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Homófobos en libertad

La presencia política y mediática de esas "mafias" o "lobbies" se debe a su militancia, claro está, pero también a la inopia o la nulidad de quienes se proclaman defensores de una sociedad tolerante y liberal sin creer en ella.

rawolf dijo el día 11 de Julio de 2010 a las 17:28:

Una última aclaración. No soy creyente, mi planteamiento no se basa en creencias religiosas, sino en el respeto a la libertad de acción humana, asumiendo que determinados comportamientos legítimos pueden llevar a la destrucción de la sociedad que surge de la libre interacción.

El celibato de los curas y monjas también me parece un comportamiento antisocial.

rawolf dijo el día 11 de Julio de 2010 a las 17:19:

Guillem_

Como reconozco en mi comentario, mi actitud hacia los homosexuales es fruto de un prejucio, me desagradan sus prácticas y por tanto no frecuento su compañía. Tampoco me informado sobre el asunto.

Me dice usted, que no pueden elegir, supongo entonces que hay una inclinación psicológica que no pueden controlar, ¿qué es, una especie de tercer sexo?. Lo pregunto, creáme, desde el desconocimiento. Si esto fuera así podría aceptarles mejor.

Por otra parte, desde el ámbito de lo políticamente correcto tengo la sensación que nos lo venden como una opción. Yo, al menos, probablemente de forma errónea, he comprado ese argumento.

Creo que quedó claro en mi comentario anterior que estoy en contra de la persecución a los homexuales y a favor de que, determinados grupos, puedan hacer manifestaciones, para mi gusto, tan grotescas como las del orgullo gay.

A mí me parece comportamiento antisocial todo aquel que vaya contra la libertad individual y contra el progreso de la sociedad. Ya expliqué el motivo por el cual considero que el incremento demográfico es condición sine qua non para dicho progreso. Toda conducta que lo impida, dicho sea sin acritud y sin ningún animo de reprimirla si la misma no va contra el respeto a la libertad, es antisocial.

Los matrimonios heterosexuales que optan por no reproducirse también me parece que practican una conducta antisocial, probablemente tengan razones poderosas para obrar de esa manera y como su decisión en nada afecta a mi libertad, no soy partidario de que se les obligue.P

Quizás el progreso, al desincentivar el aumento de la población, lleve dentro la semilla de su destrucción (y la de su regeneración, para poner unas gotas de optimismo al comentario, pero ese es otro tema).

La tolerancia consiste en aceptar precisamente los comportamientos legítimos que no nos gustan, para aceptar aquello con lo que estamos de acuerdo no hay que ser tolerante.

Yo tolero la homesexualidad porque no me gusta.

Erbilyos dijo el día 11 de Julio de 2010 a las 16:50:

Tranquilicémonos.

Yo discrepo en algunos puntos con el artículo de Pío Moa, al igual que José María Marco. Por ejemplo, creo que al afirmar que "homófobo" significa "opuesto al lobby gay" lo que hace es arrimar el ascua a su sardina. No es eso lo que la gente entiende por "homófobo", sino alguien que aborrece a los homosexuales, especialmente el que no lo oculta y actúa en consecuencia. Tiene razón en que la etimología es chapucera, pero eso ya es otra cuestión.

Tampoco tengo nada claro eso de que la homosexualidad sea una desgracia, al menos en sí misma: eso dependerá de la sociedad en la que vivas. Si vives en Irán, por ejemplo, ciertamente es una desgracia, porque allí no se los tolera, pero yo aquí los veo muy felices.

[Por cierto, "tolerar" significa soportar algo que no te gusta. Solo alguien a quien no le gusta la homosexualidad puede permitirse el lujo de "tolerar" a los homosexuales. Si no te provoca ningún disgusto, no hay necesidad de tolerancia.]

Otra cuestión en la que tendría que hace alguna objeción a Pío Moa es su alusión al fenómeno del vocablo-policía. Si bien estoy totalmente de acuerdo en que se hace un uso perverso de ciertos términos (machista, racista, facha-fascista, homófobo, etc.) por parte de necios malintencionados que gustan de desacreditar con etiquetas a todo el que no comulgue con sus ruedas de molino, tengo que recordar que, aparte de todo un ejército de falsos culpables, también hay AUTÉNTICOS machistas, auténticos racistas, auténticos fascistas y auténticos homófobos.

