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José T. Raga

La ONU y sus personajes

Naciones Unidas hace mucho que perdió el predicamento y el prestigio –si alguna vez los tuvo– que requerían sus grandes objetivos.

Naciones Unidas hace mucho que perdió el predicamento y el prestigio –si alguna vez los tuvo– que requerían sus grandes objetivos, que nunca pasaron de ser retórica al uso.

Pero ahí sigue para bien de algunos y mal de muchos. Una maldad que, oculta entre bambalinas, pasa inadvertida para los más. Acontecimientos escandalosos apenas son comentados puntualmente por Gobiernos y medios de comunicación.

Se preguntarán por qué hoy, precisamente, doy a conocer mi opinión poco o nada favorable de la ONU y de sus personajes, que deambulan por el mundo con objetivos poco recomendables.

Hace algo más de una semana, España recibió la visita de un Relator de Naciones Unidas para la Pobreza –así se le llama–, con el propósito, diría yo, de hacer una auditoría de nuestro país en tan delicada materia.

Incidentalmente, me gustaría saber si el señor Philip Alston visitó España de oficio o a instancia de parte. Pese al deterioro de la imagen de España por el presidente Sánchez, si el visitante vino porque sí, la solución es negarle la entrada, no a él, que también, sino a cualquiera en las mismas circunstancias. Si, por el contrario, su visita es a instancia de parte, es urgente conocer quién le ha invitado y cuánto le ha pagado.

El informe del Relator es expresivo de su saber y objetivo. Seleccionando algunas frases, de las aparecidas en algún medio, el tenor es el siguiente: hay un 26% de personas en riesgo de pobreza; muchas trabajadoras domésticas están explotadas; hay lugares sin agua ni luz; muchas familias deben elegir entre comida o calefacción; los recolectores de fresa en Huelva viven como animales…

Todo ello permite concluir al señor Alston que hay que poner en marcha el programa de PSOE-Podemos –no lo ha dicho tan claro– como remedio para tan precaria situación.

Hay que subir los impuestos, hay que limitar el precio de los alquileres para facilitar el acceso de los pobres a la vivienda, hay que establecer una renta mínima universal en todo el territorio nacional… ¿Verdad que les suena?

El Relator debe de disponer del dato sobre riesgo de pobreza, ese 26% que no aparece en el Informe sobre Desarrollo Humano. Cuando muchos hemos visto la pobreza en continentes enteros, tenemos derecho a exigir más respeto para el pobre.

¿Recuerda el Relator cuántos hambrientos quedaron esperando los alimentos del programa onusino Petróleo por Alimentos, corruptamente administrado por un familiar del secretario general Kofi Annan?

¿Le explicaron la sentencia de los ERE sobre altos cargos, como mayor caso de corrupción desde siempre? ¿Le han explicado cómo funciona el PER?

España, señor Relator, ocupa el puesto 26 en Desarrollo Humano, por delante de Italia, Grecia, Polonia, Portugal… y sólo dos puestos detrás de Francia. Su esperanza media de vida se sitúa en tercer lugar, después de las de Japón y Suiza.

Concluyo: ¿por qué en lugar de debatir la selección de inmigrantes no debatimos sobre la de los funcionarios internacionales?

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