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Pablo Molina

Piqueras, Rajoy y la risa griega

Los podemitas han hecho del referéndum-trampa del Gobierno heleno una cuestión de honor.

Los podemitas han hecho del referéndum-trampa del Gobierno heleno una cuestión de honor.
Mariano Rajoy y Pedro Piqueras | Imagen TV

Pedro Piqueras ha cerrado el ciclo de las entrevistas políticas de la presente temporada con Mariano Rajoy. El jefe de Informativos de Telecinco ya había sentado a la mesa de su telediario al secretario general del PSOE, al de Podemos, al de Ciudadanos y a Alberto Garzón, que en estos momentos no sabe nadie –ni siquiera él– si es comunista, populista, el enterrador oficial de Izquierda Unida o mero aspirante a valet de chambre de Pablemos, la culminación más adecuada para una carrera como la suya. El presidente del Gobierno, con buen criterio, se pidió ir el último para que quedara claro quiénes eran los teloneros y quién el artista principal. La cita fue este pasado lunes y lo mejor que se puede decir de entrevistador y entrevistado es que ninguno de ellos defraudó.

La cuestión central de la entrevista fue, cómo no, el desastre griego. Los podemitas han hecho del referéndum-trampa del Gobierno heleno una cuestión de honor y, en consecuencia, las televisiones se han lanzado en tromba a construir un relato épico sobre una consulta que no es más que una burda maniobra de unos políticos ineptos aspirantes a chantajistas. O sea, lo que ha venido siendo la política griega en los últimos 250 años, pero ahora también se invita a la gente a participar en la charada.

Las intervenciones de los corresponsales de Piqueras fueron lo mejor de la noche. Muy pertinentes; no sólo porque informaron al espectador del punto exacto de cocción del potaje griego en esos momentos, sino porque nos permitieron conocer más en profundidad a los principales cocineros del mejunje grecomarxista. Impagable fue la imagen de Varoufakis, esa broma andante que ha dejado la economía griega en el abismo y a los ancianos haciendo cola en los cajeros automáticos, saliendo del Ministerio de Finanzas en moto junto a su mujer. La señora Varoufakis iba de paquete y, por supuesto, sin casco, una muestra de lo que a su marido le importa preservar la seguridad de los demás y cumplir las normas "que nos hemos dado todos", precisamente las dos obsesiones sobre las que el presidente del Gobierno volvió una y otra vez durante la entrevista.

El único pero que cabe ponerle a Piqueras es que no encontrara respuesta a la pregunta fundamental que las personas solventes nos llevamos haciendo desde la noche del pasado domingo: ¿de qué coño se ríen los griegos? La respuesta, la próxima temporada.

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