Hechas estas puntualizaciones, por lo demás estoy de acuerdo con Moa. No siento la necesidad de desmarcarme del modo en que lo hace José María Marco, por quien siento mucho aprecio en el plano intelectual, pero creo que en esta cuestión ha sacado las cosas un poco de quicio, como queriendo decir: "Eh, a mí no me metáis en el mismo saco que a este reaccionario". Todos sabemos que Moa es más conservador que liberal, pero por lo general es muy lúcido. Leyendo bien su artículo, se entiende a quién dirige sus dardos, aunque su tono sea poco ponderado.

Y no olvidemos que el asunto que está detrás de todo este debate es la multa del gobierno a Intereconomía por un anuncio que ha molestado al lobby gay, y no un caso de agresión o censura hacia los homosexuales.




berdonio dijo el día 11 de Julio de 2010 a las 15:15:

Sr.: Marco:

Ayer por la mañana envié un comentario que no fue publicado. En él le decía que atacaba usted a “un hombre de paja”, añagaza retórica consistente en tergiversar y deformar el sentido de lo criticado para dar la apariencia de que se refuta. Llegaba usted al extremo -mediante el artero recurso de colocar un sermoncillo recriminador que, en el contexto, sólo podía tener un destinatario-, de sugerir de rondón que el Sr. Moa pudiera ejercer la discriminación y negar la condición de individuos a los homosexuales. Eso es hacer trampa y lo sabe. Acuse directamente a Moa de lo que él haya dicho o insinuado, pero no le adjudique lo que sólo está en la imaginación de usted, sus precipitados sobreentendidos.

Le repito que Moa explicó muy claro en qué sentido se declaraba homófobo: en el de testimoniar su oposición a la dictadura de lo políticamente correcto. Sencillamente, algunos no vamos a callarnos por temor a que nuestros pensamientos puedan ser malinterpretados o manipulados y se nos designe el sambenito de “homófobos”.o cualquier otro vocablo-policía

Pero parece ser que usted está por la imposición de correcciones políticas que aplasten la libertad de expresión. Parece ser que hay temas sobre los que no se puede opinar libremente para no herir sensibilidades, como, por ejemplo, criticar a la mafia rosa, porque se pretende que así se ataca a los homosexuales; al igual que si se critica a las feministas, se arremete contra las mujeres o si se reprocha algo a los nacionalistas se atropella a los catalanes. Mire, estamos hartos de esa cantinela y de que mafias bien organizadas se arroguen la representación de colectivos “vulnerables” para blindarse contra toda crítica, o de que, simplemente, algunos tengan la sensibilidad demasiado a flor de piel y sufran fobias irracionales que les lleven a entender como una amenaza y un peligro el ejercicio de un derecho fundamental.

Usted se permite denunciar a quien “tiende a deslizarse por la pendiente de las verdades como puños, sin esforzarse por articular la más mínima justificación ni el menor razonamiento”. Le voy a decir cuál es su probada noble respuesta a algunas réplicas incómodas que puedan hacerle: censurarlas. Algo que un genuino liberal jamás haría.

No creo que mis comentarios fueran improcedentes, gratuitos ni insultantes. Afirmar que es un hecho objetivo que la homosexualidad es anormal puede ofender, como en su día muchos se ofendieron por el modelo heliocéntrico de Copérnico, pero no por ello vamos a sacrificar la honestidad intelectual. La homosexualidad será buenísima y natural, pero no se puede situar en idéntico plano a la heterosexualidad porque supone una muy concreta subversión de la función biológica. En ese sentido es anormal, por pródiga y natural que sea. Y hay que poder decirlo. Está en juego una cabal idea de democracia.

Ni espero ni me importa que me publique mis comentarios, mis rollazos. No tengo el menor interés de estúpido protagonismo; es más, pienso que todos los comentarios deberían ser anónimos para evitar que se prejuzguen en función de opiniones anteriores. Pero sí me interesa el debate de las ideas, las auténticas estrellas de la comedia, que usted parece negar cuando se ve desbordado. Haga examen de conciencia y pregúntese por qué le parece que lo mejor es ignorar ciertas réplicas. ¿No cree que si se desacreditan por sí mismas, lo mejor es evidenciar la inconsistencia del pensamiento opuesto?

