La llegada de tropas estadounidenses a Uzbekistán y la situación política de Rodrigo Rato, son los principales temas que ocupan hoy las portadas de los principales diarios nacionales, aunque también cabe destacar el tratamiento de la campaña gallega.
Guerra contra el terrorismo
En su entrevista con el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, ayer en Tashkent, Karimov, el presidente uzbeco, eludió admitir oficialmente el apoyo directo a EEUU en operaciones militares contra Afganistán, limitándose a admitir la cesión a los norteamericanos de un aeropuerto, así como el traslado de una dotación de 100 personas, a emplear únicamente en misiones de ayuda humanitaria. Todos los diarios coinciden en que la proximidad de Uzbekistán al posible escenario bélico, así como las suspicacias que podría suscitar en su ex metrópoli, Rusia, la instalación más o menos permanente de bases norteamericanas en territorio uzbeco, obligaron a Karimov –partidario de la presencia norteamericana como garantía frente a la posible venganza integrista- a ser muy cauto en sus declaraciones oficiales. Sin embargo, todo parece indicar que las autoridades uzbecas no se dedicarán precisamente a mirar con lupa ni a exigir responsabilidades a EEUU si incumple alguna de las condiciones anteriores. Por de pronto, ya se han desplazado a territorio uzbeco 1000 soldados de la décima División de Montaña estadounidense, según destacan todos los diarios.
Elecciones gallegas
En cuanto a la campaña gallega, aparte del chascarrillo de Aznar “ni a huevos ni a votos” -a cuento de la agresión sufrida por Fraga-, El País se queja en su editorial de la parcialidad de las televisiones públicas en sus informativos (destaca que los partidos de la oposición los califican de “’publirreportajes’ sobre los grandes logros de la Xunta”, donde Fraga anuncia inversiones e inaugura obras), lo que, para El País, empleando su calificativo denigratorio favorito, “son reminiscencias del franquismo más casposo”. Probablemente, los socialistas creen que los españoles ya no nos acordamos de su gestión al frente de la televisión pública. Tendrían mucha mayor credibilidad en sus quejas si abogaran por la abolición de las televisiones públicas o, al menos, propusieran un modelo parecido al de la BBC. Pero no parece que vayan a hacerlo, máxime cuando son los principales impulsores de televisiones autonómicas en los territorios donde gobiernan. Dijo la sartén al cazo...
ABC valora positivamente la gestión de Fraga al frente de la Xunta. Advierte que no son normales las dificultades del PP en encontrar un recambio al veterano presidente, aunque también destaca que al electorado no le gustan los espectáculos de división interna en el PSOE, que una alianza con el BNG le relegaría permanentemente a ser la tercera fuerza política, y que la oposición carece de otro proyecto político que no sea el de expulsar a Fraga de la Xunta. Asimismo, destaca la importancia del test gallego para comprobar el desgaste político que el caso Gescartera haya podido ejercer en el PP.
Rodrigo Rato
En el otro gran asunto del día, Rodrigo Rato, el tratamiento es dispar. El País sostiene que el director del HSBC ocultó al Congreso el crédito concedido por el HSBC a la empresa de la familia Rato. Tanto en portada como en el editorial, este diario afirma que habrá que explicar cómo es posible que una empresa cuyo valor patrimonial no excede los 130 millones, con escasos beneficios anuales y actualmente en pérdidas, pueda obtener un crédito de 525 millones de pesetas que deberá pagar en el plazo de dos años. Asimismo, El País también demanda explicaciones al presidente de la comisión parlamentaria para el caso Gescartera, por la demora en la entrega a la comisión del documento que acredita la concesión de dicho crédito.
El Mundo, en su tónica habitual de apoyo al vicepresidente económico, sostiene la tesis del acoso contra Rato. En el asunto del crédito, acepta la explicación oficial –simple casualidad- y respalda la postura de Rato en torno al rifirafe parlamentario con el PSOE, apoyando su decisión de no rectificar “por decir la verdad”. Coincide con El País en destacar que el director del HSBC en España, Jaime Galobart, mintió a la comisión, pero no hace alusión a la situación patrimonial de Muinmo, la empresa que recibió el crédito y de la que Rato posee el 33%.
ABC -tanto en páginas interiores como en el editorial- evita pronunciarse sobre el asunto del crédito y su posible relación con Gescartera, siguiendo su línea habitual de no beligerancia en este tenor, y limitándose a destacar que Aznar apoya a Rato con ocasión del mitin popular en Vigo.
La Razón publica una entrevista a Rodrigo Rato, donde éste se reafirma en sus declaraciones anteriores sin aportar novedades (no se disculpa por decir la verdad en el Parlamento, no tiene nada que ocultar en torno al crédito concedido por el HSBC, y no existen documentos que prueben la propuesta de intervención de Gescartera en 1999). En su editorial, La Razón da un espaldarazo a Rato y achaca los ataques que éste recibe a la envidia de los mediocres, valorando muy positivamente la gestión del vicepresidente, que en palabras de Aznar, “es el mejor ministro de Economía que ha tenido España”.
Es difícil dejar de coincidir con el presidente del Gobierno en su valoración de la trayectoria de Rato al frente del ministerio. Durante su mandato, la economía española ha alcanzado cotas de crecimiento económico y de empleo que no se veían desde hace más de veinte años; y aunque es verdad que este desarrollo se ha producido en el marco del ciclo ascendente más duradero desde la II Guerra Mundial, el mérito hay que atribuírselo a él en gran parte. Véanse si no los casos de Francia y Alemania, cuyas economías han crecido por debajo de la española en los últimos años.
Sin embargo, cada vez resulta más difícil de creer la ausencia de responsabilidad de Rato –política y, por lo tanto, indirecta- en el caso Gescartera. La comparecencia de Enrique Giménez-Reyna ante la juez Palacios, donde el hermano de la presidenta de Gescartera no tuvo más remedio que admitir la relación con Camacho en 1.995 en torno a Sefisur, añade una nueva sombra de duda. Además, Rato reconoce, en declaraciones a la cadena SER, que conocía la situación de Sefisur en 1.995, cuando nombró a Giménez-Reyna, y admite que fue su familia la que avaló el crédito a Muinma -según publica hoy sábado la versión digital de El País-, lo que implicaría una contradicción con sus declaraciones anteriores, donde afirmaba que estaba totalmente apartado de la gestión de la empresa familiar.
La acumulación de indicios en contra de Rato empieza a ser abrumadora, y quizá, ni siquiera su fino ingenio y probada capacidad de resistencia ante los dardos envenenados, ni tampoco el respaldo explícito de Aznar, puedan salvarle esta vez.

Los cercos se estrechan
En España
0
comentarios
Servicios
- Radarbot
- Curso
- Inversión
- Securitas
- Buena Vida
- Reloj Durcal