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EDUCACIÓN

La superación de la filosofía

La reforma de los estudios de Filosofía en la Enseñanza Media planeada por el actual Gobierno merece alguna reflexión capaz de desvelar, más allá de los posibles intereses grupales puntuales que puedan obrar detrás, el significado y el alcance de la misma. Como se sabe, lo que se pretende es acabar con la asignatura de Ética del último curso de la ESO y sustituirla por una denominada "Educación para la Ciudadanía", destinada a impartirse en dicho curso y en los dos siguientes del Bachillerato; mantener la asignatura de Filosofía del curso primero del Bachillerato, pero sólo para la modalidad de "Ciencias y Tecnologías", e introducir una asignatura denominada "Ciencias para el Mundo Contemporáneo" en las modalidades de Artes y Humanidades y Ciencias Sociales que venga a sustituir a la Historia de la Filosofía, que hasta ahora se imparte con carácter común en el segundo curso de Bachillerato.

La reforma de los estudios de Filosofía en la Enseñanza Media planeada por el actual Gobierno merece alguna reflexión capaz de desvelar, más allá de los posibles intereses grupales puntuales que puedan obrar detrás, el significado y el alcance de la misma. Como se sabe, lo que se pretende es acabar con la asignatura de Ética del último curso de la ESO y sustituirla por una denominada "Educación para la Ciudadanía", destinada a impartirse en dicho curso y en los dos siguientes del Bachillerato; mantener la asignatura de Filosofía del curso primero del Bachillerato, pero sólo para la modalidad de "Ciencias y Tecnologías", e introducir una asignatura denominada "Ciencias para el Mundo Contemporáneo" en las modalidades de Artes y Humanidades y Ciencias Sociales que venga a sustituir a la Historia de la Filosofía, que hasta ahora se imparte con carácter común en el segundo curso de Bachillerato.
Rodin: EL PENSADOR.
La sustitución de la Ética por la llamada "Educación para la Ciudadanía" supone laminar la reflexión filosófica realizada durante siglos sobre los fundamentos del comportamiento moral y político para sustituir dicha reflexión por el mero adoctrinamiento directo en torno a los lugares más comunes y vigentes del pensamiento "políticamente correcto".
 
La asignatura de Filosofía general o sistemática se mantiene, ciertamente, si bien restringida ahora a una sola de las tres modalidades del Bachillerato, la de "Ciencias y Tecnologías"; pero resulta además que es dicha asignatura la que precisamente mejor se presta a un tratamiento menos filosófico, es decir, a la sustitución de la posible articulación totalizadora de los diversos temas filosóficos que ella contempla por su mera yuxtaposición inarticulada –un poco de sociología, otro poco de psicología, otro poco de lógica, etcétera–. Y, por fin, la desaparición de la Historia de la Filosofía implica la más violenta supresión de las raíces históricas filosóficas y científico-teóricas de las que se nutre nuestra propia civilización y la sustitución de dichas raíces por una cosa llamada "Ciencias para el Mundo Contemporáneo" que ni siquiera puede considerarse propiamente como filosofía de la ciencia, sino más bien como una suerte de manual de instrucciones de ideología socialtecnocrática acerca de las bondades de la ciencia y la tecnología en nuestra sociedad desarrollada.
 
Se trata, en definitiva, de extirpar en su conjunto el legado histórico y civilizatorio de la filosofía, y con él la posibilidad de toda reflexión crítica en amplitud y profundidad sobre nuestro propio presente, y de sustituir dicho legado y esta posibilidad por la más grosera y crasa reconciliación puntual y socialtecnocrática, no ya con el presente en general, sino más bien con ese presente muy determinado que el propio Gobierno trata de impulsar y de controlar en beneficio propio mediante su reforma.
 
María Jesús Sansegundo, ministra de Educación.Por lo que parece, se diría que nuestro actual "Estado social y democrático de derecho" ha alcanzado, o está en vías de alcanzar gracias a la acción del actual Gobierno, tales cotas de plenitud que ya no necesita de la filosofía como justificación y crítica de sí mismo, como si la filosofía estuviese siendo "realizada y por ello superada" por la política de un Gobierno que, por lo mismo, puede ya prescindir de su anacrónica presencia en la Enseñanza Media y, por tanto, de su aprendizaje por parte de la ciudadanía. A este respecto, acaso no esté de más recordar que el régimen franquista –al que tan buenos rendimientos siguen sacando tantos progresistas para hacernos tragar cualquier cosa so pretexto de su definitiva superación– no sólo instituyó en la enseñanza (media y universitaria) una "Formación del Espíritu Nacional", que sería el equivalente funcional de la actual "Educación para la Ciudadanía", sino que, al menos, también supo advertir que era preciso instituir una sólida Enseñanza Media (antes que universitaria) de la filosofía para justificar los fundamentos teológico-políticos de un catolicismo en el que quería basar su ordenamiento jurídico-político.
 
Y es a esta sólida institución educativa, por cierto, a la que debemos el soporte educativo institucional responsable en buena medida de la notable buena salud profesional que la filosofía goza en la educación media y universitaria en la España en nuestros días. ¿Será preciso entonces concluir, como bien puede que tengamos que oír cualquier día de estos en boca de los reformadores, que la educación media (y puede que universitaria) en filosofía no es más que una antigualla del franquismo que debe ser definitivamente reemplazada por enseñanzas más acordes con nuestro tiempo? ¿Y será preciso entonces venir asimismo a la postre a reconocer que la propia tradición filosófica ilustrada, que siempre se entendió a sí misma como permanentemente crítica y autocrítica, y de la que deriva el fundamento de nuestro Estado social y democrático de derecho, ha alcanzado, o está alcanzando, como decíamos, tal grado de plenitud que ya no necesita siquiera de la continuación de su propia tradición filosófica (auto)crítica? Pues lo cierto es que ni siquiera habría de antemano que descartar que el proyecto ilustrado mismo, no obstante su permanente voluntad autocrítica, no haya podido dejar de acabar llevando a semejante autodisolución de sus pretensiones críticas.
 
Pero también, e incluso, este debate nos será hurtado a los ciudadanos, de prosperar la actual reforma de la enseñanza media de la filosofía. Quien sea capaz de comprender el calado de lo que esto significa estará en condiciones de advertir el grado de barbarie y de vileza con que el actual Gobierno está objetivamente perpetuándose y protegiéndose mediante la reforma que se nos viene encima.
 
 
Juan B. Fuentes, profesor titular de Filosofía en la Universidad Complutense.
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