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HABLANDO DE SEXO CON CRISTINA

En la cama con la Schlichting

Ni canalización del sexo por los derroteros de una supuesta liberación que en realidad esclaviza –en eso consiste la libertad sin responsabilidad–, ni respuestas ultramontanas basadas en una doctrina católica apócrifa que tiene más que ver con los traumas de sus peculiarísimos portavoces que con las últimas ediciones del Catecismo o con las encíclicas Humanae vitae (1968), Evangelium vitae (1995) y Deus caritas est (2005). Nada de eso encontrará en Hablando de sexo con Cristina.

Ni canalización del sexo por los derroteros de una supuesta liberación que en realidad esclaviza –en eso consiste la libertad sin responsabilidad–, ni respuestas ultramontanas basadas en una doctrina católica apócrifa que tiene más que ver con los traumas de sus peculiarísimos portavoces que con las últimas ediciones del Catecismo o con las encíclicas Humanae vitae (1968), Evangelium vitae (1995) y Deus caritas est (2005). Nada de eso encontrará en Hablando de sexo con Cristina.
John Nolan: LOVERS WITH BLUE EYES (detalle).
Este libro es mucho más que una recopilación de los mejores momentos del espacio "Amor y sexualidad", uno de los segmentos peor comprendidos y sin embargo más útiles de la radio española actual. Estamos ante una obra que despejará muchas dudas y mejorará la calidad de vida de quienes lo lean. Al habla Cristina:
Es cierto que se puede obtener placer cuando los factores afectivos no forman parte de la relación sexual e incluso más de uno pensará que el placer es aún mayor, puesto que no crea vínculos y no ata a la otra persona (…) sin embargo, estamos llamados a amar con el cuerpo (...)
Toda una declaración de principios que en términos más gráficos podríamos formular como "ni cortesanas ni eunucos", "ni Madonnas rafaelitas ni sátiros dionisíacos" o algo por el estilo. En efecto, "es cuestión de conocimiento mutuo, paciencia y comprensión, y de no dejarse llevar por tópicos como el que sostiene que el hombre desea más por el hecho de ser varón o que la mujer necesita menos sexo".
 
Además de este tópico, pulverizado a lo largo de todo el libro, otra de las principales preocupaciones de la autora es la demostración de que sexo y erotismo son elementos fundamentales del matrimonio:
Y nos referimos al sexo en su sentido más amplio y cotidiano, no al coito en sí, porque la dimensión sexual de la pareja se manifiesta a lo largo del día mediante gestos que evidencian la especial relación llena de ternura, de afecto, pero también de erotismo y deseo que comparten dos cónyuges. Si no es un elemento fundamental del matrimonio que expresa físicamente el amor profundo que les une, entonces es porque algo está fallando.
Expresiones como ésta: "Usted y su mujer pueden ser felices sin practicar sexo, pero si logran vivir de una forma plena esta dimensión, su amor va a ser más completo", reiteradas y refrendadas por las decenas de testimonios de oyentes de La Tarde reproducidos en estas páginas, podrían ser consideradas por algunos hombres como síntomas de la obsesión de Cristina con el sexo. Sin embargo, lo que preocupa, y mucho, a la Chichi, como la llaman unos cuantos en el ciberespacio liberal que se las ven y se las desean para pronunciar "Schlichting", es la incapacidad de muchos para estar a la altura y proporcionar –y por tanto proporcionarse– placer.
 
No es de extrañar que, en estas circunstancias, muchos varones hayan reaccionado a "Amor y sexualidad" de una forma gazmoña y mojigata, como si se dieran por aludidos cada vez que una mujer señala deficiencias masculinas en la vertiente carnal de su amor. Más que ofenderse o reaccionar de forma pueril y cuartelera, deberían atender a lo que Cristina, sus especialistas y las oyentes del programa tienen que decirles.
 
Entre otras cosas, que ni hay que ir demasiado deprisa al principio ni escudarse en medias verdades para disimular una crisis sexual, pues la consecuencia puede ser la ruptura de la pareja. Eso de: "Así que, después de treinta y seis años, encontré a otra persona que me dio lo que ella no me daba y decidí dejarla", que tantas veces hemos escuchado, en muchas ocasiones podría haberse evitado con menos timidez y un poco más de sinceridad por parte de ambos cónyuges.
 
