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Fin de semana

Arafat y Moratinos, en una imagen de archivo.
CHUECADILLY CIRCUS

La homofobia de Moratinos y el extraño caso del Dr. Soria y las muñecas carnívoras

Que la exclusión de los gays en los media y la política obedece con frecuencia a la protección de ciertos armarios no debería sorprender a nadie. Que en Israel los maledicentes cuentan tremebundas historias sobre las correrías de Moratinos por tierras palestinas lo sabemos todos los que hemos ido por allí. Rumores (por supuesto, infundados) aparte, el papelón de aquél en la conferencia sobre la islamofobia sólo merece un calificativo: ignominioso. Moratinos: tú sí que eres un peligro.
Detalle del cartel de PROMESAS DEL ESTE.
PANORÁMICAS

Promesas del Este, piadosa y brutal

"La persona moderna que se tatúa es o un delincuente o un degenerado… Los tatuados que no están en prisión son delincuentes latentes o aristócratas degenerados". La manía bauhausiana de Adolf Loos contra el ornamento, una de las infinitas formas del crimen para su dogma racionalista, ilumina Promesas del Este, una historia sobre la lucha entre la mafia rusa y el KGB modernizado en un Londres negro y nublado carcomido por la corrupción y la trata de blancas y en el que el Támesis se ha convertido en un sucio sepulcro de cadáveres sin dientes ni dedos pero repletos de tatuajes.