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Zoé Valdés

¿Se acabó la dictadura?

Verdaderamente lo de Cuba da asco, y escribir sobre ello me hace sentir asquerosa, embarrada de toda esa mierda.

Verdaderamente lo de Cuba da asco, y escribir sobre ello me hace sentir asquerosa, embarrada de toda esa mierda.

Todas las semanas nos encontramos con alguna movida rara en relación a Cuba. La semana pasada la visitó Mick Jagger, el líder vocalista de los Rolling Stones, en lo que va de esta semana estuvo Katy Perry, la cantante estrafalaria, una de tantas de las que ahora existen. El escritor cubano-francés Eduardo Manet regresó también a la isla alardeando de su antigua amistad con Raúl Castro en tiempos de la Universidad de La Habana, aunque Castro II no fue a ninguna universidad, pero eso dijo Manet. Buena Vista Social Club cantará en la Casa Blanca en el Día de la Hispanidad, y así sucesivamente.

Me pregunto si se habrá acabado la dictadura y yo no me he enterado. Por lo visto, no. Por lo visto, los que viajan a Cuba, salvo Manet, que va por arrastrado y manengue –como lo llama una amiga–, van por negocios. A ver cómo pueden producir un documental, en el caso de Mick Jagger, según se comenta. Tal vez para un probable concierto, en el caso de la Perry; o sencillamente porque está de moda mostrar las nalguitas tirada en una cama empercudida como hizo esa otra deliciosa extrañita que es la Rihanna en las páginas de una célebre revista.

El fin de semana pasado hubo más de trescientos arrestos de disidentes, la falta de libertades y la carencia de vergüenza y de dignidad hacen de este país desde luego una isla caribeña única en el mundo. Eso tal vez sea lo que llame la atención, el sufrimiento, el padecimiento de todo un pueblo se ha convertido en una de las atracciones mejor pagadas.

El régimen también ha decidido perdonar a los médicos desertores y les permitirán volver a su país. O sea, hay que esperar el perdón de la tiranía para acabar con un supuesto delito inventado por la dictadura, el de desertor de un supuesto ejército de trabajadores de la salud. Indescriptible.

Verdaderamente lo de Cuba da asco, y escribir sobre ello me hace sentir asquerosa, embarrada de toda esa mierda. Es la razón por la que apenas toco el tema, con unos cuantos amigos y con los lectores de Libertad Digital, en forma de catarsis. Pero esto no tiene cura, no hay remedio para tanta maldad.

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