Otra de las ideas-fuerza del libro es el realismo frente a los mensajes engañosos del cine, la publicidad y otros medios de comunicación y persuasión masivos. Así, Hablando de sexo... contiene varias reflexiones y casos que demuestran que "la compenetración sexual en un matrimonio no es un don que llega de forma espontánea, como caído del cielo, sino fruto de un trabajo que viene favorecido por el tiempo, la comunicación, paciencia y mucha práctica".
 
Factores como la diferencia de deseo, las distintas velocidades y la impaciencia pueden perfectamente dañar la vida conyugal hasta el punto de romper la pareja. A este respecto, los testimonios, con frecuencia tristes, a veces descarnados y en ocasiones desesperados, muestran con toda su crudeza lo fácil que es crear una bola de nieve con mentiras que arrastran a la pareja a un punto casi sin retorno. Tragedias ajenas que tal vez no sirvan para prevenir las propias, pero sí para ponerles remedio si, finalmente, se presentan.
 
Es en este carácter eminentemente práctico donde reside la principal utilidad de Hablando de sexo..., un texto que llama a las cosas por su nombre y entra de lleno en los problemas sexuales que causan más azoro a quienes los sufren. Asuntos como el orgasmo femenino y la estimulación del clítoris, el papel de la fase preliminar al coito, la creatividad en la cama y la falta de deseo son abordados con claridad y sin ningún tipo de eufemismos ni falsos pudores.
 
Basia Kuperman: AMANTES (detalle).De la pornografía, perjudicial por irreal, al tanga, mencionado varias veces por los oyentes y que "no está prohibido por nadie y menos por la religión católica", pasando por las causas de la hipersexualidad y la confusión entre erotismo y pornografía –el primero es una dimensión casi inevitable, la segunda deviene en destrucción de la esencia de la persona–, no hay asunto relativo a la sexualidad que no esté presente en estas páginas. Tan es así, que no hubiera estado de más la inclusión de un índice temático al final del texto. Sin embargo, la brevedad de los capítulos y una redacción concisa y correcta redundan en la inteligibilidad y fácil comprensión de la obra. Todo un acierto de edición.
 
Junto a asuntos de índole principalmente física, ligados siempre a la relación amorosa y solidaria entre dos personas –como dice una amiga mía, "la fidelidad es un gran avance de la civilización occidental"–, Cristina y sus expertas también abordan problemas, como la infidelidad, la prostitución ("Comprar afecto es una forma de gritar: ¡necesito ayuda!"), el estrés, el afán controlador y posesivo, que minan la vida conyugal. Junto a ellos, la masturbación –ni tragedia ni panacea– y el necesario ejemplo que los padres deben ser para sus hijos, algo que en los tiempos que corren debería convertirse en obligación, pues cualquier dejación de estas responsabilidades será prontamente aprovechada por el Estado y sus agentes, cuyos valores pueden distar mucho de los paternos.
 
No es evitando hablar de sexo que uno previene los problemas:
El miedo al embarazo o a contraer una enfermedad venérea no puede convertirse en el único tema de conversación [entre padres e hijos], puesto que lo que cualquier padre desea para su hijo es que goce de una sexualidad plena, que sea capaz de comunicar su amor de esta forma y que disfrute, dado que el placer es algo positivo que tiene sentido en su contexto.
Tampoco falta un capítulo dedicado a los métodos naturales para la regulación de la fertilidad, cuya mala prensa se debe, según la autora, a un gran desconocimiento: ¿cuántos confunden los métodos naturales con el coitus interruptus? Casi mejor no hacer la prueba...
 
Hablando de sexo... incorpora asimismo algunas fórmulas típicas de los textos de autoayuda, como un capítulo, titulado "Consejos para un matrimonio feliz", que, pese a su formato poco original, no resulta artificioso ni fingido.
 
En definitiva, estamos ante un texto escrito con naturalidad y sencillez, al que uno nunca sabe si necesitará acudir en busca de ayuda o consejo, para sí o para otros –esas llamadas de solteros y casados desesperados a altas horas de la madrugada...–, y que enseña al que no sabe, da buen consejo a quien lo necesita e incluso consuela al afligido.
 
En la biblioteca o en la mesita de noche, según el uso que proceda en cada caso, libros como éste nunca están de más y constituyen una experiencia lectora francamente placentera. Ignoro los textos que reseñarán mis compañeros, pero por una vez soy yo quien baila con la más guapa.
 
 
CRISTINA LÓPEZ SCHLICHTING: HABLANDO DE SEXO CON CRISTINA. Encuentro (Madrid), 2007, 295 páginas.
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