Podría acudir a “desquitarme” al blog de Moa, pero no lo voy a hacer. Esto quedará entre usted y yo, gran hombre, no se preocupe.


aar2010 dijo el día 11 de Julio de 2010 a las 14:38:

Soy homosexual. Contraté imagenio exclusivamente para poder ver Libertad Digital Televisión. Oigo cada día a Federico Jiménez Losantos, persona a la que le tengo una profunda admiración. Oigo al menos una vez en semana a Cesar Vidal por el que también siento una profunda admiración, aunque a veces no me gusten sus opiniones sobre la homosexualidad y voto al Partido Popular o al menos lo he hecho hasta las elecciones generales de 2008.

He comprado y leído algunos libros de Pío Moa sobre la guerra civil española y sentía también una especial admiración por el, hasta que tuve la oportunidad de leer algunos de sus artículos de opinión donde desde luego nunca ha ocultado que es “homofogo, naturalmente”.

No me siento orgulloso de ser homosexual porque es algo que no he elegido yo o al menos no he hecho ningún mérito para conseguir serlo.

Ahora bien, me siento estupendamente siendo homosexual, me encanta serlo y de ninguna manera me gustaría cambiar.

Solo hay una cosa que no estoy de acuerdo con el artículo de José María Marco. Según dice y es un argumento muy difundido, los homosexuales tenemos derecho a nuestra dignidad como individuo en base a que no somos responsables de nuestra condición sexual. Yo no lo veo así. Yo creo que cada individuo tiene que poder elegir libremente su condición sexual independientemente de que su naturaleza se lo imponga o de que simplemente le apetezca.

Lo increible no es que Pío Moa diga que tiene amigos con la desgracia de ser homosexual. Lo realmente increible es que tenga amigos y esto señor Moa es una opinión mía.

No me gustan lo que Moa llama “mafias rosas” ni los manejos que se hacen desde la izquierda o desde el Ayuntamiento de Madrid y estoy totalmente de acuerdo en que no representan a los homosexuales.

La fiesta del orgullo gay puede estar mal llevada, sobretodo cuando se pretende hacer un uso partidista y político de ella pero entiendo perfectamente el uso de la palabra ORGULLO en esta celebración en contraposición a la gente que como Pío Moa considera que somos unos desgraciados.

Tampoco me gusta cuando leo que hay muchos homosexuales decentes que no participan en esta fiesta con lo que se pretende que los que si lo hacen son indecentes.

A mi personalmente Zerolo me parece indecente e impresentable por lo sectario y lo trilero que es. No porque se suba a una carroza con mejor o peor gusto o se pueda vestir o comportar como una locaza, lo cual no debería suponer nada más que una cuestión subjetiva de estética y no de decencia.

No estoy de acuerdo con la sanción a Intereconomía y creo que el PSOE, partido totalitario, quiere amordazar a los periodistas incómodos. Pero no me gusta nada el anuncio de Intereconomía que resulta tan sectario y sesgado como lo que critican.

juancaro dijo el día 11 de Julio de 2010 a las 12:38:

José María, siempre tan ponderado, en esta su respuesta al menos no me lo parece.

Y es que los que no somos homosexuales estamos ya muy hartos de que una ínfima minoría (el llamado "lobby gay") de una minoría (los homosexuales) imponga en todos los órdenes su visión. Medios de comunicación, cine, series de televisión, novela, educación, círculos de opinión, .... En todos ellos de forma subrepticia o directa se hace apología de la homosexualidad. Y en determinados ámbitos (cine, series de tv y educación) hacia niños y adolescentes.

Obsérvese, por ejemplo, cualquier serie de televisión estadounidense o española. El personaje homosexual aparece siempre, con mayor o menor protagonismo, pero en todos los casos es un personaje construido de manera tal que todos -público y resto de personajes- simpaticen con él.

Cuando alguien hace de su inclinación sexual, desviada en mi opinión, el centro de su vida, el paradigma de su existencia, naufraga en esas aguas turbulentas que lleva a la infelicidad por mucho que algunos la camuflen con velas de color arco iris.

