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José García Domínguez

La izquierda perezosa

Podemos ha fracasado porque, más allá de la protesta en la calle y de las pancartas, no tenía nada que decir; absolutamente nada.

Podemos ha fracasado porque, más allá de la protesta en la calle y de las pancartas, no tenía nada que decir; absolutamente nada.
Pablo Iglesias sin coleta. | Dani Gago/Podemos

No nos engañemos, del 15-M no ha quedado nada. Y lo peor es que no ha quedado nada porque, en realidad, no había nada. Hubo, sí, buenos sentimientos, muy buenos sentimientos. Pero nada más que buenos sentimientos. Y solo con buenos sentimientos no se va a ninguna parte. Los buenos sentimientos son un asunto de curas y de monjas, no de la política transformadora. La derecha posee una cosmovisión, un proyecto ideológico y un paradigma económico. Frente a eso, ¿qué trajo el 15-M? Trajo algo que se puede resumir en una sola palabra: nada. La izquierda, e igual la convencional como la nueva que se quiere alternativa, lo tiene todo, un discurso en defensa de la minoría lgtbi, otro discurso en defensa de la ecología, un tercero en favor de cualquier otra minoría marginal o marginalizada. Y así hasta llenar varios folios. Pero eso son causas transversales, no suyas exclusivas. Porque la izquierda lo tiene todo, salvo lo único que daría auténtico sentido a su misma razón de ser: un proyecto económico propio y diferenciado.

Podemos ha fracasado no por ninguna oscura conspiración de los poderes fácticos en su contra, sino porque, más allá de la protesta en la calle y de las pancartas, no tenía nada que decir; absolutamente nada. Y para hacer lo de siempre, ya está el PSOE. Por eso, y solo por eso, se les ha marchado la gente. Mariana Mazzucato, una de las cumbres del pensamiento económico del nuevo siglo, acaba de declarar que la izquierda se ha vuelto perezosa. Y es verdad. La izquierda ha abdicado de innovar su pensamiento. Lleva cincuenta años repitiendo lo mismo en todas partes: que hay que aplicar políticas fiscales redistributivas. Pero no dice nada de cómo crear riqueza, la otra parte del problema. Y no lo dice, simplemente, porque no tiene nada que decir al respecto. ¿Qué nuevas propuestas para modificar el ámbito de la producción económica aportó el 15-M? Las mismas que podrían habérsele ocurrido a un niño de 12 años. Lo de Madrid ha sido un aviso muy serio. Mientras la izquierda renuncie a hablar de algo más que no sea subir impuestos, va a seguir perdiendo, una y otra vez. Ah, la pereza.

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