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CIENCIA

El hombre es un bicho raro

La naturaleza nos da continuas muestras de rareza. Miren si no las fotos que acompañan esta reseña (que le he tomado prestadas al gran Paleofreak), protagonizadas por un murciélago quiróptero y por repugnantes equiuroideos. Son muestras de rareza supina que, sin embargo, no pueden competir con el animal más raro que ha pisado la Tierra: el Homo sapiens.

Ésa es al menos la tesis del original y provocador libro que Richard Wiseman, psicólogo del University College de Londres, acaba de publicar en español bajo el título de Rarología.
 
La rarología no existe. Es una disciplina inventada por este Wiseman que es, él mismo, bastante raro. Con el palabro se refiere al estudio racional de las manifestaciones más inexplicables del comportamiento humano. ¿Por qué sentimos una necesidad compulsiva de colarnos en las filas del cajero del supermercado? ¿Pasa el tiempo más despacio cuando estamos enamorados? ¿Por qué nos reímos de chistes que son objetivamente malos? ¿Qué función cumple la mentira en nuestras vidas? ¿Y la superstición? ¿Hay alguna razón que explique nuestra tendencia a elegir sistemáticamente líderes incompetentes?…
 
Wiseman ha dedicado su vida a estudiar estos fenómenos, y los resultados de sus investigaciones son tan divertidos como los métodos que utiliza en ellas. Así, no ha tenido empacho en asaltar en los parques a parejas de enamorados para decirles:
Disculpen, ¿me permiten que les haga una pregunta? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que pronuncié la palabra "disculpen"?
Equiruideos.Analizando las diferentes respuestas entre personas enamoradas y no enamoradas, el autor intenta explicar si realmente el amor influye en nuestra percepción subjetiva del tiempo. Este rarólogo cuenta también entre sus hazañas el haber estudiado en qué ciudades se anda más deprisa, o en qué capitales encontramos mayor número de personas solidarias.
 
La virtud de su obra no está tanto en la utilidad de los resultados científicos que arroja como en la provocadora aproximación al mundo de la metodología que ofrece. En realidad, lo que Wiseman pretende es convencernos de que el método científico puede ser aplicado a casi cualquier realidad natural. Porque detrás de estas investigaciones hay mucha matemática, mucha estadística, mucha ciencia empírica, un método de control objetivo y mucho ensayo y error.
 
¿Es realmente importante conocer que los hombres nos reímos de chistes distintos que las mujeres, o que las frases con el sonido k generan más sonrisas que las frases con el sonido m? No, sin duda. Pero resulta fascinante observar cómo la ciencia puede impregnar cualquier parcela de la curiosidad humana si se utiliza con rigor.
 
Por cierto: Wiseman no es, realmente, el inventor de esta provocadora aproximación a nuestra mente. Ya Francis Galton nos deleitó en su momento con pasmosas investigaciones sobre si es posible calibrar objetivamente el grado de aburrimiento que provoca una conferencia, la eficacia del rezo o el grado de belleza de las ciudades inglesas en función del número de gente guapa que pasea por sus calles.
 
El ser humano es raro, raro, raro… Pero en la especie hay una variedad que gana al resto en rareza: el Homo cientificus.
 
 
RICHARD WISEMAN: RAROLOGÍA. Temas de Hoy (Madrid), 2008, 300 páginas.
 
Pinche aquí para acceder a la página de VIVE LA CIENCIA, el programa que presenta y dirige JORGE ALCALDE en LDTV.
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