El socialismo cree en la familia, por eso fortalece los lazos consanguíneos y las relaciones que se dan en las nuevas unidades de convivencia. Desde esa perspectiva, el socialismo andaluz es el que más ha fomentado el vínculo familiar; no con declaraciones grandilocuentes o elaboraciones teóricas para consumo de los medios, sino demostrando con hechos su convicción de que la familia es lo primero: en los cuarenta años de régimen socialista no hubo ningún familiar de dirigente socialista que se quedara sin un sueldo público a expensas de la Junta. Ni los kikos sienten una pasión familiar tan profunda.
Sánchez siempre se ha mostrado partidario de exportar al resto de España el modelo de éxito del socialismo andaluz. Al menos en lo que se refiere a la promoción meteórica de su mujer, hay que reconocer su sinceridad.
El presidente del Gobierno lo tiene fácil porque Begoña es emprendedora. Una mujer hecha a sí misma cuya revelación como figura del mundo de los negocios ha tenido lugar en fechas recientes, coincidiendo azarosamente con la llegada de su marido al poder.
Sus cuatro líneas de negocio actuales están basadas fundamentalmente en el diseño de estrategias para que sus clientes trinquen fondos públicos en abundancia, una suerte de socialismo intensivo con apariencia académica que está triunfando en España y Marruecos, donde Begoña ha establecido su campo de operaciones. Una cátedra de la Complutense respalda su gestión en la materia y, muy especialmente, los estudios de posgrado cuya dirección coordina a pesar de no haber pisado nunca una universidad.
La calidad de sus labores actuales de consultoría no puede contrastarse porque son asuntos hurtados al escrutinio público. En cambio, todavía anda por la red una intervención en la que explicaba la principal línea comercial de la empresa en la que prestaba sus servicios antes de que Sánchez llegara al Gobierno. Se trata de una cosa llamada Marketing de 360º, rutilante estrategia de ventas para que los clientes lleguen al mismo punto donde estaban tras hacer un giro completo. Habla Begoña:
El Marketing de 360º es el resultado de aplicar diferentes herramientas y acciones que terminen en definir (sic) un mensaje concreto para un cliente potencial. De esta manera podemos conseguir ese cliente final. Es decir, 360º donde conviva la multicanalidad con la segmentación. Hoy el cliente está empoderado, por tanto, tenemos que trabajar con una inteligencia comercial que conviva con una estrategia multicanal que nos va a hacer conseguir más clientes, más longevos (sic).
Los clientes que confíen en Begoña vivirán más y, por si fuera poco, para evitar costes excesivos, la mujer del presidente recomendaba recurrir al outsourcing, un neologismo que consiste en contratar a currantes externos con una empresa para hacer el mismo trabajo a mitad de precio.
Nadie sabe qué es lo que vende Begoña ni la utilidad de unos cursos dedicados a implantar en las empresas la Agenda 2030, la del "no tendrás nada y serás muy feliz", pero el negocio va viento en popa y a ella se la rifan. Si llega a haber estudiado, sería ella la que estaría ahora en la Moncloa.