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Gabriela Calderón

La sociedad civil, al rescate

Las empresas y los particulares se están volcando en la recontrucción de las partes de Ecuador devastadas por el terremoto del día 16.

El país está de luto y la gravedad de la tragedia que golpeó a Ecuador el sábado 16 todavía no la terminamos de conocer. Sin embargo, tan pronto sucedió, en medio del shock, de la información confusa, escasa y contradictoria, y a pesar del colapso del orden y de los servicios básicos en las zonas más afectadas, inmediatamente empezaron a surgir individuos que deslumbraron por su capacidad de supervivencia y coordinación y por su entrega. Desde vendedores ambulantes, pasando por pequeñas y medianas empresas, familias de diversos niveles de ingresos, iglesias y clubes, hasta grandes compañías y ONG, todos se hicieron presentes con donaciones de tiempo y recursos.

¿Cómo ha ayudado la sociedad civil en otros lugares? Consideremos el caso del huracán Katrina, uno de los más letales en la historia de EEUU. El 29 de agosto de 2005 el huracán azotó la costa del Golfo de México, causando más de 1.800 muertes y una destrucción severa, sobre todo en los estados de Luisiana y Mississippi.

Aunque mucho de lo que se escribió acerca de la gestión de ese desastre natural se enfocó en el pésimo desempeño de las autoridades estatales y federales, algunos estudios destacan el rol positivo de la sociedad civil. Por ejemplo, Wal-Mart llegó al área afectada antes que la FEMA (Agencia Federal de Manejo de Emergencias), previniendo saqueos con su oportuna y eficiente provisión de alimentos y agua a los damnificados. De igual forma lo hicieron empresas como Home Depot y Lowe’s. Un estudio señala:

Durante las tres semanas posteriores a la llegada del huracán, Wal-Mart envió casi 2.500 camiones llenos de mercadería a las zonas afectadas, y tenía conductores y camiones listos para enviar materiales de socorro a miembros de la comunidad y a quienes estuvieran dispuestos a ayudar.

Las compañías telefónicas prepararon antenas móviles para celulares y enviaron generadores y combustibles. Home Depot mandó generadores, linternas, baterías y madera. McDonald convirtió todas las cajas receptoras de donaciones para la Fundación Ronald McDonald en donaciones para los damnificados del Katrina. La empresa Procter & Gamble lanzó su programa Cargas de Esperanza, mediante el cual donó su detergente Tide, camiones, camionetas y trabajadores, que lavaron gratuitamente 30.000 cargas de ropa en centros móviles de lavado y recolectaron, clasificaron y distribuyeron ropa.

No olvidemos tampoco el papel importante que pueden desempeñar otro tipo de instituciones de la sociedad civil en la reconstrucción de comunidades damnificadas, como las iglesias y los clubes. Por ejemplo, la iglesia católica Reina María de Vietnam de Nueva Orleans tuvo un gran papel en la rápida reconstrucción de la zona oriental de esa ciudad.

En algunos casos, estas empresas y organizaciones de la sociedad civil, así como las autoridades locales, tuvieron que ignorar o violar abiertamente disposiciones estatales y federales para poder hacer llegar la ayuda lo más rápido posible a los damnificados.

Es de esperar que sigan brillando por su entrega e ingeniosidad individuos de la sociedad civil ecuatoriana. Pero hay que tener en cuenta que su margen de maniobra lamentablemente se verá reducido mientras el Estado los continúe cargando con más más impuestos.

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