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José Luis Roldán

La gira triunfal de Omaíta

Y todavía hay bobos que la creen; o, tal vez, los bobos seamos los otros.

Hoy cumple la criatura cinco meses. Cinco meses desde que el hado, con sus gracietas crueles, la arrojara a esta charca pútrida para pastorear al manso ranerío, apocado y servil. Sólo cinco meses, y la anhelada redentora que algunos esperaban (la esperanza de Triana) ya ha revelado su potencial. La esperada -jamás me atrevería a llamarla la deseada- maneja avezadamente las mejores armas de Chaves y Griñán; es decir, la confrontación y la mentira. Ni siquiera ha echado los dientes de leche del poder y, sin embargo, ya ha demostrado que supera sobradamente a sus antecesores.

Decía Cervantes, parafraseando bellamente una bella sentencia de Cicerón, que la verdad es hija de la historia, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir...; sirva, pues, la verdad para desengañar a los ingenuos que aún no se han caído del guindo, y para prevenirlos; pero la verdad sacada del depósito de las acciones, no de un cansino y hueco cacareo.

Chaves, inventor de la confrontación y maestro sembrador de discordias, ha quedado como un candoroso pardillo ante la soberbia exhibición de cizañeo en que la prima donna ha convertido su primera tournée. Estuvo en Bruselas para hablar con Durao Barroso y aprovechó para desacreditar al Gobierno de su país; estuvo en Madrid, alabó a García-Page ("Es un buen socialista, será lo que quiera ser") y puso verde a Cospedal; en San Sebastián aduló a Patxi nadie ("Es un buen socialista, será lo que quiera ser"), y puso verde a Rajoy; en Barcelona se mostró comprensiva con los nacionalistas y vituperó a la derecha y al Gobierno (derecha mala, socialismo bueno). O sea, hipocresía, estolidez y sectarismo allá donde vaya, no importa dónde sea.

En lo que se supera a sí misma es en que, además, pretende pasar por virtuosa. Virtuosa aristotélica; aunque, probablemente, ella ni lo sepa. In medio, virtus; "ni separatistas, ni separadores", y vale ya. Y, así, en menos de un rebuzno, colocó al bueno de Aristóteles en obsceno ménage á trois con Los Morancos, apoyando la singularidad igualitaria o la igualdad singularizada de Cataluña; la igualdad de todos pero respetando los privilegios de algunos, o sea: "No toleraré acuerdos con Cataluña que perjudiquen a Andalucía", o "No se trata de dar con la Constitución en la cabeza a los nacionalistas", ahí queda eso. Pero Omaita, eso no es virtud, sino estupidez y tibieza hipócrita y cobarde. Tú no eres aristotélica, ni siquiera trianera, tú eres sanjuanera, a ti te va más eso que dice el Apocalipsis: “Yo conozco tus obras, (…) por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.

Su otra virtud maquiavélica, en la que sobresale: lo mentirosilla que es. De Griñán aprendió Susanita el arte de mentir; aunque, en honor a la verdad, algo traía ya sabido de su antecesor en la secretaría de organización del partido, el acreditado filósofo Luis Pizarro, fundador de la Escuela de Alcalá de los Gazules, autor de la Ética para gobernantes ("la verdad es decir lo que conviene en cada momento").

Con tales maestros no es de extrañar que la niña, con sólo cinco meses, le dé a su Pigmalión sopas con honda. Porque no sólo domina el arte de mentir sino, también, el de mentir con arte, cosa de la que Griñán, siendo cordobés, carece, como es obvio.

Lean, a ver si encuentran alguna diferencia entre los siguientes párrafos:

- Investigamos, denunciamos, colaboramos y nuestro fin último ha sido y es restituir los fondos que hayan sido percibidos de forma indebida.

- Estoy haciendo frente a la corrupción que es lo que tengo que hacer. Dije que no me temblaría el pulso y estoy dando muestras de transparencia y de recuperar hasta el último euro de los fondos públicos.

¡Clavaítos! Sin embargo, uno es de Griñán, sobre los fondos robados en el caso de los eres fraudulentos; y el otro de su aventajada discípula, sobre los fondos defraudados por la UGT. Al fin y al cabo, la misma cosa. Por aquello de los vasos comunicantes, todo queda para beneficio de la gran familia socialista andaluza.

El mérito es que hay que tener mucho arte para engatusar a los medios, y conseguir que, salvo honrosas excepciones, tengan a la niña por la purísima concepción de la política, cuando -sacado del depósito de las acciones- cada día nos desayunamos con un nuevo escándalo -alguno con su firma- y con la cada vez más evidente ley de los vasos comunicantes. Cuando vemos que con la mano derecha va devolviendo, multiplicado, a la UGT lo que le saca con la izquierda. Cuando hasta la Cámara de Cuentos ha puesto de manifiesto lo que algunos venimos denunciando: que el sistema de la formación para el empleo (como el de los eres) es opaco, arbitrario y descontrolado; propicio para la corrupción y, aún más, incentivador; y, sin embargo, (con la complicidad de IU), no sólo no ha modificado una coma del sistema sino que ni siquiera ha abierto un expediente sancionador a los presuntos defraudadores, sumando a la opacidad y a la arbitrariedad, la impunidad.

Y todavía hay bobos que la creen; o, tal vez, los bobos seamos los otros.

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