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Miguel del Pino

Protagonista: Doñana

El Coto de Doñana en la desembocadura del Guadalquivir, figura entre los santuarios de la Naturaleza de importancia mundial.

El Coto de Doñana en la desembocadura del Guadalquivir, figura entre los santuarios de la Naturaleza de importancia mundial.

El año 1982, España fue una de las primeras naciones que firmaron el llamado "Protocolo de Ramsar" en la ciudad iraní del mismo nombre. Ramsar nacía con un objetivo increíblemente progresista en su momento: salvar los humedales, también llamados zonas palustres, de todo nuestro planeta.

Un drástico cambio

Hasta bien avanzado el siglo XX los humedales tenían muy mala prensa en la opinión pública y en el tratamiento por parte de los políticos, sobre todo por la presencia de la malaria o paludismo, todavía con una alta incidencia de patología y de mortalidad entre las poblaciones habitantes de países ricos en terrenos palustres y pantanosos, de manera que sólo cabía tratar de desecarlos y convertirlos en zonas de cultivo.

En la antigüedad, antes conocerse el agente causante de la malaria, el protozoo Plasmodium, y el agente vector que no es otro que las hembras del mosquito Anophelex que lo transmiten al picar, la enfermedad se atribuía al "mal olor", es decir, al "mal aire", de aquí el témino malaria, de las zonas pantanosas. Una vez descubierto el ciclo del parásito la fumigación con insecticidas, especialmente con DDT, permitió iniciar la lucha y disminuir la tremenda mortalidad que la enfermedad producía.

Programas políticos faraónicos

La desecación de las marismas del Tiber fue uno de los puntos más importantes del proyecto agrario de Mussolini. Estas marismas eran también uno de los ecosistemas clave para el mantenimiento de las poblaciones de gran cantidad de aves migratorias ligadas al ambiente acuático.

Los romanos las conocían como el Ponto Euxino, un lugar pantanoso casi maldito, destino de terrible destierro para delincuentes y traidores en la Roma Clásica, el Duce soñaba con crear aquí una fértil y productiva extensión de cultivo arrocero.

La famosa película Arroz amargo, que relataba aquella historia, se hacía eco de las dificultades y del fracaso de estos sueños y de la improcedencia de la desecación masiva de zonas palustres. Tras arruinarse el valor ecológico del terreno la progresiva salinización volvía a conquistar el agro para convertirlo en salina o marisma. Toda una lección de la Naturaleza.

El Paraíso de Doñana

También España tiene sus paraísos palustres y uno de ellos, el Coto de Doñana en la desembocadura del Guadalquivir, figura entre los santuarios de la Naturaleza de importancia mundial. Una vez desecadas las marismas del Tiber, las del Guadalquivir, es decir Doñana, pasaban a resultar decisivas para la supervivencia de las aves migratorias "de ida y vuelta" que ahora dependerían casi exclusivamente de este enclave para no verse abocadas a la extinción.

Pero el viejo Coto de caza Real tenía su destino ya trazado al terminar la Guerra Civil. El terreno sería destinado a la plantación de eucaliptos, y las obras y el roturado ya habían comenzado cuando dos científicos, realmente heroicos se lanzaron a la tarea de salvar Doñana. Se trataba de los eminentes José Antonio Valverde y Francisco Bernis, que no dudaron en dirigirse al mismísimo Jefe del Estado, Francisco Franco, para pedirle que paralizara las obras y pusiera a salvo la gran marisma, apelando nada menos que al patriotismo del entonces todopoderoso Caudillo.

Valverde y Bernis consiguieron su objetivo y hoy son recordados como verdaderos salvadores de un ecosistema de importancia mundial, rodeado, eso sí, de un entorno humano extraordinariamente complejo y portador de numerosos peligros.

Doñana en el Día de los Humedales

Con motivo de la celebración del "Día de los Humedales de 2014, WWF España, antes conocida como Adena, anuncia que va a tener como objetivo prioritario el refuerzo de las relaciones positivas entre Doñana y la población humana de su entorno. Es necesario que los pueblos que van lindando con la marisma y sus afluentes "quieran" al Parque Nacional, se muestren orgullosos de él y obtengan beneficios de su conservación, sólo así podra preservarse este enclave único.

Ni los peregrinos al Rocío ni los cazadores del entorno han supuesto nunca peligro para la marisma y para los montes que forman parte del Parque de Doñana; en cambio, una balsa de contaminantes procedentes de la minería a cielo abierto, recordemos el caso Aznalcóllar, estuvo a punto de acabar con la vida del ecosistema.

El exceso de consumo de agua, la extensión de cultivos de muy dudosa rentabilidad, los contaminantes y la proximidad de grandes proyectos industriales, como los gaseoductos, sí suponen alarmas de consideración y es necesario una cuidadosa y científica ordenación del territorio. No hay que olvidar la necesidad de desarrollo que afecta a algunas zonas limítrofes con el Parque, de economía aún deprimida.

A la hora de planificar Doñana es el momento de reconocer que han sido precisamente estas poblaciones quienes, aprovechando los recursos tradicionales, han sabido mantener vivo este paraíso.

Los Humedales como "Fábrica de vida"

La ciencia ecológica es categórica al afirmar que los humedales son las zonas de nuestro planeta más eficaces en cuanto a la producción de materia viva, superando mucho en este sentido a las propias selvas tropicales.

En ecología se denomina productividad a la cantidad de materia viva producida por unidad de superficie y tiempo, y en este sentido la marismas baten todas las marcas. Bien lejos queda la vieja creencia de que se trataba de zonas estériles e improductivas que debían ser objeto de desecación. Este error se debía, como ya sabemos a la lógica fobia que acompañaba en esas épocas a la malaria.

Doñana es el gran ecosistema palustre español, pero no el único. Realmente la relación de espacios marismeños ibéricos es muy copiosa, y no sólo en el sur, tambien en la Cornisa Cantábrica, por ejemplo en Santoña, encontramos auténticos santuarios de vida. ¿Qué decir del Delta del Ebro o de los sistemas lacustres como los de la Mancha Húmeda o Gallocanta?

La lluvias de gansos migratorios que parecen caer del cielo directamente sobre las aguas de El Rocío al llegar el otoño y que ahora nos abandonan para volver a dirigirse a sus cuarteles de cría en el Norte de Europa, son uno de los símbolos de la vida en nuestros humedales. También podrían serlo las grullas, que en este momento se cuentan por decenas de miles en su descanso en Gallocanta.

No es extraño que Valverde y Bernis consideraran el respeto a estos santuarios ecológicos españoles como una verdadera cuestión de patriotismo.

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