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EN DEFENSA DE LA GLOBALIZACIÓN

Bienestar global

El 12 de agosto de 1999 José Bové, junto con un grupo de agricultores, quemaba un McDonalds en la ciudad francesa de Millau. Su objetivo era concienciar al pueblo francés de la necesidad de emprender una "lucha contra la comida basura y la globalización". Le Monde llegó a decir: "La hegemonía comercial de McDonald's amenaza nuestra agricultura, y su hegemonía cultural arruina de forma insidiosa nuestros hábitos alimenticios".

El 12 de agosto de 1999 José Bové, junto con un grupo de agricultores, quemaba un McDonalds en la ciudad francesa de Millau. Su objetivo era concienciar al pueblo francés de la necesidad de emprender una "lucha contra la comida basura y la globalización". Le Monde llegó a decir: "La hegemonía comercial de McDonald's amenaza nuestra agricultura, y su hegemonía cultural arruina de forma insidiosa nuestros hábitos alimenticios".
Detalle de la portada de EN DEFENSA DE LA GLOBALIZACIÓN.
Desde entonces, las hordas en apoyo de Bové se han multiplicado. Cada día hay más "resistentes" que torpedean reuniones del G-7 o del Fondo Monetario Mundial y reclaman, con la inestimable ayuda del guerrillero Marcos, del camarada Castro o de Noam Chomsky, el fin de la globalización.
 
Saber cuánto hay de verdad y cuánto de mentira en los discursos antiglobalización es el propósito de este libro, En defensa de la globalización, del indio Jagdish Bhagwati, profesor de Economía en la Universidad de Colombia y experto de Naciones Unidas en materia de globalización. El propósito de Bhagwati es demostrar que la globalización ha mejorado el nivel de vida de los países más pobres y reducido la explotación infantil.
 
Para muestra, un botón: la India optó entre 1960 y 1980 por la autarquía, mientras que Singapur, Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán apostaron por el capitalismo. Como comenta el autor, "los resultados hablan por sí mismos: las exportaciones y los ingresos llegaron a niveles desastrosos en India; a niveles astronómicos en Extremo Oriente. India perdió el tren. No, ¡perdió el Concorde!".
 
Ligada al problema del crecimiento económico se encuentra otra cuestión controvertida: las diferencias entre países ricos y pobres. Contrariamente a lo que sostienen los medios de comunicación y los intelectuales, Bhagwati señala que "no se puede sostener de forma verosímil que la desigualdad ha aumentado la pobreza en las naciones pobres ni que ha incrementado la desigualdad en el mundo", ya que "la desigualdad global se ha reducido de forma notable durante las últimas dos décadas".
 
Junto con estos temas, Bhagwati se enfrenta a otro espinoso, el de la explotación infantil. A su juicio, las familias más pobres, a medida que incrementan sus ingresos, pueden permitirse liberar a sus hijos de la carga de trabajar. Cada vez es más frecuente que los niños estén escolarizados en los países en vías de desarrollo. En Vietnam, el 26% de los niños con edades comprendidas entre los 6 y 15 años trabaja en el sector agrícola, explica Bhagwati, porcentaje que se ha ido reduciendo gracias a aquellos hogares "que obtuvieron ingresos adicionales por el aumento en el precio del arroz", lo cual les permitió "sustituir los ingresos del trabajo de sus hijos por esos ingresos adicionales". Al mismo tiempo, esos ingresos adicionales "beneficiaban a las chicas mayores, grupo que había experimentado las reducciones más pronunciadas en la mano de obra infantil y los aumentos más pronunciados en la escolarización".
 
Aun cuando los beneficios de la globalización sean fácilmente detectables, todavía quedarán quienes aleguen que el capitalismo destruye el medio ambiente. En este punto, Bhagwati demuestra que, a medida que las sociedades prosperan, pueden permitirse emplear tecnologías menos contaminantes.
 
La conclusión de la obra es que la globalización permite derrotar la pobreza y contaminar menos. Sin embargo, para avanzar por la senda del progreso es preciso que se eliminen los aranceles: de este modo los países más pobres podrán colocar sus productos en los mercados occidentales, y comprar más bienes por menos dinero.
 
La verdadera lucha contra la pobreza se libra en el comercio internacional. Bhagwati lo explica muy claramente: si cedemos a la presión de los lobbies y los ecologistas, los pobres lo pagarán caro. ¿Serán capaces las ONG y los medios de comunicación de captar el mensaje de Bhagwati y defender la globalización, aunque sólo sea por los resultados que ofrece?
 
 
Jagdish Bhagwati, En defensa de la globalización. El rostro humano de un mundo global, Barcelona, Debate, 2005, 464 páginas.
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