Menú
José T. Raga

Desconcertados, y mucho

¿Cuándo piensa Carmena ponerse a las tareas de gobierno y a informar a los madrileños de lo que hace, que eso sí que nos interesa?

Una semana ha transcurrido desde el estreno de los nuevos munícipes, y el desconcierto que anunciara a los periodistas la alcaldesa de Madrid ha llegado a niveles extremos. Desconcertados por lo que dicen, por lo que rectifican y por cómo banalizan la función de gobierno municipal que han asumido.

La verdad es que no sé cuándo es mayor el desconcierto, si cuando la señora Carmena se sentía Moisés, e iba a liberar al pueblo de Madrid de la opresión del Partido Popular, seguramente iniciando su camino por el desierto, o cuando su mandato, se ha apresurado a decir que de lo dicho y prometido en la campaña electoral, nada de nada.

Que aquellos objetivos son imposibles y por tanto que nadie espere su efectividad y, supongo yo, que a nadie se le ocurra pedirle responsabilidades por no cumplir con aquello para lo que se le otorgó el voto. Para mayor afrenta a sus correligionarios, ha manifestado que, además, sus medidas para combatir la imaginaria malnutrición infantil son peores que las que están operativas en el Ayuntamiento al que se ha incorporado; es decir, las establecidas por la alcaldesa Dña. Ana María Botella, sin necesidad de tanto ruido.

¿Verdad que sería lógico que abandonase, ya que se confiesa incapaz de acometer nada de lo que prometió, además de implícitamente reconocer que engañó en la campaña? Pues me da la impresión de que no va a ser así. Ya ha seguido en el populismo que le llevó al trono municipal, yendo a trabajar en Metro y, según dice, tuteando a concejales y demás tropa.

Señora alcaldesa, hasta donde yo alcanzo, viajar en metro y tutear a quien sea no son atributos que garanticen un buen gobierno municipal. En lugar de entretenerse con esas tonterías de la demagogia más barata, ¿cuándo piensa ponerse a las tareas de gobierno y a informar a los madrileños de lo que hace, que eso sí que nos interesa? Y, por favor, no gaste más dinero, porque de lo que hoy debe el Ayuntamiento no la haremos responsable, pero sí estaremos atentos al crecimiento de esta deuda.

Por otro lado, siempre he tenido el máximo respeto por la función de administrar justicia, aunque algunos de los que la ejercen quizá pudieran no merecerla, pero qué necesidad tiene usted de dar respaldo de gobierno a quien tiene por nota determinante de su curriculum, aquello por lo que pasará a la historia, el asalto a una capilla en el campus de Somosaguas de la Universidad Complutense, con el torso desnudo.

Eso, señora alcaldesa, usted lo sabe o debería saberlo, no es libertad de expresión, es zafiedad y mala educación, una ofensa a los conciudadanos que soportan la intolerancia de los que dicen luchar contra la intolerancia.

¿Qué intolerancia ha obligado, y a quién, a entrar a rezar a la capilla?

En España

    0
    comentarios