Menú
NARCOTRÁFICO

México se está convirtiendo en la próxima Colombia

México es un proveedor importante de heroína, marihuana y metanfetaminas al mercado de Estados Unidos, así como el principal lugar de tránsito y distribución de la cocaína proveniente de Suramérica. Hay crecientes indicaciones de que la colombianización de México se está volviendo realidad.

México es un proveedor importante de heroína, marihuana y metanfetaminas al mercado de Estados Unidos, así como el principal lugar de tránsito y distribución de la cocaína proveniente de Suramérica. Hay crecientes indicaciones de que la colombianización de México se está volviendo realidad.
Esa trágica situación es el resultado directo de la política de Washington de prohibición de las drogas. Una estrategia prohibicionista inevitablemente crea inmensos márgenes de utilidad en el mercado negro de drogas ilegales. Ese inmenso potencial de ganancias también atrae a los delincuentes y criminales más violentos. Es una realidad que cuando se prohíben las drogas sólo los delincuentes comercian con ellas.
 
Si México sigue los pasos de Colombia, las consecuencias para EEUU serán mucho más severas. Colombia está relativamente alejada, pero con México compartimos una larga frontera, y estamos estrechamente ligados a través del Nafta. El caos en ese vecino país ya se está desbordando sobre la frontera e impactará negativamente sobre los estados del Suroeste.
 
En 1999 Thomas Constatine, entonces director de la DEA (agencia antidrogas) declaró al Congreso que el poder de los narcotraficantes mexicanos había crecido geométricamente durante los cinco años anteriores, y que la corrupción en ese país no tenía paralelos. Desde entonces, la situación ha empeorado.Hay evidencia de que los narcotraficantes mexicanos administran las rutas de exportación de las drogas colombianas, y que están incluso desplazando a los colombianos en América del Sur.
 
Es cierto que México no confronta poderosos grupos guerrilleros, y que no hay sectores políticos mexicanos que busquen el negocio de las drogas para financiar sus causas. Pero las similitudes son mayores que las diferencias, y Washington ha sido lento en reaccionar.
 
Hay casi una docena de organizaciones de narcotraficantes en México, de las que cuatro son especialmente poderosas: el Cártel del Golfo, al mando de Osiel Cárdenas; el Cártel de Sinaloa, al mando de Joaquín el Chapo Guzmán; el Cártel de Tijuana, al mando de la familia Arellano Félix, y el Cártel de Juárez, al mando de Vicente Carrillo. Últimamente hay indicaciones de una alianza entre los cárteles del Golfo y Tijuana para combatir al de Sinaloa.
 
El presidente de México, Vicente Fox.Los matones contratados por los cárteles provienen cada vez más de un grupo élite del ejército mexicano, el Grupo Especial de la Fuerza Móvil Aérea, cuyos integrantes son conocidos como "Zetas". La mayor violencia tiene lugar en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, donde el Gobierno central suspendió en junio a toda la policía local, reemplazándola con policías federales. A pesar de ello, la criminalidad siguió aumentando.
 
La corrupción policial no es nada nuevo en México: hace más de diez años, el comandante de la policía nacional fue detenido con 2,4 millones de dólares en su automóvil, y luego fue condenado por pagar 20 millones de dólares para proteger a uno de los jefes del narcotráfico. A mediados de los 90 fue nombrado zar de la drogas al general José de Jesús Gutiérrez Rebollo, quien tres meses más tarde fue encarcelado por recibir sobornos. Con los años esto sólo ha aumentado. En octubre de 2004, 600 militares del batallón 65 de infantería fueron investigados por sus conexiones con el Cártel de Sinaloa.
 
La corrupción se extiende al sistema penitenciario. Recientemente salió a la luz pública que los jefes del narcotráfico seguían manejando sus negocios desde la cárcel, y se teme que traten de asesinar al presidente Fox.
 
No hay ninguna institución mexicana fuera del alcance de los jefes del narcotráfico. Se dice que hasta la Iglesia Católica ha recibido contribuciones de conocidos narcotraficantes. El obispo Ramón Godínez, de Aguascalientes, declaró en octubre de 2005: "Sólo porque el origen de las donaciones es malo no significa que tienes que quemarlas (…) el dinero se purifica al entrar por las puertas de la parroquia".
 
Otro parecido con Colombia es que los narcotraficantes mexicanos se están dedicando a otras actividades lucrativas, como el secuestro. De hecho, algunos reportajes recientes indican que los secuestros se han convertido en México en un problema más grande que en Colombia.
 
Se estima, conservadoramente, que el narcotráfico es un negocio que mueve 300.000 millones de dólares al año, y que EEUU es el principal consumidor. Esperemos que no crezca en México como en Afganistán, donde equivale a dos terceras parte de la economía nacional legal.
 
Desde que Fox asumió la presidencia de México, en 2000, se han efectuado más de 36.000 detenciones por narcotráfico. Pero eso condujo en Colombia a que dos grandes cárteles se descentralizaran, convirtiéndose en unos 300 grupos pequeños.
 
Más temprano que tarde, Washington tendrá que cambiar sus desacreditadas y fracasadas políticas. De continuar con su estrategia prohibicionista, la corrupción y la violencia sufridas por Colombia se apoderarán de México. Los políticos y funcionarios norteamericanos tienen que preguntarse si quieren el riesgo de otra Colombia en nuestra frontera sur.
 
 
© AIPE
 
Ted Galen Carpenter, vicepresidente de Estudios de Defensa y Política Exterior del Cato Institute.
0
comentarios