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CIENCIA

Las neuronas espejo

Lo vemos todos los días: una madre abre la boca exageradamente mientras da de comer el potito a su hijo, como si tratara de engullir ella misma parte de la cuchara; un amante se estremece al notar el gesto de placer de su pareja... El ser humano, en definitiva, es uno de los pocos animales del planeta con una capacidad de empatía bien desarrollada, diversificada y definida. Los actores de teatro lo saben perfectamente, por eso estudian durante años el modo de convertir sus gestos, su cuerpo, su lenguaje no verbal en un medio de comunicación y emoción eficaz.

Esto es así porque somos humanos, porque los gestos del otro nos transmiten mucha más información de la que podemos procesar conscientemente. A los individuos a los que les falta el menor ápice de esta capacidad de aprehensión se les considera disminuidos, locos, perturbados. Son antisociales, carecen de teoría de la mente, son "antipáticos".
 
La ciencia lleva décadas buscando las claves físicas y psicológicas de esa capacidad, de la empatía. Y una de las propuestas más valientes y sorprendentes de la neurología en este sentido es la llamada "teoría de las neuronas espejo". Giacomo Rizzolatti y Corrado Sinigaglia, neurocientíficos de las universidades de Parma y Milán, respectivamente, creen haber encontrado el grupo neuronal que interviene en los procesos empáticos, y en este libro nos explican cómo y por qué. Se inscriben así gloriosamente en la estirpe de otros neurólogos valientes, como Oliver Sacks o Vilayanur Ramachandran, perseguidores incansables del sustrato biológico de la conciencia humana.
 
La línea que siguen es conocida: toda emoción humana no es más que un producto de nuestra mente, y la actividad mental no es más que, a su vez, un producto del cerebro. Luego toda emoción ha de tener su reflejo biológico, físico, químico, eléctrico en la masa gris.
 
El prodigioso avance de la ciencia en este terreno, el de buscar una explicación biológica "reduccionista" a la emoción, sólo ha sido posible gracias al influjo de las nuevas tecnologías. Escáneres, resonancias, isótopos… las nuevas técnicas de neuroimagen nos han abierto un mundo desconocido dentro de nuestro cerebro. Hoy podemos ver en directo cómo pensamos, cómo sentimos, cómo nos emocionamos... y con qué parte de nuestro cerebro lo hacemos.
 
En el caso de la teoría de las células espejo la técnica viene apoyada con estudios en animales y con una profunda y emocionada comprensión, por parte de los autores, de los fenómenos psíquicos del comportamiento humano. Por eso este libro no es sólo la reseña del último de los grandes avances de la neurología (necesaria para estar al tanto de las novedades en este pantanoso terreno, aunque sean polémicas y discutibles, como todo en ciencia), sino una bonita herramienta de introducción en el fértil mundo de la física del comportamiento, una de las disciplinas más glamurosas de la ciencia moderna.
 
 
GIACOMO RIZZOLATTI Y CORRADO SINIGAGLIA: LAS NEURONAS ESPEJO. Paidós (Barcelona), 2006; 214 páginas.
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