Entre fomentar la homosexualidad, incluso entre nuestros retoños, y castigarla, hay una larga y sinuosa singladura que algunos no quieren ver, tal vez ungidos por ciertos prejuicios.

narabanc dijo el día 11 de Julio de 2010 a las 12:23:

Bueno Sr. Marco. Tengo una cosa muy clara: Si tengo que escoger entre Moa y Vd., prefiero cien, CIEN, veces al Sr. Moa.
La discriminación la ejercitamos diariamente al elegir una opción entre varias, velis nolis. Así cada uno elige lo que considera mejor para sí y los suyos.
Vd. siga con sus opciones que yo me dedicaré a las mías. Así es la vida, sin mandangas.

Guillem_ dijo el día 11 de Julio de 2010 a las 11:56:

Recuerdo un artículo de Gallardón en el que arremetía contra Israel justificándose previamente en su amistad hacia el pueblo judío.
Parecida cosa hace Pío Moa cuando habla de sus "amigos" homosexuales para luego cargar contra todo el colectivo.

De todos los comentarios leídos hasta ahora, me quedo con el de "losiento" que, juntamente con el artículo de José María Marco, es de lo poco lúcido que puede leerse por aquí en estos asuntos.

No voy a extenderme, en parte por considerarlo poco útil, pero me gustaría destacar cuatro puntos:

1) "RAWOLF" dice no saber si la homosexualidad es una tara o una opción, inclinándose hacia esta última. Yo le puedo aclarar lo que es la homosexualidad, o mejor dicho, lo que no es.
Y no es ni una tara ni una opción. Ni yo, ni nadie que conozco, y seguramente ni él, podemos "optar" en este aspecto de nuestra vida.
Me sorprende que haya tanta gente, a uno y otro lado del espectro ideológico, que aún sigan sosteniendo lo de la "opción".

2) "MACARTHU" habla de "tener la mente de un sexo y el cuerpo de otro", lo que ayuda en la ceremonia de la confusión que existe alrededor del fenómeno al mezclar cosas totalmente diferentes como son la homosexualidad y la transexualidad.
La aplastante mayoría de los homosexuales están perfectamente satisfechos con su cuerpo y no desean operarse ni hormonarse.
Aún es más: de éstos, una gran mayoría pasa totalmente desapercibida en la sociedad, siendo una minoría las "locas amaneradas", dignos de respeto, por supuesto, pero en ningún caso representativos del colectivo aún siendo lo más visible de éste.

3) Me asombra ver como muchos siguen con el "mantra" de la conducta antisocial porque impide la reproducción de la especie y nos aboca a la extinción de la sociedad.
Cuando veo a muchas parejas heterosexuales que deciden no tener hijos o como mucho tienen uno, me indigna el que haya algunos sabios iluminados que carguen contra la minoría homosexual como si fueran culpables de la baja natalidad de los europeos.
Seguramente para muchos católicos de salón si esa misma proporción de homosexuales decidiera dedicarse a la vida monástica, renunciando a formar una familia, les parecería algo muy loable y fructífero para todos.

4) La pobreza argumental de algunos opinando sobre un tema tan genérico con gansadas, como lo de la injusta multa a Intereconomía o las charlotadas del Orgullo Gay, creo que no merece más comentario pues se rebaten a sí mismos con su simpleza.

Atentamente, un pobre "tarado".

amadeus dijo el día 11 de Julio de 2010 a las 11:49:

Excelente artículo, por el que le felicito sinceramente Sr. Marco. Me alegra especialmente que desde LD se responda de forma adecuada al intolerable artículo de Pio Moa.

Profeseu dijo el día 11 de Julio de 2010 a las 11:01:

"Ya sé que muchos de los ultraconservadores (mayoría de lectores de Libertad Digital... al leer esto rápidamente harán un gesto de asco y desprecio y pensarán que, obviamente, si he escrito esto, soy un "maricón de mierda" (firmado por 'losiento' el 10 de julio de 2010 a las 21:30:16).


Pues no, señor comentarista. Lo que es por este menda --lector de LD al que no ha gustado gran cosa el artículo de Marco--, ni hago gestos de asco ni pienso eso de usted ni de nadie; ni tampoco lo contrario, ni lo de enmedio. Pero sí creo que es a esto suyo a donde siempre aboca el relativismo moral, ya se disfrace de liberal, de progre o de buenista, beato y noblote. Conduce al prejuicio simplista, excluyente y radical hacia quien no repasa la línea de puntos del "Diktat" políticamente correcto de cada momento.