas de austeridad adoptadas, los problemas no se resolverán. La experiencia indica que la implantación de una misma política en países diversos no es la mejor opción. Además de los dos países mencionados, los inversionistas se muestran preocupados de los fundamentos de las economías española, belga y portuguesa. Europa contribuirá poco a la recuperación mundial, pero mucho a la volatilidad de los mercados.

El tercer factor de riesgo es el sobrecalentamiento y las presiones inflacionarias de la economía china. El cuarto, el incremento en los precios del petróleo, que aunque puede dejar buenos dividendos para las finanzas del país, impacta negativamente en los importadores, con lo que ello implica de contracción de la demanda. El quinto y último factor de riesgo es el aumento del precio de alimentos clave como el centeno, el maíz, el trigo o el arroz, lo que se traducirá en una mayor inflación, que afectará negativamente a las familias.

En suma, no existen razones para creer que en 2011 el crecimiento económico mexicano supere el 3,5%; puede incluso ser menor, si el impacto negativo de los factores externos es más fuerte de lo previsto. En el terreno doméstico, no se acometerán las reformas pendientes, porque los actores políticos encargados de ponerlas en marcha estarán ocupados en las elecciones del estado de México, uno de los más grandes e importantes del país, y en la sucesión presidencial, si bien ésta no tendrá lugar hasta 2012. El bajo crecimiento económico es poco probable que se corrija en el corto plazo, pues, lo que no hará sino ahondar el problema del subdesarrollo.

 

© El Cato

ISAAC LEOBARDO SÁNCHEZ JUÁREZ, profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (México).

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